praga1El autor confiesa haber recorrido Praga con un espíritu nómade similar al relatado por Italo  Calvino en Las ciudades invisibles. Los lugares estaban cargados de signos a descifrar. Sus pasos fueron de viajero asombrado más que de turista fugaz o trivial.praga2Praga parece una ciudad hecha por cuentos que no hubieran podido suceder en ningún otro lugar. Tal El Golem que retoma Borges en su conocido poema. En los tiempos del rey Rodolfo II, alrededor de 1600, época de cábalas y mandrágoras, Praga era la ciudad de la ciencia, el arte y la magia por excelencia. Un rabino alquimista, astrólogo y juglar, Judá León, creó una inmensa criatura para que lo sirviera, a partir de un modelo de barro y arcilla, al que sopló vida mediante una serie de palabras mágicas y bautizó con el nombre Golem. “A pesar de la alta hechicería practicada, tal vez por un error en la grafía” –dice Borges– “el aprendiz de hombre” no aprendió a hablar, pero igual cumplía las órdenes de su amo como un buen criado. Un día, en una taberna, un militar extranjero, al verlo tan fuerte y útil, quiso comprárselo al rabino. En ese momento, León se dio cuenta del peligro que podía representar su creación si caía en manos de gente mala.

Entonces, no sólo rechazó la oferta, sino que decidió destruirlo. La noche siguiente, mientras Golem dormía, logró hacer otra obra que lo inmortalizara para siempre en las leyendas. Pronunciando sus fórmulas secretas al revés, causó lo contrario del nacimiento de Golem: la vasta mole del hombre artificial se desmoronó en un instante convertida de nuevo en polvo de la tierra.

La nueva República Checa, enclaustrada en el corazón de Europa central, nació en 1993. Está formada por Bohemia, Moravia y Silesia, zonas históricas de la corona checa. En 1918, al final de la Primera Guerra Mundial, la llamada entonces Checoslovaquia tuvo su primer presidente, Tomás Garrigue Masaryk. El Tratado de Munich de 1938 y la ocupación durante la Segunda Guerra Mundial por la Alemania nazi interrumpieron el desarrollo de una Checoslovaquia independiente. En 1948, la República se convirtió en parte del bloque soviético. El proceso democrático en la década de 1960 culminó con la denominada “Primavera de Praga de 1968”. La caída del bloque soviético y la “Revolución de Terciopelo del 17 de noviembre de 1989” llevaron a la división entre la República Checa y Eslovaquia. Ese día los estudiantes convocaron una movilización contra el régimen comunista y por la libertad de expresión, dando inicio a nuevos partidos políticos y a la convocatoria, en 1990, de las primeras elecciones libres, que llevaron a la presidencia a Václav Havel. En 1999, la República Checa entró a formar parte de la OTAN, y en 2004 ingresó en la Unión Europea.

Recorriendo la intrincada malla del casco antiguo de su capital –declarado Patrimonio de la Humanidad en 1992–, uno se da cuenta de que sus calles empedradas y las aceras con cubos más pequeños blancos y azules llevan la historia marcada, rodeadas por magníficos edificios, tesoros arquitectónicos siempre decorados por numerosas estatuas y alegorías. Las iglesias cristianas, al igual que las sinagogas –The Jerusalem Synagogue o The Spanish Synagogue–, muestran estupendos arcos y bóvedas, donde pueden escucharse conciertos por las tardes. En sus coloridos teatros y salas han estrenado sus obras los más famosos compositores de la música clásica, así como han actuado los más notables directores. Durante la regencia de Rodolfo II de Habsburgo (1576-1612), Praga pasó a ser la ciudad principal del Sacro Imperio Romano y centro de las artes y las ciencias. Beethoven, Mozart, Haendel, Bach fueron moradores o visitantes frecuentes de Praga, ciudad que muchos catalogan como “la más bella de Europa”. En 1787, Mozart visitó Praga por primera vez y estrenó allí su ópera Don Giovanni. Asombran las antiguas puertas de la ciudad, construidas con grandes bloques de piedra y prolongaciones que terminan en agujas doradas.

Los monumentos en mármol o en bronce, como el de San Wenceslao, centrado en la llamada Plaza de la Ciudad Vieja, frente a la magnífica iglesia de San Nicolás, de estilo barroco, se encuentran por doquier, y embellecen los puentes sobre el río Moldava que atraviesa la ciudad. En un costado de esa plaza y al principio de la calle Karlova que conduce al Puente Carlos se encuentra el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja junto a dos torres góticas de la iglesia de Nuestra Señora de Tyn y el llamado Reloj Astronómico, que expresaba tiempos anteriores a la reforma moderna de 1582 introducida por el papa Gregorio XIII.

La extensa zona denominada “Castillo de Praga” está constituida por edificios de arquitectura religiosa y civil, murallas, jardines y palacios de los reyes. Frente a la Casa de Gobierno se yergue el monumento a Tomás G. Masaryk. En el Castillo se halla el Palacio Lobkowicz, con valiosas galerías de arte. El Teatro Nacional –que alberga la Prague Symphony Orchestra–, la casa Rudolfinum, el Museo Judío y el Museo del pintor Alfons Mucha son otras visitas.

A Carlos IV, el sabio rey que impulsó por igual la ciencia, el arte y las letras, y que fue sucedido en 1378 por Wenceslao IV, lo recuerda una estatua de bronce en la vecindad del complejo edilicio Klementinum, que erigieron los jesuitas en la época de regencia de Fernando I de Habsburgo y que alberga ahora la Biblioteca Nacional. Cerca del Puente Carlos, que tiene sendas torres de defensa en sus dos extremos, más treinta esculturas y grupos escultóricos religiosos en sus 515 metros por 10, se alza la hermosa iglesia católica St. Salvator, ejemplo del barroco temprano y sede de una rica tradición de enseñanzas, donde predicó Bernardo Bolzano (1781-1848), matemático, teólogo, filósofo, sacerdote, antimilitarista y autor de renombrados tratados de lógica. Carlos IV fundó en 1348 la primera universidad europea al norte de los Alpes, denominada Universidad Carolina, en la que Bolzano fue distinguido profesor y que recibe de continuo estudiantes de toda Europa. Los cursos para los extranjeros son en idioma inglés. La Universidad junto con la Academia de Ciencias de la República Checa alientan el CTS, Center for Theoretical Study, instituto de estudios avanzados que busca incrementar la interacción y la comprensión mutua entre los científicos de campos diversos, intentando cubrir la brecha tradicional entre las ciencias naturales y las ciencias sociales o humanidades. El pasado 16 de noviembre, el CTS tomó parte activa en la realización del encuentro “III e-Golem Biennale”: The Human Person, as seen in the converging perspectives of Science, Art and Religion” (La persona humana desde las perspectivas convergentes de la ciencia, el arte y la religión), junto con la embajada argentina en Praga.

También acuden muchos estudiantes de Europa a la prestigiosa Universidad Técnica Nacional fundada en 1707 por el emperador José I, que acertadamente declara en sus folletos en inglés para extranjeros: “We have been changing the face of the world for over 300 years” (Hemos estado cambiando la cara del mundo durante más de 300 años). Y luego agrega: “Come and study in Magic Capital of the Czech Republic” (Venga y estudie en la mágica capital de la República Checa). El Museo Técnico Nacional, fundado en 1908, es otra institución actualizada que exhibe la evolución del transporte (automóviles, trenes, naves y aviones), de los artefactos eléctricos, de los aparatos astronómicos y de medida. Además, está el Kepler Museum en la calle Karlova, en la misma casa donde vivió Johannes Kepler (1571-1630), matemático, astrónomo y astrólogo, asistente de Tycho Brahe (1546-1601) y protegido del emperador Rodolfo II. Allí puede verse un dibujo del Sol con los planetas Tierra y Marte, cuyas posiciones mutuas fueron analizadas por Kepler.

Otro es el Kafka Museum, que guarda pertenencias de Franz Kafka (1883-1924) en lo que fue su hogar. Al lado de la sinagoga española, en el barrio judío, existe una sorprendente estatua de bronce de Kafka sentado a horcajadas sobre un traje vacío. De la época comunista se ven construcciones de arquitectura futurista, como la torre de televisión en el barrio Zizkov. En esa zona se encuentra operativo el CIANT, International Centre for Art and New Technologies. CIANT es una plataforma interdisciplinaria para la investigación, la producción y la presentación de usos creativos de las tecnologías de la información y la comunicación en el campo de las artes.

Deseo dejar constancia de que todo el relato que acabo de realizar –salvo inexactitudes o equivocaciones, que son de mi responsabilidad– fue posible gracias al embajador argentino en Praga, Vicente Espeche Gil, que tuvo la gentileza de orientarme y cuidarme.

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