En los años ‘60 Corea del Sur era uno de los países más pobres del mundo. Con una economía agraria, en un pequeño territorio (93.600 km2) tras la división sufrida por la Guerra de Corea (1950) y con pocos recursos naturales, tenía un ingreso per cápita de apenas 150 dólares.
Desde 1975 implementó una transformación que logró un crecimiento tan espectacular, que fue denominado el “Milagro del Río Han”, afluente que atraviesa Seúl. Fue el resultado de una gran inversión en Investigación y Desarrollo (I+D), especialmente del sector privado, que incrementó el número de científicos que aportaron innovaciones y tecnologías a una industria incipiente. Corea sorteó así la crisis asiática de 1997. El economista español Javier Santiso, vicepresidente de ESADEgeo, lo explica en un reciente artículo en El País (18/2/15) y pide al Gobierno que siga el ejemplo coreano para superar la crisis. Transcribo sus conceptos más interesantes: “En 1960 Corea del Sur era más pobre que España (…) El año pasado, en 2014, Corea ya superó a España en el ranking mundial del PIB. (…) Corea padeció un infarto masivo, un derrame cerebral, que casi se lleva la economía por delante, la Bolsa y la vida. Nosotros lo vivimos en 2008, ellos en 1998 (…) Es interesante aprender lo que ellos hicieron entre 1988-2003, y lo que nosotros hicimos entre 2008-13. (…) La goleada es rotunda, como la final de Alemania y Brasil del último Mundial (7 a 1). Nos podremos consolar por tener una selección que ganó un Mundial (Corea no) y ostentar dos de los mejores clubes de fútbol del mundo (Corea no tiene ninguno). Pero en la liga económica, en innovación, educación, digitalización, internacionalización, Corea nos golea (…)
Ellos, en medio del infarto, subieron la dosis de educación e innovación; nosotros la recortamos. (…) aumentaron más de un 50% la inversión en I+D entre 1998-2003 (…) nosotros la bajamos casi un 10%. (…) Habría que combinar nuestra alegría y don para la felicidad –en esto estamos en la primera liga mundial– con más pujanza en innovación y tecnología. (…) En vez de empeñarnos en atraer casinos deberíamos esforzarnos por atraer industrias (…) Seríamos entonces un país verdaderamente único: competitivos como el surcoreano, innovadores como el israelí y felices como el español”.
Efectivamente, las políticas coreanas llevaron el ingreso per cápita a 26.000 dólares (2013), bajaron el desempleo a 3,4% (2014) y la economía alcanzó el 12° lugar en el mundo, por lo que la ONU, el Banco Mundial y el FMI calificaron a Corea como “país desarrollado”. Es la quinta nación que más invierte en l+D, sólo superada por los Estados Unidos, China, Japón y Alemania, aunque Corea tiene el porcentaje más alto de inversión privada: 75% (los Estados Unidos 62%, España 53%, la Argentina menos de 25%). En 2013 Corea encabezó el ranking de inversión en I+D en relación al PIB: 4,36% (la Unión Europea 4%, España 1,30%, la Argentina 0,58%).
Corea incrementó los institutos de ciencia y tecnología, con personal científico en I+D que alimenta una industria de altas tecnologías y logra más de 100.000 patentes/año, cantidad sólo inferior a la de Japón y los Estados Unidos. Toda América latina registra unas 1.500 patentes/año, España promedia las 2.500 y la Argentina, 250. Otra medida del desarrollo.
Para Corea el motor de su transformación fue la educación, a la que destina el 7% de su PIB. El índice de alfabetización llega al 95% y las pruebas PISA de calidad educativa la ubican en los primeros puestos desde hace varios años.

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  1. horacio bottino on 7 noviembre, 2016

    Con un Estado fuerte apoyando la instrucción científica y no haciendo la política del Imperio del dinero del fmi,empobrecedor asesino ¿Qué milagro?¿También va a ser como la zoncera del milagro alemán?

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