javier-dario-restrespoEl periodismo no es sólo dar noticias sino el ejercicio de la verdad sin concesiones. Javier Darío Restrepo, periodismo y pasión – Interrogantes sobre el ejercicio y la ética profesional (editado por José María Poirier para La Crujía) ofrece una clase sobre la tarea de informar. Cuando una estudiante le pregunta a Javier Restrepo sobre el fin último del periodismo, él  responde con lo que podría convertirse en una guía para todo profesional de la noticia: “Proporcionar información pública sobre hechos que conciernen a todos e indirectamente convocar a participar en las tareas de bien común. Además, previene sobre amenazas y peligros, señala el ejemplo de los buenos ciudadanos, pone en común los problemas y proyectos de la sociedad, difunde sus acciones y denuncia lo que está mal”. Es brindar información procesada hasta convertirla en conocimiento útil para la sociedad. Y algo más: el periodismo es vocación y misión, pero es ante todo pasión por la verdad. La verdad más allá de todo interés lucrativo o partidario es el fundamento sobre el cual Javier Darío Restrepo, nacido en Colombia, cimenta su ética laboral. Dueño de una sólida formación académica y una trayectoria que lo convierten en referente insoslayable en este ámbito, de su juventud como seminarista –afirma– guarda los mejores recuerdos; entre ellos, haber aprendido filosofía y latín. Y para él, además, hay una relación estrecha entre ambos mundos, el del sacerdocio y el del periodismo: en ambos casos se trata de una vocación que compromete la vida; en ambos casos, además, el fundamento es la palabra y el servicio a los demás.

Como periodista trabajó para la prensa escrita y televisiva colombiana (“24 horas”, El Tiempo, El Espectador y El Colombiano). Es director de la revista religiosa Vida nueva, amigo y colaborador de Gabriel García Márquez en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Su compromiso con la ética en el ejercicio de la profesión lo acompaña desde siempre, pero, asegura, se convirtió en su especialización cuando lo designaron miembro de una comisión encargada de presentar un proyecto de código de ética para el Círculo de Periodistas de Bogotá.

Este libro –una recopilación de respuestas a preguntas que estudiantes y profesionales de la comunicación le plantean, y que ha editado y ordenado José María Poirier, a pedido del autor– no está, sin embargo, limitado a los periodistas como público lector exclusivo. Cada capítulo trata temas tan importantes como la responsabilidad social del profesional, el periodismo y el sensacionalismo, los límites entre lo público y lo privado o el rol del periodista en tiempos de guerra y conflictos sociales. Y finaliza, en cada caso, con “Notas al margen”. Son fragmentos escogidos de textos como los del filósofo Max Weber, el Manual de estilo y ética periodística de La Nación o palabras de periodistas tan significativos como Ryszard Kapuscinski, entre muchos otros.

En tiempos complejos como los que vivimos, entre escándalos políticos, debates  reelectorales y constante crítica a los medios, resulta vital para el ejercicio de una democracia saludable contar con periodistas independientes, que sepan brindar al público la noticia sin ceder a presiones ni partidismos. Muy oportunas, a este propósito, las reflexiones volcadas en el capítulo 9, “El periodismo y la política”. Si el conocimiento es libertad y en la democracia todos los ciudadanos son constructores del bien común, el análisis independiente de la noticia incluye a todos sus protagonistas; considera la información como un “bien social” y ayuda a la formación política de la sociedad. De esta manera los medios se convierten en “fortalecedores de la democracia”.

El periodismo, afirma Jean Paul Marthoz, en un texto reproducido en este libro, “es una responsabilidad, un oficio que da privilegio a la única y verdadera información: la que perturba las conciencias adormecidas y los consensos cómodos”. Así Restrepo entiende la misión de informar responsablemente a la sociedad.

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