guidoGuido Convents es historiador y antropólogo, crítico cinematográfico, secretario de la Asociación de Críticos de Cine de su país y especialista en cine africano y belga. También es Director de Comunicación y coordinador de la oficina de cine de SIGNIS, la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, y responsable de la revista Signis Media. “CRITERIO fue fundamental para nosotros para comprender el cine argentino y cómo era visto el europeo”, dice el teórico nacido en 1956 en Bélgica y con estudios en la Universidad Católica de Lovaina y en la Universidad de Lisboa, al saludar su encuentro con esta revista en el marco del 51 Festival de Cine de Karlovy Vary. “Veinte años atrás la Comunidad Europea nos consultó sobre cómo era la percepción del cine europeo. Para la Argentina, teníamos en Bruselas una colección muy grande de CRITERIO y, por eso, buscamos todos los artículos relacionados con el cine europeo. Teníamos 20 años completos que ahora están en la biblioteca de la Universidad de Lovaina”, confirma.

– ¿Coincide con el juicio de valor de Jaime Potenze en los comentarios de cine en CRITERIO?
-Pienso que Jaime Potenze, a quien conocí, tenía la cultura de la entonces Oficina Católica Internacional del Cine, es decir, una mirada abierta. Pero se añade a lo que significa CRITERIO como anomalía dentro de lo que son las producciones eclesiásticas.

-¿A qué se refiere como anomalía?
-Para nosotros encontrar la revista fue una alegría porque no se parecía en nada a lo que habíamos visto: existía una idea de independencia y profesionalismo, donde escribían periodistas y sin ánimo de propaganda. Era una publicación de calidad, no escrita para agradar al obispo, podríamos decir.

-¿Por qué cree que a la Iglesia católica le ha costado tanto generar productos culturales de calidad y abiertos a la comunidad?
-Los comunicadores católicos debemos trabajar no sólo para la comunidad religiosa sino para estar presentes en el mundo, en un mundo donde también hay no católicos. Yo soy un hombre de Iglesia, pero también un profesional que como tal debe buscar la verdad. No debemos tener miedo a las críticas a la Iglesia, porque ayudan a aprender de los errores del pasado.

-Películas recientes como Spotlight, en primera plana o El Club son muy críticas sobre ciertos comportamientos de la Iglesia.
-Respecto de Spotlight, L’Osservatore Romano publicó un gran y positivo artículo sobre la forma de la película pero también sobre su contenido. En cuanto a El Club, no es contra la Iglesia, porque permite ver qué puede hacer la Iglesia con personas que son incurables. La película genera un interrogante y da una inteligente respuesta. Como periodistas de una revista católica no podemos dejar de mencionar todo lo que es relevante y podemos dar un mejor contexto sobre situaciones que el católico conoce y quizás alguien lejano a la Iglesia, no.

-¿Por qué cree que hay tanta distancia entre medios católicos y aquellos que no lo son?
-En varios países europeos la televisión pública no emite contenidos religiosos. En Bélgica fue muy claro el momento: cuando los musulmanes recibieron el mismo tiempo y derecho a tener su espacio. Ese fue el argumento para cortar todas las transmisiones, incluyendo las protestantes y católicas. Lo paradójico es que es un momento en el cual los medios hablan mucho de religión, el problema son las generalizaciones, porque las noticias son comunicadas por personas que desconocen el tema.

-¿Por qué cree que los cineastas han retornado a las ideas espirituales en el cine?
-¿Qué significa para mí? Es juntar a las personas, que hacen sociedad, y eso es la espiritualidad. La cultura es el plus; no es mirar al cielo sino entender que en la sumatoria de diálogo en las sociedades se manifiesta Dios.

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