Reseña de ¿Qué nos hace más Nación? Desafíos del desarrollismo frondicista-frigerista, de  Horacio García Bossio (Buenos Aires, 2014, EdUNILa Cooperativa, 397 páginas)

El comentario o presentación del libro ¿Qué nos hace más Nación? Desafíos del desarrollismo frondicista-frigerista, del doctor Horacio García Bossio, se refiere a un trabajo que, creo, llega en un momento más que adecuado dada la realidad nacional.
Antes de proceder a comentarlo de manera sistemática y organizada, considero oportuno resaltar la profundidad de la investigación y el esfuerzo realizado para abordar una temática no muy estudiada en la historia política argentina, y de notable actualidad, por lo menos de manera indirecta, pues se relaciona con el desarrollo del país y con la estructura política que, paradójicamente, se encuentra íntimamente relacionada con los problemas de desarrollo.
La introducción del libro presenta dos objetivos fundamentales. Primero, identificar el rol de Rogelio Frigerio en la consolidación de la idea del Desarrollismo y su implementación como estrategia del gobierno desarrollista (1958-1962). Luego, reflexionar sobre el peso de los entornos y asesores presidenciales.
La primera parte es ilustrativa acerca del clima de ideas previo a la gestión gubernamental del presidente Arturo Frondizi y como gestación de la idea del Desarrollismo. El capítulo I trata sobre los pioneros de la teoría del desarrollo. Es muy interesante y cubre adecuadamente los distintos aportes de la época en materia de ideas: desde corrientes pre- y post cepalinas, con eje en el pensamiento de Raúl Prebisch.
El capítulo II, referido a la vertiente fundacional social-cristiana, considera con relevancia temporal aportes que en algunos casos han sido casi coincidentes con la gestión de gobierno, como los del padre Lebret y Bárbara Ward, o posteriores como los del padre Storni, si bien se reconoce cabalmente la influencia de F. Perrouxen al pensamiento y/o la praxis de Frigerio. También se reflexiona en relación a los aportes previos de Jacques Maritain.
La segunda parte permite recorrer históricamente hechos claves como la etapa previa al Desarrollismo, revisando el proceso de la revista “Qué”, el ideario del nacional-desarrollismo, y analizando luego en profundidad el pacto Perón-Frondizi.
Considero que la tercera parte es el eje del trabajo, donde el autor explica adecuadamente e indaga sobre la transición compleja del nacional-desarrollismo hacia el Desarrollismo, y sus impactos sobre la estructura del gobierno de Frondizi, una vez anunciados los lineamientos desarrollistas. En el capítulo V se referencia con el desarrollismo de Brasil, también interrumpido con los años. El capítulo VI plantea con crudeza los debates entre la Declaración de Avellaneda y el Programa de Chascomús, petróleo y política, petróleo y desarrollo.
La cuarta parte entremezcla antecedentes históricos previos al gobierno (capítulo VII) con consecuencias en materia de diáspora ideológica por la transición del nacional-desarrollismo hacia el Desarrollismo, con eje en la reacción de la izquierda nacional y la fuga de los forjistas.
Con respecto a los dos objetivos planteados por el autor en la introducción, caben algunas consideraciones. El primer objetivo es cumplido de manera adecuada y muy ilustrativa, al recorrer y explicitar el trabajo político, periodístico, operacional y estratégico de Frigerio desde la década del ’40.
El segundo objetivo, referido al peso de los entornos y asesores presidenciales, es demostrado a partir de la impronta del pensamiento de Frigerio en contraposición a ideas o medidas de funcionares de otro signo ideológico, como Álvaro Alsogaray, por ejemplo. Es claro el rol central de Frigerio en la tesis, como asesor y eje del entorno del presidente Frondizi.
El trabajo contiene, a mi entender, gran relevancia y originalidad. El Desarrollismo, o su posterior Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), no ha sido objeto de estudio profundo por parte de la intelectualidad argentina desde su caída. Esto ha podido deberse, en parte, a que el MID se transformó en un partido minoritario, seguidor casi siempre del peronismo, y dominado en la práctica electoral por el PJ y/o por el radicalismo hasta nuestros días, donde casi ha desaparecido de los grandes escenarios políticos.
Al analizar la estrategia política de Frigerio, la obra deja al lector con un interrogante de actualidad permanente: la idea de una Argentina políticamente superadora/incluyente del Peronismo, o, de otro modo, el sueño estratégico de Frigerio (y de muchos intelectuales y políticos hasta hoy) de una Argentina políticamente superadora de la idea y praxis hegemónica del Peronismo. Esto podría incluir una nueva estructura política, por ejemplo un peronismo plenamente republicano, aunque Frigerio tenía otra estrategia. En el trabajo se explica como intentó hacerlo, partiendo de la idea de que “no existe desarrollo pleno sin integración del peronismo en la vida nacional, pero con la idea (¿ilusión?) de que sólo entrarían (los peronistas) en la vida política a través de la persona de Frondizi”. (El entre paréntesis es un agregado del comentarista).
El ensayo de la presidencia de Menem habría seguido, de algún modo, una ilusión parecida, por ejemplo. Cabe recordar la presencia de muchos desarrollistas en su primer gobierno.
Por lo señalado, considero que este libro gira en torno a una cuestión central de la política argentina desde 1945 a hoy, y le otorga al trabajo un atractivo relevante. Además, el ideario del desarrollo sigue presente en el imaginario de la política argentina.
En suma, el trabajo de García Bossio realiza un aporte relevante al debate político argentino, en relación con la idea del desarrollo, de actualidad mayor para un país que, desde el derrocamiento del presidente Frondizi, no ha mostrado un sendero de crecimiento y desarrollo económico y social permanente.

Ernesto A. O’Connor

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