…les traigo una buena noticia, una gran alegría……les ha nacido un Salvador…

Lc. 2, 10-11imagenLos sentimientos que laten en cada uno de nosotros, en una familia, en un grupo de amigos, en un pueblo, tienen sus propios tiempos y motivos.

Ellos no siempre coinciden con los que anuncia y celebra la liturgia.

Sin embargo, en lo más profundo, hay un ritmo que conduce Dios. Él puede hacer coincidir allí lo que por sí mismo sería irreconciliable y disperso. Él puede poner de acuerdo al corazón.

En el siglo XV, el pintor flamenco Rogier van der Weyden compuso un cuadro en el que se representa la adoración de los Reyes.

El pesebre es en realidad las ruinas de una casa (están el buey y el burro, pero también un perro).

Detrás se ve una aldea de dimensiones considerables, una especie de ciudad medioeval de aspecto próspero.

El cielo es, a la vez, el del día y el de la noche.

En la parte superior izquierda del albergue se muestra y se oculta la estrella de Belén.

En la exacta mitad del cuadro, al fondo de la casa, colgado en una columna, hay un crucifijo profético.

En primer plano, los Reyes adoran y obsequian. A la derecha, un poco más atrás, se agolpa un grupo de curiosos.

A la izquierda, un personaje reza.

María contempla; con su mano en el corazón contempla al Niño.

San José mira. Porta su sombrero y su bastón, como quien va a emprender un viaje. Tiene las piernas flexionadas como si estuviera a punto de dar un paso; pero está al borde de un abismo, acaso una cisterna…

El cuadro es sereno e inquietante. El dolor y la alegría, lo diáfano y lo tenebroso, el peligro y el amparo, están reunidos. Pese a todo, o a causa de todo, lo que está en el centro del cuadro es la adoración. El Niño es real; el anuncio es verdadero.

Es sobre todo en medio del sufrimiento que la Buena Noticia merece ser celebrada.

Y porque la noche es del Niño, y también el crucifijo, y la ruina, y el peligro, es posible la acción de gracias.

Está aquel verso de Hölderlin: Donde hay peligro crece lo salvador.

Por eso el anuncio y el envío del evangelio de Lucas: Esto les servirá de señal: encontrarán a un niño. Al Niño Dios y al niño interior en el que uno fue fundado, que conserva una inocencia que puede pacificar todas las cosas y sentimientos allí reconducidos.

La adoración es posible por el dolor del Niño. El dolor del Niño es posible por la alegría del Espíritu, que es su amor al Padre.

Y nosotros: Tristes siempre alegres, dice San Pablo. En medio de tanto sufrimiento les ha nacido un Salvadoruna gran alegría.

Los reyes llevan riquezas al Niño, los pastores su inocencia y pobreza, otros sus culpas y ruinas, y cada uno su vida, tal cual es y tal cual está.

Por eso, también Lucas: No tengan miedo…

El Niño puede recibir todo, resistir todo. Así, la ofrenda es libertad, aligerado despojo.

Adorar es dejar que Dios se haga responsable.

7 Readers Commented

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  1. VIOLETA CERRATO on 7 diciembre, 2010

    Por experiencia sé que la religión es manipulación en los objetivos de lo que viven del poder, promoción de la sumisión y la resignación de las injusticias.
    Sin embargo me gusta mucho la lectura del simbolismo de esta obra, y es innegable el talento del artista, me gustan las obras de arte.
    Y si la filosofía cristiana ayuda a muchos a reconciliarse consigo mismos a través de la liberación de culpas, está justificada la razón de seguir existiendo.

  2. LUIS JOSÉ MARCONATO on 13 diciembre, 2010

    La visión esteticista de lo religioso es respetable,pero absolutamente parcial.. Al no participar de la fe que sustentó la labor de los artistas que la tradujeron en obras (pintura, escultura, literatura y música),no es posible adentrarse en el sustrato de las obras. La fe trasciende lo material,lo visible y audible,lo que llega a los sentidos,aunque se manifieste a través de ellos. Es discutible el juicio sobre la religión, que expresa la lectora Cerrato.Si la filosofía cristiana sólo sirve de ayuda para reconciliarse consigo mismo a través de la liberación de culpas-como ella dice-queda reducida a una dimensión inferior,entre otras alternativas de moda,técnicas psicológicas,new age,meditación oriental etc,.La religión es mucho más que eso,y los creyentes, no lo somos porque seamos sumisos,resignados ante las injusticias ni manipulados
    por los poderes. Entender ésto,no es un problema de fe sino meramente cultural.

  3. enrique Cheli Pedraza on 22 diciembre, 2010

    Rogamos para pedir que en estos días, antes de Navidad los miembros de todas las religiones, tengan presente el mensaje del canto de los Ángeles a los Pastores el día del Nacimiento del Niño en el pesebre de Belén: » Gloria a Dios en las alturas y Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad»

    / Rogamos para no olvidar pedir por todos los que viven en Tierra Santa y residen en Belén que la mayoría son descendientes de aquellos pastores que adoraron al Niño Dios en el Pesebre y mas de uno, proceden de los primeros seguidores de Cristo , cuyas familias sellaron con el martirio su Fe en el Evangelio.

    / Rogamos para recordar que la verdadera celebración de la Noche de Navidad, es el Nacimiento de Jesús( el Niño Dios) y que no nos vaya a pasar, como dice san Juan» Vino a los suyos y no lo recibieron…» luego de constatar que en muchas familias supuestamente que se dicen cristianas, esta festividad los reúne nada mas que para una cena, repartija de regalos a través de un Papa Noel y unas copas de mas en medio de un estruendo de fuegos artificiales, cohetería y petardos, saturando el ambiente con olor a pólvora y nadie recuerda al Niño que nació para traernos la redención, la salvación y la resurrección que no todos aprovecharán.

  4. En mi caso, como una persona que ha tenido un encuentro personal con Jesucristo y ha nacido de nuevo espiritualmente, el pasaje bíblico referido a los sabios de oriente me transmite tres enseñanzas que creo muy pertinentes para la situación que vivimos en la sociedad argentina contemporánea. En primer lugar, como los sabios deberíamos estar atentos ante las señales que Dios nos transmite. Sea que pueda explicarse científicamente la aparición de la «estrella», como un cometa o una conjunción de planetas, o no, lo cierto es que ella simboliza una señal que fue comprendida por los sabios. Hoy también necesitamos estar atentos a la manera en que Dios se manifiesta. En segundo lugar, como los sabios deberíamos dejarnos guiar en el camino hacia el Señor y hasta estar dispuestos a cambiar de planes como hicieron los sabios cuando no regresaron a informar a Herodes, sujetándose a las instrucciones divinas. En tercer lugar, sería bueno que este fin de año, busquemos a Cristo para presentarle no sólo nuestras ofrendas económicas – los sabios además de presentarle oro, que simbolizaba el regalo propicio para un rey, le entregaron al niño Jesús incienso, un regalo apropiado para un sacerdote, y mirra, un don propicio para quien iba a morir por la humanidad – para sostener su obra en medio de una humanidad tan necesitada del evangelio, sino también de tiempo, dones y experiencias, de modo que todo ello contribuya a una sociedad donde se sienta más la presencia amorosa y llena de poder de nuestro Dios.
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología

  5. Fernando Yunes on 24 diciembre, 2010

    Navidad es la presencia de Dios entre los hombres, que a través de la humildad, pobreza y fragilidad del Niño de Belén, viene a traernos la fortaleza del amor que libera, el perdón que sana y reconcilia, la esperanza en el triunfo de la justicia y la verdad. Desde los escombros de la soberbia y el egoísmo, en un pesebre comienza a construirse una nueva historia que nos invita a respetarnos y querernos como hermanos; que exalta la dignidad humana desde los excluidos, los diferentes, los inmigrantes. Navidad es la fe de Dios en la humanidad.

  6. Hola : Losfelicito . Este cuadro y este comentario sobre el cuadro y sobre la Navidad son maravillosos.Gracisa es todo lo que puedo decir

  7. José I. Barros on 4 enero, 2011

    Por mi parte, agradezco a la revista CRITERIO que haya previsto un espacio para una bella y profunda imagen navideña, para un texto apropiado de la Palabra, y para una meditación que las ha acercado de modo consolador a los lectores.

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