Miró: la experiencia de mirar

La muestra en el Museo Nacional de Bellas Artes reúne 50 obras del artista catalán pertenecientes a la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de España.

Las cincuenta piezas de las Colecciones del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid que se están exhibiendo en el Museo Nacional de Bellas Artes se centran en las dos últimas décadas de la producción de Joan Miró, específicamente en las décadas del ’60 y ’70. La muestra contiene piezas de diversos soportes: 18 pinturas, 6 dibujos, 26 esculturas más dos filmes: Miró habla (1974) de Clovis Prévot, y el cortometraje Miró, otro (1969) de Pere Portabella; en todas ellas se palpa la potencia de su estilo. El espectador se sumerge en su universo conceptual, intuye la relación lúdica con su arte, y es probable que quienes estén familiarizados con su obra se conmuevan. Los lienzos de gran tamaño de muchas de las obras son realmente imponentes, y quien intente con demasiada insistencia comprender sus cuadros, es probable que no los estime tanto.
En el recorrido por la sala que alberga la muestra, el universo temático de Miró se refleja a cada paso: la tierra, el cielo, la mujer y los pájaros. También la abundante utilización del negro y la despreocupación en la aplicación de la pintura sobre la tela, dando lugar a goteos y salpicaduras continuas. Estas características se aprecian sobre todo en los cuadros de los últimos años de su carrera. La obra emblema de la muestra, emplazada sobre una pared roja, es “Mujer, pájaro y estrella”, realizada en 1973 como homenaje a Pablo Picasso.
Miró era un hombre inquieto, abierto al experimento y a la ampliación de sus posibilidades artísticas. Si bien la pintura fue su principal medio de expresión, durante las últimas tres décadas de su vida intensificó el trabajo con cerámica y escultura.
En las esculturas de la muestra retoma dos conceptos que había desarrollado en los años ‘20 y ‘30: el collage y el assemblage. Su objetivo es utilizar los objetos que coleccionaba como punto de partida para la invención de formas escultóricas.
Como señalamos, la exposición se complementa con la proyección de dos cortos. En uno de ellos se lo ve al artista creando un mural sobre los vidrios del edificio del Colegio de Arquitectos de Barcelona, y después destruyendo su propia obra.
Miró luchaba, aprendía y evolucionaba mientras vivía, sin traicionar su propio estilo. Creó un arte fresco y vital hasta una edad avanzada, sin preocuparle el espíritu de los tiempos: “Cada nuevo año de madurez es un nuevo nacimiento. Los grandes crecen y se desarrollan a cualquier edad”, decía el pintor catalán. La exposición en el Museo de Bellas Artes es una muestra de ello.


Museo Nacional de Bellas Artes. Av. Del Libertador 1473, Buenos Aires. Martes a viernes de 11 a 20 hs. Sábados y domingos de 10 a 20 hs. Lunes cerrado. Entrada libre y gratuita. Desde el 25 de octubre de 2017 al 25 de febrero de 2018.

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