Tapa_El desaf’o de educar hoyA partir del libro El desafío de educar hoy. Hacia un paradigma pedagógico personalista, el autor propone una mirada particular sobre las nuevas tecnologías y la memorización.Una breve anécdota: después de la Segunda Guerra Mundial se encontraron en el Museo de Amsterdam dos pinturas idénticas de Johannes Vermeer (1632-1675), uno de los grandes pintores holandeses del siglo de oro. El museo convocó a los historiadores y restauradores más capaces del mundo para dictaminar cuál era la original. No obstante los numerosos peritajes, radiografías y la aplicación de todas las técnicas conocidas, la duda y la polémica subsistían. Hasta que uno de los expertos pidió estar a solas con los dos cuadros.

Todos accedieron a su petición dado que era muy prestigioso entre sus pares. El hombre, luego de permanecer algunas horas en su encierro con los dos cuadros, salió y dijo, señalando a uno de ellos: “Éste es el verdadero paisaje de Delft de Vermeer”.

Curiosos, todos preguntaron en qué basaba esa categórica afirmación, y contestó indicando con el dedo una de las obras: “Esta pintura me habló”. Ese argumento hizo posible dilucidar el enigma. En cambio, a mí “me habló” Petty1, como probablemente haya sucedido con muchos que han leído con detenimiento y asombro la obra de quien fuera director de pedagogiaignaciana.com, la web que contiene los conceptos actualizados de la pedagogía personalista inspirados por la vida y el pensamiento del fundador de la Compañía, Ignacio de Loyola.

El libro está estructurado, con extremo rigor, con un prólogo, una introducción, un primer capítulo que analiza “La pedagogía argentina” –al cual no voy a referirme ahora–, y otros que estudian cinco dimensiones del paradigma personalista: “El contexto”, “La experiencia”, “La reflexión”, “La acción” y “La evaluación”. Finaliza con una espléndida “Síntesis”. Las frases llevan a pensar que el autor habla personalmente con el lector, contando anécdotas, casos reales, e informando acerca de organizaciones sin fines de lucro que dan apoyo a la actividad escolar.

Petty incluye numerosos párrafos dirigidos a la situación paradigmática producida en los últimos años por los cambios en la adquisición, el almacenamiento, el control y la transferencia del saber, que han sido mis temas predilectos de investigación y estudio. ¿Podemos culpar a las máquinas por la fiebre del “subjetivismo, la falta de perspectiva histórica, y el consumismo que caracterizan nuestra denominada era posmoderna”? Por supuesto que no. Sólo se trata de máquinas que son presentadas con sones de trompetas, como “mesías tecnológicos”. En mi libro Los caminos de la palabra sostuve que lo importante, en definitiva, no es lo que ellas pueden hacer por nosotros sino lo que nosotros hagamos con ellas, afirmación que también defiende Petty con otras palabras. Su punto de vista consiste en una posición alejada tanto del optimismo superficial como de los agoreros del apocalipsis.

Fui discípulo y amigo de Ismael Quiles, jesuita español radicado por muchos años en la Argentina, quien defendió con ardor y originalidad muchas de las ideas de Teilhard de Chardin. En “La esencia del hombre”, de su Antropología filosófica insistencial, Quiles se ocupa de la reflexión como la condición que permite al ser humano un salto a un orden superior, y se pregunta qué es persona. Afirma que es aquel ser en el que se da una máxima interiorización a través de la reflexión, que es el “estar en sí”, el “replegarse sobre sí mismo”.

La trascendencia de la reflexión en la persona humana de Quiles encuentra importantes conexiones con el mundo de la comunicación social, circunstancia que Petty valora en grado sumo, así como defiende el singular papel del docente, figura indispensable en el proceso de despliegue de las posibilidades de cada persona. Es auctoritas en la acepción primera del término: “hacer crecer”, es decir, permitir evolucionar. El maestro suscita novedad, estupor y respeto; por eso la relación profesor-alumno es insustituible por mecanismos no humanos. A partir del contacto con el maestro se tornarán progresivamente claras las nociones de “comunidad” y “ser con el otro”; en tanto se es con el otro a partir del propio compromiso. Juega aquí la convicción personal que, si coincide con una actitud de apertura y diálogo, posibilita a la persona ser flexible y tener sentido de la historia como movimiento, cambio, y no como algo cristalizado.

A partir de estos lineamientos afirma Petty la necesidad de entregarse con convicción a construir la sociedad del porvenir. Ello no implica negar la sociedad anterior, sino que exige coherencia con la educación: ayudar a que se experimente lo que se ha recibido, poniéndolo a prueba y comparándolo con todas las cosas para no crecer unilateral y esquemáticamente. Ello permite la evolución y se diferencia de una crítica restringida al puro rechazo.

Por crítica se entenderá, entonces, la exigencia de confrontar, mejorar y cambiar sin negar abstractamente el pasado. Hay evolución cuando hay compromiso, diálogo, apertura y también tradición. Petty insiste en las motivaciones siguientes: a) Pensar la educación como proceso sin final, en constante movimiento. b) Privilegiar la relación maestro-alumno, paradigma del ser con el otro, nunca demasiado ponderada y en ningún caso sustituible por mecanismos que pueda proveer el desatinado uso de la capacidad tecnológica. c) Destacar la importancia de la educación para lograr interactuar en sociedad y alcanzar una visión no fragmentaria del ser humano, el error de la especialización excluyente, la alienación de una erudición abstracta y la necesidad de aprehender la realidad en su complejidad y no parcelarla analíticamente. d) Aprender comparando. Con la sensibilidad unida a la capacidad intelectual, a partir de lo habido (el pasado, la historia, los afectos primeros) construir lo que vendrá. No criticar abstracta y negativamente, sino con una posición de apertura e intercambio para que la crítica sea constructiva. Rechazar la idea generalizada de que es posible construir una sociedad sobre la eliminación del pasado; de que el uso indiscriminado de las nuevas tecnologías puede brindar una vida mejor, sin reparar en la dimensión moral y las exigencias trascendentes del ser humano que reflexiona sobre sí mismo.

Por otro lado, la obra en cuestión recuerda ciertos aspectos relevantes del libro El riesgo educativo de Luigi Giussani2. Este autor hace alusión a palabras de Jesús: “No se pone vino nuevo en odres viejos”. Es decir, si gracias a la crítica constructiva el ser humano da muestras de flexibilidad y acepta el mensaje nuevo, si hay “evolución” a partir de la riqueza de lo anterior, entonces hay “construcción”. Se puede trasladar todo esto al campo de las nuevas tecnologías y su aplicación fructífera cuando la novedad no signifique abolir lisa y llanamente lo viejo, sino reformularlo a la luz de los nuevos descubrimientos. Entonces, el vino nuevo no se arruina, porque el odre ha sido “resignificado”. En este sentido va también el llamado de Jesús: “Ésta es la Palabra de la Verdad y la Vida. Dejen que los muertos entierren a los muertos y síganme”. Porque la negación abstracta de lo anterior es rigidez y muerte, mientras que la reformulación con espíritu abierto y dialogante es flexibilidad y vida.

Al analizar y mostrar con claras razones las deficiencias del constructivismo pedagógico, escribe Petty: “La educación personalizada y las propuestas pedagógicas constructivistas nacen a partir de las búsquedas teóricas y metodológicas suscitadas al interior de las corrientes de la pedagogía activa. Sin embargo, lamentablemente, parecería que nos unen las palabras que al mismo tiempo nos separan: muchas veces se oculta una diferencia paradigmática entre distintas ideas de lo que es educar. Algunos constructivistas afirman que toda, absolutamente toda la realidad debe ser construida sin la ayuda del docente. En donde ciertamente coincido con ellos es en la consideración de que el ser humano es un ser inacabado y posible de ser construido por sí mismo en interacción con los demás; aunque no podamos tomar como única verdad que el alumno sea “constructor absoluto del mundo que lo rodea, de la historia, de la ciencia”, por medio de la acción”3. Y refuerza sus afirmaciones citando a Mario Bunge, que ha escrito en su libro A la caza de la realidad: “el constructivismo pedagógico no sólo es falso. También es perjudicial a causa de que niega

la verdad objetiva, elimina la crítica y el debate, y hace prescindibles a los docentes”4.

Una frase importante ilumina el comienzo del capítulo 5: “La experiencia y la reflexión deben ser tales que conduzcan a la acción”. Elogia allí el programa “Uniendo metas” de la organización “Conciencia” de la Argentina, donde los alumnos practican una simulación de la Asamblea de las Naciones Unidas tomando parte en la representación de los diversos estados para tratar problemas relevantes de la actualidad mundial5.

En valiente actitud frente a la requetemencionada frase “no hay que estudiar de memoria”, Petty defiende la memorización: “Sin memorización no existe funcionalidad de los aprendizajes. Si lo que hemos aprendido no lo tenemos en un primer plano de nuestra mente, es casi imposible realizar aprendizajes significativos por falta de conceptos inclusores necesarios en los que se ha de anclar la nueva información”6. Esta defensa de la memorización es similar a la de George Steiner en sus libros Nostalgia de lo absoluto, Pasión intacta y Lecciones de los Maestros. En éste dice: “Lo que sabemos de memoria madurará y se desarrollará con nosotros. (…) Cuanto más fuertes sean los músculos de la  memoria, mejor protegido estará nuestro ser integral. La eliminación de la memoria, como algunos promueven en la educación actual, es una desastrosa estupidez”7.

También he encontrado algunas analogías con las obras de Neil Postman, autor que me ha interesado.8 En el trabajo se incluyen citas del pedagogo y teórico de la educación Paulo Freire (1921-1997), como: “Decir que los hombres son personas y como personas son libres, y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa”. Por eso Petty expresa que “toda la pedagogía de Freire está orientada a ‘transformar al mundo’, o sea, a la acción”.

La obra concluye con párrafos conmovedores del libro Educar es conmover de Carlos Skilar: “Educar es conmover. Educar es donar. Educar es sentir y pensar no apenas la propia identidad, sino otras formas posibles de vivir y convivir. Si ello no ocurre en las escuelas, probablemente el desierto, el páramo, la sequía serán el paisaje típico de los tiempos por venir”9.

1. Petty, Miguel: El desafío de educar hoy. Hacia un paradigma pedagógico personalista, Buenos Aires, Ed. Bonum, 2010.

2. Giussani, Luigi: El riesgo educativo: como creación de personalidad y de historia, Buenos Aires, Ed. Ciudad Nueva, 2004, y Reggini, Horacio C.: “El desafío de un realismo educativo”, en diario La Nación, 25 de junio de 2004.

3. Petty, Miguel, Ob. cit., “Introducción”, pág. 21. 4. Ibíd., “Introducción”, pág. 22. De Bunge, Mario: A la caza de la

realidad, Barcelona, Gedisa, 2007.

5. Ibíd., pág. 66.

6. Ibíd., Cap. 3.: “La experiencia”, pág. 53. De Caturla, Enrico: “La prelección y la repetición. Dos estrategias didácticas de la Ratio indispensables hoy”, Congreso Internacional de Pedagogía, 2006.

7. Steiner, George: Lecciones de los Maestros, México, Ed. Siruela/ FCE, 2004. Citado en Reggini, Horacio C.: “George Steiner y la educación”, en Boletín Nº 287-288, Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, sept.-dic. 2006.

8. Postman, Neil: The End of Education. Redefining the Value of School, New York, Ed. Knopf, 1995. Citado en Reggini, Horacio C.: “Neil Postman y la educación. Trascendencia en la educación de la palabra y de la historia”, en Boletín Nº 65, Buenos Aires, Academia Nacional de Educación, agosto de 2006.

9. Petty, Miguel, Ob. cit., Cap. 5: “La acción”, pág. 62.

 

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  1. Fui alluna e orientanda do pe. Miguel Petty no Doctorado de Educacion en Córdoba, Argentina. Era ele también coordenador do escritório da Rede REDUC . Gostaria de notícias dele. Jaci Menezes.
    jacimnz@hotmail.com.

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