bicentenario-web1El protagonismo de Buenos Aires versus el Interior. ¿Qué queremos festejar: 1810 o 1816?

saguir-bicentenario-webEste año, voces de la opinión pública, variadas y de distinto origen, dan la bienvenida y se disponen a la celebración del Bicentenario. A algunos, particularmente muchos de los que vivimos a kilómetros de la Capital Federal, nos llama la atención la certeza de la proclama y la ausencia de calificativos. Por lo menos nos asalta cierta duda: ¿cuál Bicentenario? ¿El de 1810? ¿Y por

qué el Bicentenario de la Nación en 1810? ¿No podría en 1816? ¿O será, entonces, que celebraremos dos bicentenarios, uno en 2010 y otro en 2016? La duda tiene algunos sustentos históricos.

 

La Revolución de Mayo

Este Bicentenario que ha comenzado a celebrarse refiere a la Revolución acaecida el 25 de mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires. Ahora bien, esa Revolución no sólo acaeció en aquella ciudad, sino que fue realizada solamente por dirigentes porteños. Fue un movimiento eminentemente local, municipal; la revuelta de líderes de la ciudad de Buenos Aires contra el gobierno colonial de la corona española. No fue un movimiento conjunto, ni del conjunto, de las ciudades del entonces Virreinato del Río de la Plata.

Es verdad que Juan José Paso mencionó el 22 de mayo en el célebre Cabildo Abierto, que hablaba en nombre de las restantes ciudades en su condición de capital del virreinato, o sea, “como hermana mayor en nombre de las menores”. Pero éstas no habían sido siquiera consultadas al respecto. Mucho menos sabían que tales eventos estaban por suceder.

Para tomar un ejemplo histórico de algo similar pero que sucedió de otra manera, consideremos lo acontecido en los Estados Unidos. Allí, la Revolución tuvo su epicentro en el segundo Congreso Continental de las colonias americanas, que ya venían reuniéndose en conjunto desde hacía algún tiempo. En 1776, los eventos que concurrieron en el 4 de julio, sucedieron a partir de los representantes de las colonias reunidos en asamblea. En medio de discusiones y diferencias, aquel Congreso fue determinante en cuanto a dar cierta unidad de motivaciones y objetivos al afán revolucionario.

Más todavía, la Revolución de Mayo no sólo fue una revuelta que tuvo su foco en Buenos Aires, sino que distó de concitar apoyo global e inmediato por el resto de las ciudades del entonces Virreinato. En efecto, toda la intendencia de Paraguay se separó casi inmediatamente de la Revolución porteña a pesar de los esfuerzos de ésta para que no fuera así. Ciudades del Alto Perú tomaron diferentes posiciones, pero las circunstancias de la guerra mostraron en pocos años que la región se había perdido casi definitivamente para lo que fuera antes un mismo territorio, y que Buenos Aires anhelaba mantener. Montevideo se volcó en contra de la Revolución y, en pocos años,

José Gervasio de Artigas, que había sido favorable, conformaba la Liga de los Pueblos Libres. Liga que llegó a incluir a Córdoba y a La Rioja como organización alternativa a la gobernada desde la antigua capital del Virreinato. La misma ciudad de Córdoba ofreció resistencia inicial, sofocada con el fusilamiento de Santiago de Liniers. En el resto de lo que luego serían las ciudades históricas de nuestro país, la noticia fue recibida con bastantes dudas; se miraban unas a otras esperando ver qué hacía la vecina antes de actuar. Varios de aquellos amplios territorios en nombre de los que hablaba

Paso el 22 de mayo quedaron, por voluntad propia o por circunstancias históricas, separados de lo que los líderes imaginaban o argumentaban en ese momento.

En este sentido, el proceso iniciado el 25 de mayo fue abierto, contingente. Como tantas veces sucede en la historia, los eventos se sucedieron más por el ir y venir de intereses conflictivos y acciones inmediatas que por algún diseño ideal concebido por los protagonistas. Mucho menos por el cálculo de largo plazo. Los líderes porteños se alzaron contra el virrey y llamaron a las otras ciudades a hacer lo mismo. Algunas dijeron que sí, y otras que no. Algunos territorios se unieron, y otros en cambio se desmembraron; unos de manera temporaria y otros, definitivamente; unos de modo parcial y otros, completamente. Nada de ello “debió” ocurrir. Sencillamente sucedió, y pudo pasar tanto de esa manera como de alguna otra.

En cuanto al conjunto principal de las ciudades –luego provincias– que constituirían lo que hoy conocemos como la Argentina, el gobierno municipal no logró convocarlas a un Congreso por un buen tiempo, si bien algunos de sus líderes hablaron de la relevancia de una asamblea común de las provincias. En realidad, fracasó en dos ocasiones en 1812, y pudo hacerlo recién en 1813. Y, cuando lo hizo, no pudo cumplir con uno de sus principales objetivos a los fines de la anhelada unión: escribir una constitución. Más aún, los proyectos presentados no llegaron ni siquiera a discutirse.

El gobierno municipal nacido el 25 de mayo tampoco logró estabilizar una representación nacional. En realidad, hay dudas sobre si efectivamente lo quisieron. La llamada Primera Junta se amplió al cabo de seis meses, a partir de la invitación realizada a las ciudades del interior para que enviaran a sus representantes a la capital, y así formar gobierno o un congreso, según dos convocatorias presentadas. Pero al cabo de muy poco tiempo las facciones internas y los intereses locales, particularmente los afanes de Buenos Aires de no perder el control del proceso, llevaron a la disolución de aquel gobierno protonacional. A partir de allí se consolidó un gobierno ejecutivo con fuerte, sino única, prevalencia de la voluntad porteña.

 

La Declaración de la Independencia

El conjunto mayoritario de las provincias logró reunirse en 1816 en Tucumán. En esa asamblea común y conjunta declararon su independencia e iniciaron el camino para diseñar su primera constitución, que se firmaría tres años más tarde. Para ser claro, la convocatoria a un Congreso en Tucumán fue una concesión de la élite porteña a las provincias del interior, agotadas por el monopolio en la toma de decisiones. “¿Y dónde quiere usted que se reúna el Congreso? ¿En Buenos Aires? ¿No sabe usted que todos se excusan de venir a un pueblo a quien miran como opresor de sus derechos y que aspira a subyugarlos?”, decía fray Cayetano Rodríguez, religioso porteño, a un amigo. Tucumán fue el lugar elegido para la estrategia conciliadora, para reunir finalmente a una asamblea de todos, o al menos de una mayoría, y tomar la decisión conjunta de ser libres de manera definitiva.

Y así fue. En su mayoría, las provincias aceptaron participar en el Congreso convocado por el Directorio. Quince ciudades estuvieron presentes: once que hoy forman las cabeceras de actuales provincias, más cuatro de la región del Alto Perú. Las ciudades del Litoral y de la Banda Oriental, en conflicto con Buenos Aires, no participaron. De este Congreso, con fuerte representación de todos los que se habían sumado a la Revolución, nació la Declaración de la Independencia y más tarde la primera Constitución de nuestro país. A diferencia de la Revolución de Mayo en Buenos Aires, la Declaración de la Independencia en Tucumán sí fue una reunión donde estuvieron presentes desde el primer momento las ciudades de la mayor parte del territorio de lo que luego sería la Argentina. Y, ahora sí, la decisión fue común y conjunta: “todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican”, sostenía el Acta de declaración de aquel 9 de julio.

¿Es que entonces la “verdadera” conmemoración es la de Tucumán y no la de Buenos Aires? ¿Es acaso lo “nacional” de la Independencia, y no lo municipal de la Revolución? ¿Es 1816 y no 1810? Tampoco esto sería correcto. Visto desde 1816 y desde Tucumán, como efectivamente lo reflejaron los protagonistas del Congreso, aquel evento tuvo su inicio en la Revolución de Mayo. El hecho de su contingencia no significa que no sucedió, sino que pudo ser de otra manera. Pero tal como sucedió, efectivamente tuvo su origen en Buenos Aires, como evento local y municipal, a través de un gobierno primeramente porteño. Y más allá de las desavenencias, conflictos y antagonismos posteriores, de la que la misma convocatoria al Congreso es parte, llegamos a Tucumán en 1816 luego de hechos que se concatenan a partir de 1810 en Buenos Aires.

 

El Bicentenario 2010-16

En efecto, por el paso contingente de lo municipal a lo “nacional”, de lo local a lo global, lo que sucedió fue un proceso que, visto ex post, se inició en 1810 en Buenos Aires y “culminó” en 1816. Un proceso que fue de Buenos Aires a Tucumán, pasando por todas las ciudades y provincias que allí finalmente se reunieron; de la Revolución de Mayo a la Declaración de la Independencia. Entonces, lo que estamos por celebrar en 2010, en realidad, es “a partir” de 2010. Celebramos el proceso por el que la “hermana mayor”, la primus inter pares, decidió rebelarse contra la madre patria por su propia cuenta y voluntad, e invitar a “las menores” a hacer lo mismo. Celebramos el proceso por el que, a partir de allí, con dudas, desavenencias y conflictos, algunas de aquellas hermanas de la colonia fueron sumándose hasta reunirse en 1816 como “Provincias Unidas de Sud América”, para dar esta vez un sí conjunto, propio y voluntario al afán de ser “una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli”. Celebramos el proceso por el que Buenos Aires comienza a poner en común inteligencia, vidas y riquezas a disposición de aquel grito primero de libertad, y las restantes ciudades no escatiman luego sacrificios para lograr hacer común y cierto ese mismo grito y voluntad. Celebramos el proceso que va de un Cabildo municipal al Congreso de las Provincias Unidas; de Juan José Paso defendiendo el derecho de ciudades ausentes a “los representantes de las Provincias Unidas de Sud América, reunidas en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representan”; de Cornelio Saavedra, Mariano Moreno y otros líderes porteños, a Francisco de Laprida, Gerónimo Salguero y muchos otros representantes provinciales.

Celebramos el proceso de seis años de gestación de la vida en común: fecundada en Buenos Aires y nacida en Tucumán. Si acordáramos que esto es así y llegáramos a instalarlo, y no como 2010 o 2016 por separado, podríamos también iniciar un proceso de acontecimientos y eventos celebratorios, desde culturales hasta de infraestructura pública, que nos ponga en mejor sintonía con lo acontecido y lo que queremos festejar. Procesos de investigación, estudio, obras y desarrollo que se inicien en 2010 con vistas a culminar en 2016. Porque celebrar el Bicentenario también debería ser un motivo de unión y conciliación, y no de mayor conflicto y desavenencia. Y que sea el Bicentenario 2010-16 es un buen símbolo para ello.

 

El autor es politólogo y secretario de Planeamiento de la provincia de Tucumán. Autor del libro ¿Unión o Secesión?

 

11 Readers Commented

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  1. Cristian on 26 abril, 2010

    Para pensar con los alumnos.

    Cristian

  2. Pedro E Andrieu on 27 abril, 2010

    En el mundo de la realidad, lo que terminó siendo la Argentina que finalmente perduró, no estuvo unido, aunque sólo en el papel, hasta el tratado de Cuadrilatero, de 1822, cuando se «reincorporaron» Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, que no habían participado en el Congreso de Tucuman de 1816, y por consiguiente nunca declararon ni firmaron la Declaración de la Independencia.

    Pero eso no se acompanio de la institucionalizacion del pais, la Constitucion de 1819 practicamente no habia llegado a regir nunca, ni de la instalacion de una autoridad que, aun aparentemente, fuera nacional.

    Desde 1929 hasta 1952 Juan Manuel de Rosas mantuvo la unidad nacional, y defendio la unidad del territorio, a como dio lugar y a como pudo, contra enemigos internos, exiliados, e invasores y bloqueadores extranjeros, y contra las alianzas de todos ellos.

    Cuando llegaba la hora de la institucionalizacion definitiva del pais, con la convocatoria de la Convencion Constituyente, en la practica Buenos Aires se declaro en secesion el 11 de setiembre de 1852, y asi se mantuvo, como el Estado de Buenos Aires, hasta 1862, despues de la batalla de Pavon en 1861, a pesar de que ya en 1860 se habia modificado la Constitucion Nacional para complacer en parte lo que Buenos Aires exigia para reintegrarse.

    Despues de la reunificacion las guerras civiles continuaron hasta 1870.

    Recien en 1879 se afirmo el dominio efectivo de una parte del territorio nacional, la mayor parte de la pampa humeda y de su proyeccion hacia el oeste, que era tierra de nadie… y si era de alguien, era… de los indios…

    Y solo en 1884 se sanciono la Ley de Territorios Nacionales que establecio legalmente el control y la adminsitracion por el estado nacional de cerca del 40% del territorio nacional… vacio, real o supuestamente… Pese a las sabias prevsiones de esa ley, la provincializzacion no comenzo sino en 1954, avanzo significativamente hasta 1960, y no se compoleto hsta la reforma constitcuional de 1994 con la provicializacion de Tierra del Fuego, y la auntonomia limitada de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, implementada en 1996.

    Pero luego de la Campana del Desierto,de 1879, aun quedo pendiente establecer el dominio efectivo del territorio en toda la Patagonia al sur del Rio Negro, solo mas tarde los tratados con Chile, hasta llegar al de 1902, fueron despejando la situacion, pero nunca completamente; solo pocos anios atras terminaron los conflictos pendientes y se llego a la determinacion definitiva de los limites con Chile en tierra y agua

    . . . y tambien en Chaco y Formosa, parte de cuyo territorio se perderia en uno de los varios arbitrajes contrarios al pais, al punto que hubo que refundar su capital en el sitio actual, el anterior quedo bajo dominio del Paraguay… el ultimo combate con los indios en esta parte del territorio tuvo lugar en 1905…

    y tambien habia quedado pendiente el establecimiento de la Capital Federal, Se avanzo en eso en 1880, luego de los combates mas sangrientos de todas las guerras civiles contra la Provincia de Buenos Aires alzada en armas con su gobernador Carlos Tejedor al frente, se consolido en parte con la fundacion de La Plata en 1882, y el posterior translado a la misma de la capital de la Provincia, y la inauguracion gradual del puerto de esa ciudad entre 1885 y 1890, que paso a ser principal del pais entonces. La Capital Federal se amplio en febrero de 1888 con la incorporacion de los municipios de Belgrano y Flores, «cedidos» por la Provincia. La Capital Federal se completo con la inauguracion entre enero de 1889 y junio de 1897 por partes sucesivas del pesimo Puerto Madero, con lo cual «recupero» el puerto principal del pais.

    Y aun despues de todos esos avances fisicos, y en menor medida institucionales, quedarian pendientes, por siete u ocho decadas mas, la institucionalizacion definitiva de la republica democratica e inclusiva de todos.

    Toda esta larga, conflictiva, sangrienta, y dificil historia, a lo largo de la cual fueron quedando afuera de las Provincias Unidas del Rio de la Plata el Paraguay, el Alto Peru, el Uruguay, parte de las Misiones y del Chaco luego paraguayo, las Malvinas… y en estos dias cuando parecen peligrar seriamente los magros avances del Mercosur para restablecer al menos parcialmente, y solo en lo economico, la unidad natural que constituia ya el Virreynato… cobra todo su sentido la interrogacion que titula el articulo: de que Bicentenario estamos hablando? que es lo que conmemoramos?

  3. Jorge Mazzola on 27 abril, 2010

    Muy buen artículo, simple y claro, además no hace más que ratificar que en 200 años no hemos cambiado mucho políticamente, veo que desde el inicio, nunca se han puesto de acuerdo. Abrazo.

  4. Javier Molina on 27 abril, 2010

    Es claro que 2010 ha recibido el nombre de «Año Bicentenario», pero cabe destacar que 1810 fue el año en que nuestras naciones latinoamericanas rompieron con España, depusieron a los virreyes y gobernadores españoles.
    La independencia total de nuestros países latinoamericanos, no se consiguio sólo con la formación de las juntas autonomistas, sino que despues de esto se formaron grupos insurgentes que iniciaron la lucha armada que se prolongó hasta 1826.

    En conclusion, puedo decir que si, tal vez nuestros paises Latinoamericanos conmemoren dos bicentenarios, o mas. Pienso que del 2010 en adelante son «Años bicentenarios».

    1810: Se rompio con el poder colonial Español
    1811 en adelante: Con las guerras de independencia nuestros paises Latinoamericanos lograron su independencia definitiva

  5. nicolas on 13 junio, 2010

    Ya mencioné muy claro que en este bicentenario no había nada para celebrar, pero sí para reflexionar y mucho sobre cuál es la realidad y la verdad.

  6. julieta manzina on 24 junio, 2010

    una pregunta por favor, si la saben contestarla lo antes posible….¿Por que la asamblea de la Junta Grande no pudo cumplir con sus principales objetivos?

  7. Chano Ortega on 1 julio, 2010

    EL CANCER QUE LE HA CAIDO A AMÉRICA DESDE HACE 500 AÑOS; NO HA SIDO ERRADICADO.
    TAL ES EL CASO QUE HOY DIA SE SIGUE DESFORESTANDO AL PULMON DEL MUNDO Y PERSIGUIENDO A SUS OCUPANTES… LOS INDIOS AMERICANOS! COMO AL PRINCIPIO … SOLO ES NECESARIO ESCUCHAR LA NOTICIA DIA A DÍA. «EL CAPITALISMO LO QUIERE TODO» AGUA, RECURSOS NATURALES, TODO LO QUE HAY EN EL SUBSUELO Y LOS INDIOS AMERICANOS SIEMPRE LO HAN DEFENDIDO PERO NADIE LOS HA ESCUCHADO!!! ES EL MOMENTO DE ACTUAR; NOSOTROS LOS DESHEREDADOS, LAS MAYORIAS, LAS BASES DEL SISTEMA RECALCITRANTE !!!LOS PUEBLOS DE TODO EL MUNDO!!! ORGANICEMONOS CONTRA ESTE PUÑADO DE CAPITALISTAS DEL BANCO MUNDIAL Y DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL…
    ORGANIZACIÓN HERMANOS ES SOLO ESO!!!!!

  8. Chano Ortega on 1 julio, 2010

    DESDE EL CABO DE HORNOS HASTA ALASKA TODOS SOMOS AMERICANOS LOS AUTOCTONOS. LOS QUE SOBREVIVIMOS «AMÉRICA AUTOCTONA» DEFENDEMOS NUESTRO TERRITORIO Y AHORA QUE YÁ LOSABEMOS SIGAMOSLA DEFENDIENDO HASTA EL FIN… SIGAMOS EL EJEMPLO DE NUESTROS ANCESTROS. NO LOS DEFRAUDEMOS…

  9. Chano Ortega on 1 julio, 2010

    QUE ASI SEA…

  10. d'capito!! on 23 julio, 2010

    ta buennaaaa laaa paggg.!!!!!!!!!

  11. jefersson burgos on 7 agosto, 2010

    En el mundo de la realidad, lo que terminó siendo la Argentina que finalmente perduró, no estuvo unido, aunque sólo en el papel, hasta el tratado de Cuadrilatero, de 1822, cuando se “reincorporaron” Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, que no habían participado en el Congreso de Tucuman de 1816, y por consiguiente nunca declararon ni firmaron la Declaración de la Independencia.

    Pero eso no se acompañó de la institucionalización del país, la Constitucion de 1819 prácticamente no había llegado a regir nunca, ni de la instalación de una autoridad que, aun aparentemente, fuera nacional.

    Desde 1929 hasta 1952 Juan Manuel de Rosas mantuvo la unidad nacional, y defendió la unidad del territorio, a como dio lugar y a como pudo, contra enemigos internos, exiliados, e invasores y bloqueadores extranjeros, y contra las alianzas de todos ellos.

    Cuando llegaba la hora de la institucionalización definitiva del país, con la convocatoria de la Convención Constituyente, en la práctica Buenos Aires se declaró en secesión el 11 de setiembre de 1852, y así se mantuvo, como el Estado de Buenos Aires, hasta 1862, después de la batalla de Pavón en 1861, a pesar de que ya en 1860 se había modificado la Constitución Nacional para complacer en parte lo que Buenos Aires exigía para reintegrarse.

    Después de la reunificación las guerras civiles continuaron hasta 1870.

    Recién en 1879 se afirmó el dominio efectivo de una parte del territorio nacional, la mayor parte de la pampa húmeda y de su proyección hacia el oeste, que era tierra de nadie… y si era de alguien, era… de los indios…

    Y sólo en 1884 se sancionó la Ley de Territorios Nacionales que estableció legalmente el control y la administración por el estado nacional de cerca del 40% del territorio nacional… vacío, real o supuestamente… Pese a las sabias previsiones de esa ley, la provincialización no comenzó sino en 1954, avanzó significativamente hasta 1960, y no se completó hasta la reforma constitucional de 1994 con la provicialización de Tierra del Fuego, y la auntonomía limitada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, implementada en 1996.

    Pero luego de la Campaña del Desierto,de 1879, aun quedó pendiente establecer el dominio efectivo del territorio en toda la Patagonia al sur del Río Negro, sólo más tarde los tratados con Chile, hasta llegar al de 1902, fueron despejando la situación, pero nunca completamente; sólo pocos años atrás terminaron los conflictos pendientes y se llegó a la determinación definitiva de los límites con Chile en tierra y agua

    . . . y también en Chaco y Formosa, parte de cuyo territorio se perdería en uno de los varios arbitrajes contrarios al país, al punto que hubo que refundar su capital en el sitio actual, el anterior quedó bajo dominio del Paraguay… el último combate con los indios en esta parte del territorio tuvo lugar en 1905…y también había quedado pendiente el establecimiento de la Capital Federal. Se avanzó en eso en 1880, luego de los combates más sangrientos de todas las guerras civiles contra la Provincia de Buenos Aires alzada en armas con su gobernador Carlos Tejedor al frente, se consolidó en parte con la fundación de La Plata en 1882, y el posterior traslado a la misma de la capital de la Provincia, y la inauguración gradual del puerto de esa ciudad entre 1885 y 1890, que pasó a ser principal del país entonces. La Capital Federal se amplió en febrero de 1888 con la incorporación de los municipios de Belgrano y Flores, “cedidos” por la Provincia. La Capital Federal se completó con la inauguración entre enero de 1889 y junio de 1897 por partes sucesivas del pésimo Puerto Madero, con lo cual “recuperó” el puerto principal del país.

    Y aun después de todos esos avances físicos, y en menor medida institucionales, quedarían pendientes, por siete u ocho décadas más, la institucionalización definitiva de la república democrática e inclusiva de todos.

    Toda esta larga, conflictiva, sangrienta, y dificil historia, a lo largo de la cual fueron quedando afuera de las Provincias Unidas del Río de la Plata el Paraguay, el Alto Peru, el Uruguay, parte de las Misiones y del Chaco luego paraguayo, las Malvinas… y en estos días cuando parecen peligrar seriamente los magros avances del Mercosur para restablecer al menos parcialmente, y sólo en lo económico, la unidad natural que constituía ya el Virreynato… cobra todo su sentido la interrogación que titula el artículo: ¿de qué Bicentenario estamos hablando? ¿Qué es lo que conmemoramos?

    Jorge Mazzola dice:
    Martes 27 de Abril de 2010 a las 12:16 PM
    Muy buen artículo, simple y claro, además no hace más que ratificar que en 200 años no hemos cambiado mucho políticamente, veo que desde el inicio, nunca se han puesto de acuerdo. Abrazo.

    Javier Molina dice:
    Martes 27 de Abril de 2010 a las 7:13 PM
    Es claro que 2010 ha recibido el nombre de “Año Bicentenario”, pero cabe destacar que 1810 fue el año en que nuestras naciones latinoamericanas rompieron con España, depusieron a los virreyes y gobernadores españoles.
    La independencia total de nuestros países latinoamericanos, no se consiguio sólo con la formación de las juntas autonomistas, sino que despues de esto se formaron grupos insurgentes que iniciaron la lucha armada que se prolongó hasta 1826.

    En conclusion, puedo decir que si, tal vez nuestros paises Latinoamericanos conmemoren dos bicentenarios, o mas. Pienso que del 2010 en adelante son “Años bicentenarios”.

    1810: Se rompio con el poder colonial Español
    1811 en adelante: Con las guerras de independencia nuestros paises Latinoamericanos lograron su independencia definitiva

    nicolas dice:
    Domingo 13 de Junio de 2010 a las 9:43 PM
    Ya mencioné muy claro que en este bicentenario no había nada para celebrar, pero sí para reflexionar y mucho sobre cuál es la realidad y la verdad.

    julieta manzina dice:
    Jueves 24 de Junio de 2010 a las 5:36 PM
    una pregunta por favor, si la saben contestarla lo antes posible….¿Por que la asamblea de la Junta Grande no pudo cumplir con sus principales objetivos?

    Chano Ortega dice:
    Jueves 1 de Julio de 2010 a las 9:42 PM
    EL CANCER QUE LE HA CAIDO A AMÉRICA DESDE HACE 500 AÑOS; NO HA SIDO ERRADICADO.
    TAL ES EL CASO QUE HOY DIA SE SIGUE DESFORESTANDO AL PULMON DEL MUNDO Y PERSIGUIENDO A SUS OCUPANTES… LOS INDIOS AMERICANOS! COMO AL PRINCIPIO … SOLO ES NECESARIO ESCUCHAR LA NOTICIA DIA A DÍA. “EL CAPITALISMO LO QUIERE TODO” AGUA, RECURSOS NATURALES, TODO LO QUE HAY EN EL SUBSUELO Y LOS INDIOS AMERICANOS SIEMPRE LO HAN DEFENDIDO PERO NADIE LOS HA ESCUCHADO!!! ES EL MOMENTO DE ACTUAR; NOSOTROS LOS DESHEREDADOS, LAS MAYORIAS, LAS BASES DEL SISTEMA RECALCITRANTE !!!LOS PUEBLOS DE TODO EL MUNDO!!! ORGANICEMONOS CONTRA ESTE PUÑADO DE CAPITALISTAS DEL BANCO MUNDIAL Y DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL…
    ORGANIZACIÓN HERMANOS ES SOLO ESO!!!!!

    Chano Ortega dice:
    Jueves 1 de Julio de 2010 a las 10:12 PM
    DESDE EL CABO DE HORNOS HASTA ALASKA TODOS SOMOS AMERICANOS LOS AUTOCTONOS. LOS QUE SOBREVIVIMOS “AMÉRICA AUTOCTONA” DEFENDEMOS NUESTRO TERRITORIO Y AHORA QUE YÁ LOSABEMOS SIGAMOSLA DEFENDIENDO HASTA EL FIN… SIGAMOS EL EJEMPLO DE NUESTROS ANCESTROS. NO LOS DEFRAUDEMOS…

    Chano Ortega dice:
    Jueves 1 de Julio de 2010 a las 10:12 PM
    QUE ASI SEA…

    d’capito!! dice:
    Viernes 23 de Julio de 2010 a las 11:50 AM
    ta buennaaaa laaa paggg.!!!!!!!!!

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