Reseña de La Unión Democrática 1945-1946. Un impulso frustrado para salvaguardar la Constitución de José R. Sanchís Muñoz (Buenos Aires, 2019, Claridad)

Tan grande ha sido el impacto de una sola persona, Juan Domingo Perón, en la vida social argentina, que su figura estelar ha terminado por absorber la atención, no sólo respecto de otros protagonistas del propio justicialismo, sino también de sus opositores. Uno de ellos, Ricardo Balbín, resulta hoy un virtual desconocido para las nuevas generaciones, pese a haber sido, como un brillante caudillo del radicalismo, el jefe de la oposición al régimen peronista. Esta omisión es la que a su modo y centrada en un sujeto histórico relevante en esta historia, viene a superar airosamente el presente estudio de Sanchís Muñoz.
En el momento fundacional, la oposición a Perón estuvo representada por una coalición transideológica eclipsada por el naciente movimiento que extendió su hegemonía en la política hasta hoy: la Unión Democrática. El conjunto de valores que señalaba como un ideario para la construcción de la nación fue desoído, mientras este mismo programa triunfaba en las naciones europeas, que se reconstruían sobre tales principios de las ruinas humeantes de la segunda guerra mundial.
Como se sabe, todas las atenciones se concentran en el triunfador. La originalidad de Sanchís Muñoz contraviene esa regla exitista y no es el único de los motivos por el que merece ser atendida.
La Unión Democrática, como toda hechura humana, presenta rasgos ambivalentes. Quiso ser un intento de evitar el deslizamiento del país hacia el autoritarismo y el populismo, pero no supo leer algunos signos de los tiempos, como la justicia social, que clamaban por obtener una carta de ciudadanía ya reconocida en otras geografías.
El autor de este ensayo rescata ese momento histórico que marca un punto de inflexión en nuestra convivencia social y trata de mirar con una honestidad hoy poco frecuente sus luces y sus sombras, preguntándose –en un ejercicio contrafáctico– sobre el destino de la Argentina de haber ella triunfado. El interrogante queda así planteado en ese sentido trágico que parece caracterizar a los argentinos cada vez que sienten resonar en su corazón los aires gardelianos del dolor de ya no ser.

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  1. En el número 2462 de Criterio el siempre recordado Norberto Padilla había hecho un comentario sobre este libro. Luego de hacer un apretado resumen del progresista programa de la UD, decía que -de haber triunfado esa alianza en las elecciones de 1946- bien podría ser ahora la Argentina como Canadá o Australia. Roberto Bosca señala que el mismo programa triunfaba por entonces en las democracias europeas. ¿Carecía el mismo de una propuesta referida a la justicia social y por eso la mayoría no lo apoyó?, o, como opinaba Padilla siguiendo a Félix Luna, una parte importante de la ciudadanía quería «romper con el pasado» y la habilidad de Perón -agrego- le hizo creer que su programa fascistoide era algo nuevo

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