Reseña del libro: Doce noches. 2001. El fracaso de la alianza. El golpe peronista y el origen del kirchnerismo de Ceferino Reato. Sudamericana, Bs. As., 2015.

 

Después de haber exhibido discretamente la rara virtud de poseer una llamativa ecuanimidad en el tratamiento de temáticas ardientes del reciente pasado argentino, Ceferino Reato se enfrenta, en esta nueva entrega de una vívida expresión del actual periodismo de investigación, con uno de los momentos más dramáticos de la historia argentina contemporánea: el 2001, número fatídico si los hay para el imaginario autóctono.
Elegir un objeto de este porte tan cargado de significación simbólica como contenido de una pesquisa es animarse con una brasa ardiendo, pero la presteza de Reato –nutrida de su formación en ciencias políticas–, y de la cual ya diera muestras en entregas anteriores, le permite salir indemne de un lance surcado de rugosidades y desfiladeros.
El resultado exhibe un respetable calado, donde a partir del dato anecdótico el autor deja a nuestra disposición un material adecuado para vislumbrar la dramaticidad del momento, también su pirotecnia.
Una vez que ha procurado una reseña sobre las diversas interpretaciones de los datos históricos, en la que describe visiones diferentes y aún opuestas sobre la misma realidad tal como ella aconteciera, el autor de Operación Primicia y Disposición Final pasa una minuciosa revista a todas las instancias que se presentan en el desarrollo de los acontecimientos.
En esta trama Reato refiere de un modo preferente a las entretelas del poder, a la intimidad de los protagonistas, donde como en una marmita crepitan los elementos más característicos y auténticamente dignos de la Commedia dell’arte. Como género, ella mezcla elementos del teatro literario renacentista con tradiciones carnavalescas, recursos mímicos y hasta pequeñas habilidades acrobáticas. Todo este mundo fascinante está de alguna manera presente en estas doce inolvidables noches que constituyen el marco de la obra, y que Reato va mostrando de puntillas, con respeto y con pudor, pero también con inexorable contundencia. En verdad, el autor no necesita demasiadas adjetivaciones porque los hechos hablan por sí mismos.
En este texto se cocinan ensoñaciones utópicas, oscuros deseos tanto conscientes como inconscientes, también sentimientos sublimes y bajezas sin cuento, y dicho sin eufemismos, amores y odios implacables, junto a un revoltijo de ideas sensatas y abtrusas, y finalmente un sinfín de apetencias que cristalizan en secretas pasiones. De este modo, en Doce noches… los hombres se revelan, a través del ojo discreto del autor, en su real identidad y en su verdadera dimensión.
El libro de Reato procura poner un poco de orden en ese bullente caldero para poner en evidencia con la mayor claridad posible la trama del proceso, pero no se propone conclusiones definitivas, seguramente porque no puede haberlas, mientras en cada interpretación cabalgan tonos diferentes conforme a las diversas subjetividades de los protagonistas.
Es un modo también de mostrar por parte del autor su respeto por la libertad y la dignidad humana del lector.

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