“Economía de Francisco” es un evento de estudio y de encuentro convocado por el Papa que reunirá a jóvenes economistas y empresarios de todo el mundo en Asís del 26 al 28 de marzo del año próximo. El título de la convocatoria hace referencia tanto al santo de Asís, que inició en su tiempo un movimiento de cuidado de la naturaleza y atención a los pobres, como a las enseñanzas económico-sociales del actual pontífice. La iniciativa se propone establecer con los jóvenes un “pacto para cambiar la economía actual” y hacerla “más justa, inclusiva y sostenible, sin dejar a nadie atrás”.

Esta iniciativa se basa en las declaraciones que Francisco reiteradamente ha hecho sobre la necesidad de superar una “economía que mata” tanto a las personas como a la naturaleza. Se trata de elaborar una diferente, que permita vivir y no mate, que incluya y no excluya, que humanice y no deshumanice, que cuide la creación y no la deprede. En efecto, la protección del medio ambiente, “nuestra hermana la madre tierra”, como la llamaba Francisco de Asís en su Cántico de las Criaturas, no puede separarse de la justicia para los pobres y de la solución a los problemas estructurales de la economía mundial.

Teniendo en cuenta estas premisas, el papa Francisco convoca a las universidades, empresas y otras organizaciones a ser canteras para construir otras formas de entender la economía, combatir la cultura del descarte y proponer nuevos estilos de vida.

En forma convergente, la Fundación Scholas –presidida por los argentinos Enrique Palmeyro y José María del Corral– ha acordado con Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, llevar la voz de los jóvenes a los foros económicos e impulsar encuentros y programas vinculados a los problemas actuales. En ese acuerdo, coronado con la presencia del Papa, se coincidió en advertir que “ciertas formas de economía no ponen los mercados al servicio de los pueblos sino a los pueblos al servicio de los mercados, y exacerban el comportamiento individualista”. Por lo tanto, manifestó Stiglitz, “es fundamental trabajar desde la educación en sistemas alternativos que no tengan como premisa la idea de idolatrar al dinero… sino que contribuyan a la sostenibilidad ambiental que requiere devolverle al ambiente lo que se le quita”.

El economista además planteó que le interesa “trabajar con Scholas en profundizar las discusiones sobre las cuestiones sociales y los cambios que genera la globalización en las sociedades, así como pensar en ideas concretas sobre lo que deberíamos hacer para que la tecnología y los mercados estén al servicio de la humanidad y no al revés”. A ello habría que agregar tres contenidos básicos –muchas veces señalados por Francisco– a tener en cuenta en una nueva economía: Tierra, Techo y Trabajo.

Esta concepción y búsqueda de “una economía al servicio del hombre” tiene en realidad una larga trayectoria que en Latinoamérica se despliega en instituciones como el Centro Latinoamericano de Economía Humana (CLAEH), con sede en Uruguay, o el Programa Lebret del CEDI en Costa Rica, además de otras organizaciones afines en Brasil, Colombia, Perú y la Argentina.

En definitiva, como dijo uno de los organizadores, empleando la terminología de Francisco, Asís 2020 “no es celebrar un evento, sino desencadenar un proceso”.

El autor es Profesor de Filosofía de USAL

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