Presión emotiva a prueba

Comentario de la obra I.D.I.O.T.A., de Jordi Casanovas, con funciones en el Teatro Picadero.

Mientras el teatro público de Buenos Aires sigue a la espera de la reapertura–con inciertas fechas–de las salas del Complejo GeneralSan Martín y del Alvear, las propuestas privadas se activan buscando captar a un públicocuya asistencia viene en baja. Para ello nada como la comedia y tanto mejor si viene precedida de montajes exitosos. Tal es el caso del texto del catalán Jordi Casanovas, director y prolífico dramaturgo bien afincado tanto en la cartelera barcelonesa como madrileña, con cuyo estreno debutó el nuevo emprendimiento privado Teatro Pavón Kamikaze,radicado en la casi centenaria sala de la Calle Embajadores.
Como todo comediógrafo Casanovas pone su mirada en cuestiones candentes de la sociedad española –como los efectos de la crisis y la globalización– cuyo alcance, sin embargo, trasciende lo local. En este caso retoma la comedia “negra” ya explorada en obras anteriores para indagar en la capacidad de reacción del individuo movido por la necesidad económica y la presión emotiva, frente al autoritarismo. La manipulación y subestimación del otro, la codicia, la negligencia irresponsable y el poder de las grandes corporaciones son cuestiones concomitantes que subyacen en el texto, cuyo diseño tiene marcados puntos de contacto con El método Gronholm de Jordi Galcerán. La adaptación del director –Daniel Veronese– transforma el perfil del protagonista que, de hippie reciclado, dueño de un karaoke en quiebra y enredado en un crédito hipotecario, pasa a ser un taxista que, azar y negligencia mediante, se ve acosado por una fuerte deuda. Esta situación es determinante de la acción dramática: para ganar una importante suma de dinero, el “idiota” –al que alude, en parte, el título–firma un contrato –leído por encima–que lo obliga a responder una serie de preguntas yenigmas planteados por un instituto de investigación psicosociológica cuyo verdadero propósito se enuncia al finalizar la obra, de manera un tanto esquemática, como la moraleja de las fábulas.
En la hora y veinte de representación el público se ve interpelado junto con el taxista a dar las respuestas al interrogatorio de una psicóloga alemana, en contacto con sus superiores a través de un intercomunicador inalámbrico. El tono entre liviano y risueño con que, a instancias del protagonista y por sus propias torpezas, comienza la indagación, se va transformando rápidamente en intimidante y siniestro por las penalidadesestablecidas para los familiares de quien no acierta en las respuestasy que el protagonista pasó por alto al estampar su firma. Lo macabro del procedimiento empleado por la corporación para medir el impacto de la presión emotiva en la resolución de los problemas encuentra un eco, señalado con acierto por la crítica, en el cuento“Quitters Inc.” de Stephen King.La intensificación de los mecanismos de manipulación va en paralelo con las barreras éticas que Varela traspone para no perder la recompensa esperada.
Veronese articula con precisión los distintos rubros para lograr una puesta formalmente impecable. El diseño escenográfico, basado en el original del prestigioso Jorge Ballina para el estreno mexicano, contribuye eficazmente, junto con el diseño de iluminación, a la generación de los contrastes de atmósfera: destellante cuando se plantean los enigmas y ominosa cuando se anticipan los castigos. Tres paredes divididas en cuadrados blancos, y dos asientos como toda utilería, proveen un marcoclaustrofóbico y despojado, entre ascéptico y geométrico,sobe el que se proyectan luces y videos, se generan hendiduras para la aparición de objetos claves y se disimulan puertas. El personaje de Varela le permite aLuis Machín confirmar su ductilidad expresiva pasando de un registro más histriónico y monocorde como el que despliega en el primer tramo del texto, a otro más matizado a medida que se hunde en la angustia y la desesperación. María José Gabin lo secunda con la necesaria contención de su personaje, más bien frío y distante en su cumplimiento estricto de la función que le asignan.
I.D.I.O.T.A., con menor complejidad y contundencia que las comedias de Galcerán estrenadas en Buenos Aires –El crédito además de El método…– en cuya línea se inscribe,enfrenta al espectador a distintas formas de deshumanización que acechan al hombre tanto en la sociedad como en su interior.

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