Ley de patentes: requisito para crecer

La propiedad intelectual es clave para el crecimiento. Entre nosotros, Gastón Richelet, especialista en derecho de patentes, escribía que “no hay un solo país desarrollado del mundo que haya crecido, sin contar entre sus leyes fundamentales con una sólida Ley de Patentes”. La Argentina no la tiene.
Cuando se analizan los indicadores de propiedad intelectual se observa un notable paralelismo entre desarrollo y número de patentes. Esto es así porque el mayor valor de la economía es el conocimiento, por lo que desprotegerlo genera pobreza y protegerlo genera riqueza. El país que protege el conocimiento está en condiciones de exportar alto valor agregado; el que lo desprotege depende mayormente de materias primas de bajo valor agregado.
Las estadísticas que publica anualmente la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT), contiene cinco indicadores referidos a patentes:
1) El primero muestra el número de patentes solicitadas en cada país, discriminado según el lugar de residencia de los solicitantes; o sea, si reside en el país (empresas o instituciones nacionales), o si no reside pero le interesa proteger en el país (filiales extranjeras con residencia en el exterior).
2) El segundo indicador presenta el número de patentes otorgadas en cada país, discriminado también según el lugar de residencia del solicitante.
3) Un tercer indicador marca la tasa de dependencia, es decir, un coeficiente entre las patentes solicitadas por residentes y por no residentes; la preeminencia de patentes solicitadas desde el exterior (por no residentes) expresa una dependencia económica del país.
4) El siguiente indicador marca, por el contrario, la tasa de autosuficiencia, que crece cuando las patentes solicitadas por los residentes del país crecen.
5) El último indicador expresa el coeficiente de invención, es decir, la relación entre las patentes solicitadas por los residentes del país y su población.
Veamos qué ocurre con estos indicadores en América latina y el Caribe (ALC), región que venimos analizando en los últimos artículos. Expresaremos la estadística mostrando el promedio anual de la última década medida por la RICYT (2004-13):
1) Las patentes solicitadas anualmente por residentes de toda ALC fueron pocas: algo más de 10 mil, correspondiendo el 74% a Brasil; los demás países casi no suman; la Argentina solicitó 782 y México 839, mientras los no residentes (filiales extranjeras) casi 50 mil.
2) De las más de 10 mil solicitudes anuales de patentes de ALC, de residentes, se otorgaron 1.380; muy pocas por cierto; los no residentes obtuvieron 34.800.
3) La tasa de dependencia se mide por un coeficiente. Si es mayor a 1 indica que hay una preeminencia de patentes solicitadas desde el exterior. En ALC la dependencia es alta pues el coeficiente promedio anual en la década fue de 4,85.
4) La tasa de autosuficiencia en ALC decrece, esto quiere decir que en la década medida crecieron las patentes solicitadas por los no residentes, en comparación con las solicitadas por los residentes del país. En 2004 la tasa fue de 0,21 y en 2013 de 0,16.
5) El coeficiente de invención se expresa en patentes cada 100 mil habitantes y muestra la cantidad de patentes que solicitan los residentes del país, respecto a la población. Cuanto mayor es el valor de este indicador, mayor es la capacidad de invención del país. Los Estados Unidos tuvieron en la década el mayor coeficiente de invención: de 64,54 en 2004 subió a 90,94 en 2013. Toda ALC registró un coeficiente de invención muy bajo: 1,90 en 2004 que descendió a 1,80 en 2013.

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