Reseña del libro: Años dorados de la cultura argentina. Los hermanos María Rosa y Raimundo Lida y el Instituto de Filología antes del peronismo de Miranda Lida. EUDEBA, Buenos Aires, 2014.

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Para Miranda Lida los mejores años del Instituto de Filología comenzaron en 1927 y llegaron hasta 1946, cuando irrumpió el movimiento peronista. Coincide con una época de Buenos Aires de inmigración reciente o en curso, heterogeneidad étnica, transformaciones variadas, movilidad ascendente, integración y recomposición sociales.
Esta mixtura constituye el humus sociocultural en el cual nacen, crecen y florecen las vocaciones de los hermanos Ernesto, nacido Mendel –luego médico–; Raimundo Max –antes Sigmund Meier (1908-1979) – y María Rosa Lida (1910-1962) –en la intimidad, Miriam Shoshana–.Inmigrantes askenazis, Ernesto y Raimundo llegaron niños en 1909 de Lemberg, entonces del Imperio Austro-Húngaro. María Rosa Lida nació en Buenos Aires.
Miranda Lida (Buenos Aires, 1970), nieta de Raimundo Lida y Leonor García, propone “rasgar el velo del mito de los hermanos Lida”, presentar a “los personajes de carne y hueso que se descubren por detrás de la leyenda, con sus fortalezas y debilidades, vacilaciones y certezas”. Al igual que il n’y a point de héros pour son valet de chambre, no lo hay para quien revisa y contrasta el epistolario con las tradiciones familiares orales y otros documentos. Adelanta, entonces, una “mezcla de varios géneros al mismo tiempo, biografía, historia social, cultural, política, intelectual e incluso urbana”, cuya redacción podría acendrarse, pese a la obvia voluntad de estilo de la historiadora. Expone la historia menuda, como el uso particular de la lengua de los hermanos Lida, portadores del tú en vez del vos porteño; la oposición Lida al matrimonio de Raimundo con la no judía Leonor García –y la ruptura que prohijó– frente a su regocijo por el enlace de María Rosa con Yakov Malkiel. Se anotan los gustos musicales de los hermanos; el cosmopolitismo integrador de Raimundo frente al sectarismo askenazi de María Rosa; la necesidad de ésta de vencer obstáculos puestos por razón de su género; los trabajos pedestres de los hermanos; el repudio creciente de Raimundo por laborar sobre temas poco atractivos no obstante la remuneración ofrecida.
La aspiración de entrelazar los aspectos mencionados se alcanza en especial en los capítulos VII, “Dorados años treinta”, VIII, “El mundo según María Rosa” y IX, “Raimundo, de Sur a norte”, de los cuales el primero recuerda la aseveración “ni década ni infame” (para el período marcado entre 1930-1943) y los dos últimos enfocan a los hermanos en sus valiosos periplos intelectuales en la Argentina y, después, en el extranjero, donde tuvieron más alto y mayor reconocimiento.
Años dorados de la cultura argentina se presenta en diez capítulos, con unas “Palabras preliminares. Agradecimientos”, una “Introducción”, y sus “Fuentes y bibliografía”, junto a iconografía dispersa por el volumen. Da al lector una excelente oportunidad de conocer la intrahistoria de los hermanos Lida y, por medio de ella, la de una época brillante de la cultura argentina y, en ésta, del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires.

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