Tandil, notable ejemplo a imitar

Tandil, ciudad pequeña en 1960 con 45.703 habitantes, hoy tiene 140.000. Su actividad inicial fue la agricultura y ganadería especialmente con tambos, destacándose a nivel nacional e internacional por la calidad de sus quesos, embutidos y fiambres. Luego surgió la minería, el turismo con gran auge desde 2002, industrias metalúrgicas, autopartes y maquinaria agrícola.
Notable fue el objetivo de su intendente, Miguel Lunghi, médico radical que gobierna desde 2003, de implementar una economía del conocimiento con empresas innovadoras y la universidad activa en I+D (Investigación y Desarrollo). Así Tandil es hoy referente de gestión pública innovadora, lo que significa que la ciudad ha tenido un crecimiento superior a la media. Un estudio la ubica como una de las urbes con mejor calidad de vida del país. En una encuesta, el 91% de los entrevistados dijo que dicha calidad era muy buena. De sus 40.000 viviendas, sólo 221 son precarias.
La Universidad Nacional del Centro (Unicen) tuvo un rol protagónico. Creada en 1975 como iniciativa privada, pasó a la órbita pública por presión de los propios ciudadanos. Hoy tiene 38 carreras de grado, 10 de pregrado y 14 de posgrado. Un objetivo principal fue el desarrollo de actividades de ciencia y tecnología, articuladas con empresas. Fue así que, en 2003, la Unicen crea el Parque Científico Tecnológico, considerado uno de los dos modelos más exitosos de la Argentina. Posee un Polo Informático con más de 50 empresas de base tecnológica, alimentadas por la excelencia de la Unicen y dedicadas al desarrollo del software y servicios informáticos. Entre ellas, Globant, Intercomgi, Grupo Most y Unitech se radicaron en Tandil, junto a otras locales que emplean a 1200 personas en total. Todas se agrupan en la Cámara de Empresas del Polo Informático de Tandil.
Así, la ciudad no se dedica sólo al turismo, la agricultura y la ganadería. No obstante, ha capacitado a jóvenes estudiantes para que se vinculen con el sector lácteo y quesero a fin de elaborar proyectos innovadores que les brinden valor agregado. En diciembre pasado, el Municipio de Tandil obtuvo del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, el financiamiento de un proyecto de economía del conocimiento, con las Facultades de Ciencias Veterinarias y de Ciencias Económicas de la Unicen, para actuar sobre el mencionado sector. Tandil obtuvo una puntuación de 92 sobre 100, superando ampliamente los 61 puntos necesarios para el otorgamiento del mencionado financiamiento. El tambo juega un rol importante pues posee materia prima para productos de alta calidad, que requieren condiciones de higiene que los hagan inocuos.
En 2015, el secretario de Desarrollo Económico del Municipio dijo: “Los medios innovadores atraen empresas innovadoras. Los individuos innovadores atraen más innovadores. Queremos tener una población emprendedora, creativa. Por eso estamos fomentando la innovación en la ciudad de Tandil”. Toda una definición que dio lugar al Plan de Software y Biotecnología, para generar una política de desarrollo.
El espíritu de transformar a Tandil en ciudad innovadora, motivó a tres investigadores de la UBA –Susana Finquellevich, Patricio Feldman y Ulises Girolimo– a viajar al lugar en seis oportunidades para entrevistar a representantes del gobierno, la universidad y empresas, a fin de recabar información y publicarla. Lo hicieron en una revista científica especializada, con arbitraje internacional, bajo el título “Tandil: innovación y desarrollo local” (Cuaderno urbano. Espacio, cultura, sociedad, vol.22, núm.22, 2017).

Arturo Prins es Director Ejecutivo de la Fundación Sales

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