Algunas afirmaciones del papa Francisco vinculadas a la economía mundial, entre otras materias, generan preocupación entre los especialistas.

El Papa Francisco me genera sentimientos encontrados.

Me entusiasma cuando viaja a la isla de Lampedusa y, mezclado con quienes han puesto en riesgo su vida y enfrentan fuerte incertidumbre, llama la atención sobre la dramática situación de algunos seres humanos; y también me entusiasma cuando le dice de todo a un cardenal que gastó 32 millones de euros en remodelar su residencia.

Pero me agarro la cabeza cuando critica la teoría del derrame, sostiene que, para sobrevivir, el capitalismo necesita guerras, y afirma que el endurecimiento de las penas no disminuye la cantidad de delitos.

.  .  .

Cito textualmente sus afirmaciones con respecto a las dos primeras cuestiones. «Algunos todavía defienden las teorías del ‘derrame’, que supone que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante», sostuvo en la exhortación apostólica Evangelli gaudium (La alegría del Evangelio), del 26 de noviembre de 2013.

Por otro lado, «el actual es un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios. Pero como no se puede hacer la Tercera Guerra Mundial, entonces se hacen guerras locales. ¿Y esto qué significa? Que se fabrican y se venden armas, y con esto los balances de las economías idolátricas, las grandes economías mundiales que sacrifican al hombre a los pies del ídolo del dinero, obviamente se sanean», afirmó en un reportaje publicado en el diario La Vanguardia, el 13 de junio de 2014.

El Papa ataca «las teorías» del derrame cuando tal idea, formulada como teoría, no existe. Lo que puede existir, o no, es «la realidad» del derrame, basada en el hecho de que –desde el punto de vista de sus energías y sus posibilidades– no todos los seres humanos somos iguales. En la Argentina Alberto Olmedo personificó la realidad del derrame, cuando varios actores y actrices se quedaron sin trabajo ante la súbita e inesperada muerte del «derramador».

Sólo una ínfima minoría de economistas recomienda que cada ser humano se contente con lo que recibe del «mercado», es decir, de la interacción privada y voluntaria con el resto de los seres humanos; pero la mayoría también puntualiza que, sustituyendo o complementando el derrame privado, el Estado cobra muy caro sus servicios (con la misma cantidad de recursos Cáritas soluciona muchos más problemas que tienen las personas de carne y hueso, que los funcionarios).

En cuanto a la relación entre capitalismo y guerra, modernamente la idea fue planteada por quienes explicaron la finalización de la Gran Crisis de la década de 1930, por los preparativos y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial; y también por la preocupación que la finalización de la contienda tendría sobre la demanda agregada y por consiguiente la reaparición de la recesión. Preocupación que felizmente no se materializó.

Todo alumno de economía aprende en el curso introductorio que los recursos tienen usos alternativos: con el mismo acero con el cual se fabrican cañones se pueden fabricar puentes o camiones. Por consiguiente para funcionar el capitalismo no necesita generar guerras, basta con redireccionar la demanda. ¿Cómo explican, quienes conectan el capitalismo con la guerra, el resurgimiento de Japón luego de 1945, país al que «por las dudas» se le prohibió que se rearmara?

Las aseveraciones papales en el plano fáctico no se circunscriben a los aspectos económicos de la realidad, porque también incursionó en la relación (o falta de ella) entre el endurecimiento de las penas y la cantidad de delitos. No soy un experto en esta última cuestión, pero registro que tanto las madres como los árbitros deportivos, les agravan las penas a los reincidentes. ¿Estarán equivocadas todas las madres del mundo, así como quienes diseñaron las reglas de juego deportivas?

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¿Qué tienen en común los tres ejemplos citados? Que ensayan explicaciones causales sobre hechos observados. La desigualdad de los ingresos (que no es lo mismo que la inequidad, porque la desigualdad es un concepto estadístico y la inequidad un concepto ético), el capitalismo, las guerras y los delitos son hechos observables. La operatoria de la teoría del derrame, la relación entre el capitalismo y la guerra, así como la relevancia de los enfoques garantistas y abolicionistas, pertenecen al plano de la explicación causal de los hechos observados.

En economía al menos, y sospecho que también en otras disciplinas, la explicación causal de los hechos observados es una tarea bien difícil. Por el denominado problema de (falta de) identificación. Ejemplo: llego a mi casa y encuentro que el patio está mojado. Este es el hecho. ¿Por qué estará mojado? ¿Porque llovió, porque lo baldearon o porque se rompió un caño? La respuesta a este interrogante no pertenece al plano de la lógica sino al de la «información» (si sé que no llovió y que nadie lo baldeó, hay que llamar al plomero). Los debates públicos sobre por qué hay delito, sin aportar información específica, sirven para entretener o para el lucimiento personal, pero no ayudan a entender y por consiguiente a actuar.

Además, en el plano fáctico, tanto los hechos como las explicaciones varían en el tiempo y en el espacio. Raúl Prebisch habló del deterioro de los términos del intercambio en 1949: nadie que lo conoció puede sugerir que era tan necio como para no modificar su diagnóstico a la luz de la evolución del precio internacional de la soja. Por consiguiente, tanto los hechos como las explicaciones causales tiene que ser «fechadas», y también circunscriptas desde el punto de vista geográfico (en base a la experiencia, de repente soy mucho más privatista en la Argentina que en Alemania).

.  .  .

En las primeras páginas de La riqueza de las naciones, la obra que publicó en 1776, Adam Smith explicó los beneficios de la especialización, o de la división del trabajo. Principio importantísimo que viene a cuento a propósito de estas líneas.

Del referido principio surge la siguiente propuesta: que el papa Francisco plantee los problemas que observa, y que nos encargue a los profesionales de las distintas áreas que busquemos soluciones factibles, para eliminar o al menos disminuir los problemas, pero en serio.

Lo que está ocurriendo en el Mediterráneo también ocurre –aunque no de manera tan trágica– en la frontera entre México y los Estados Unidos. ¿Qué lleva a seres humanos a arriesgar perder la vida subiéndose a un bote que no tiene las mínimas condiciones de seguridad, para arribar a una tierra donde no saben qué les espera? La desesperación. El Papa hace bien en llamar la atención sobre este dramático hecho, pero no ayuda sostener que se debe al «capitalismo africano», que no retiene a quienes viven el referido continente, o al «capitalismo europeo», que no los absorbe de manera digna. Lo mismo se puede decir con respecto a la cuestión de cómo son tratados los ancianos y los niños.

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Esto me lleva a la cuestión final. Para lograr lo que se propone el Papa, junto a testimoniar la existencia de grandes problemas y evitar incursionar en el plano de las explicaciones causales lácticas, tiene que ser «exigente» con los profesionales. ¿Qué tal si el Sumo Pontífice plantea la agenda de investigación de las distintas disciplinas, para que la tomen a su cargo hombres y mujeres –creyentes o no– que dicen estar interesados en solucionar problemas concretos?

Esta propuesta resulta hoy absolutamente relevante. En economía buena parte de la investigación aplicada se ocupa de temas irrelevantes o poco importantes. Subproducto de que, desde la Segunda Guerra Mundial, el análisis económico se «americanizó», con sus ventajas y sus inconvenientes. Análisis pensados para gobiernos estables, y Estados creíbles, no pueden ser trasplantados, y menos de manera mecanicista, a realidades como las nuestras. Esto no quiere decir dejar de entrenarse en las universidades extranjeras; quiere decir ir, estudiar, volver y… ¡pensar!

El papa Francisco podría aportar a lo que seguramente es su objetivo último, solucionar problemas concretos de los seres de carne y hueso, si desde la privilegiada posición que ocupa, les dice a quienes se dedican a las diferentes disciplinas que pongan la cabeza y las agallas al estudio concreto de los problemas prácticos, sugiriendo soluciones factibles.

En realidad, no deberíamos esperar que el Papa lo haga. Deberíamos comenzar nosotros mismos, poniendo el saber específico al servicio de los dirigentes políticos. No siempre el problema es que al gobernante de turno no le interesan las soluciones; a veces el gobernante de turno no sabe qué hacer, ante la ausencia de propuestas concretas, basadas en diagnósticos realistas.

El autor es Profesor de UDESA y UCEMA. Consultor de DEPABLOCONSULT

28 Readers Commented

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  1. rosa maría fader on 9 agosto, 2014

    Entiendo que en el plano de lo humano, el Papa es tan falible como cualquiera de nosotros, en consecuencia sería más que interesante que este comentario le fuera planteado directamente y se promoviera algeun equipo de trabajo que encare cada uno de estos temas desde la especificidad de su profesión (cosa que, supongo, de algún modo el Papa debe haber hecho).

  2. Juan Carlos Lafosse on 10 agosto, 2014

    En este texto aparece crudamente la ideología neoliberal con su defensa de los intereses de las finanzas globales y sus proyectos políticos, siguiendo la lamentable línea editorial de Criterio.

    A nuestro Papa Francisco ya lo tildaron de comunista y marxista en varios medios neoliberales. También en CNN Dinero se burlaron de él otorgándole la “medalla de cartón”.

    Y ahora – en la revista Criterio – un consultor mediático pretende que “sea más exigente” con sus asesores económicos, “se agarra la cabeza” cuando Francisco dice con claridad que este sistema es una idolatría cruel que necesitamos superar y sugiere que “podría aportar” soluciones para problemas reales … siempre que se lo encargara a “los que saben”. Crease o no, ese nivel de soberbia y desconocimiento del mensaje de Francisco.

    Quizás la mejor respuesta es el párrafo final del artículo de Stefano Zamagni en este mismo número de la revista:

    “El intento de no mostrar en toda su realidad la naturaleza religiosa del capitalismo global se da principalmente de dos maneras.
    Por una parte, las decisiones de contenido moral se presentan en términos técnicos (los derechos humanos fundamentales deben ser limitados por razones de eficiencia).
    Por otra, los temas técnicos con respecto a los medios (como la opción entre “más mercado” o “más Estado”) son presentados como si se tratara de cuestiones ideológicas.
    Esforzarnos por desenmascarar proyectos de esta naturaleza es una manera de demostrar la importancia intelectual y la capacidad de perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo actual.”

  3. lucas varela on 11 agosto, 2014

    No, no Sr. De Pablo; el papa Francisco no complica la solución. Es un error reaccionar tan agresivamente frente a la mirada del papa Francisco.
    Fíjese que ahora Ud. , Sr. De Pablo, reconoce que está obligado a “pensar” la explicación causal de los hechos (lamentables en la Argentina hasta el final infeliz del 2001). Duele saber que los resultados de políticas económicas que uno defiende como exitosas, resultan calamitosas.
    La doctrina de la iglesia ahora enfatizada por el papa Francisco, es la misma de siempre. La concepción católica de la economía enfatiza los mismos principios esenciales de la vida humana. Claro, el estilo del papa Francisco es más efectivo.
    Sí, hay que “pensar”. Y si se es economista, quizás el pensamiento sea más ponderable; aunque, es mala cosa dejar la economía en mano de economistas. Es bueno que todos “pensemos” la economía.

  4. Reinaldo Virginio on 11 agosto, 2014

    Hay que ser muy ingenuo…………..o partícipe del negocio, para afirmar que los «poderosos» del mundo no «fabrican» las guerras para hacerse de más poder, tanto con la fabricación de armamento como en la reconstrucción de lo destruido al terminar la contienda. Japón, Alemania, Italia entre otros resurgieron económicamente «gracias» al aporte (Yo lo denomino: Negocios Sucios) de las empresas, que, ¡¡O casualidad!!, todas pertenecían al vencedor………………¿Si esto no es hacer negocio con la guerra, díganme que es hacer NEGOCIO?
    Saludos Cordiales
    Reinaldo..

  5. Juan Carlos Lafosse on 15 agosto, 2014

    Para información del autor y de quienes hayan leído este texto, acá van los links que contienen la opinión del presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional del Episcopado Norteamericano sobre «lo que está ocurriendo … en la frontera entre México y los Estados Unidos». Vale la pena leerlo, porque explica que tiene que ver el capitalismo americano con las cosas que pasan.

    Supongo que Mons. Pates debe figurar en la lista de «comunistas» de la CNN y en la de los «que no saben» del Sr. De Pablo.

    Original en inglés: http://www.usccb.org/issues-and-action/human-life-and-dignity/global-issues/latin-america-caribbean/upload/letter-to-secretary-kerry-from-bishop-pates-on-central-america-2014-07-24.pdf

    En español: http://www.usccb.org/issues-and-action/human-life-and-dignity/global-issues/latin-america-caribbean/upload/letter-to-secretary-kerry-from-bishop-pates-on-central-america-spanish-translation-2014-07-24.pdf

  6. Jorge Llorens on 19 agosto, 2014

    Me parece valiosísimo el contrapunto entre lo de Zemagni y lo de De Pablo, ya es tiempo que discutamos ideas sin descalificar. Yo acuerdo con lo de Zemagni.

  7. Arnaud Iribarne on 20 agosto, 2014

    El Obispo de Olinda y Recife, hace unos años, era Mons. Helder Camara.Solía repetir una anécdota vivida.
    En una reunción con laicos de muy buena situación económica maniferstó que le dolía la pobreza y que había que ayudar a esa gente. Una señora respetable le dijo «Monseñor, ud. es un santo»
    Luego Helder Cámara agregó que habría que analizar porqué este sistema económico producía tangos pobres.
    La señora le dijo: «Pero, Monseñor, Ud. es comunista !!»

  8. Luis Alejandro Rizzi on 20 agosto, 2014

    Comparto lo que dice de Pablo. Es obvio que FRANCISCO poco o nada sabe de economía; cuando dice «…el actual sistema económico que ya no se aguanta» que para sobrevivir genera guerras locales. La verdad eso es un sofisma ya que la conflictividad está en el ADN de todo ser humano. Los conflictos los genera la gente, otra cosa es que haya gente que vive gracias a los conflictos, pero la culpa no es del capitalismo, es de las miserias humanas FRANCISCO y estas existirán mientras el hombre nazca con el pecado original…porque asi somos…
    El mismo Francisco habló al regresar desde Corea que existe el derecho a defenderse o detener al agresor y en general los conflicto «LOCALES»s de hoy dia estan causados mas que nada por fanatismos religiosos o ideológicos antes que por motivos economicos

  9. Juan Carlos Infantino on 21 agosto, 2014

    Que curioso que a ESTE PAPA , que habla de aquello silenciado casi siempre, se lo cuestione por el rigor relativo de sus argumentos.Si coincido que existen pocas ideas alternativas o no tiene gran difusion.EL TEMA INEQUIDAD/DESIGUALDAD ES LA ENCRUCIJADA ACTUAL,ahora me pregunto si un analisis de la cadena de costos muestra una rentabilidad al menos pagana,que sucederia?
    Si se aplicara la tasa TOBIM.
    Si se legislaran impuestos adecuados.
    Si se creara un fondo de desempleo, con solidez.
    El sistema que es expuesto, de manera neutra, en este ariculo seguramente no lo seria a la hora de oponerse.
    Lic. Juan C. Infantino

  10. Juan Carlos Lafosse on 21 agosto, 2014

    Veamos cuan seria es la «economía» que proponen en los países «serios» los economistas y organismos «serios», los «que saben»…

    Este tema fue mencionado por la Dra. Cristina Calvo en su exposición en la Semana Social de Mar del Plata.

    Copio la primera parte de un artículo del diario «El País», y abajo está el enlace para que pueda verse completo.

    El PIB subirá hasta un 4,5% al sumar prostitución, drogas y otros cambios

    La revisión estadística y metodológica rebajará la ratio de déficit y de deuda pública.

    J. SÉRVULO GONZÁLEZ Madrid 12 JUN 2014 – 11:21 CET
    Fuente: INE y elaboración propia.

    El producto interior bruto (PIB) —el indicador que explica el tamaño y la evolución económica de un país— pegará un salto olímpico de hasta un 4,5% a partir de septiembre, lo que supone una inyección de unos 46.000 millones al PIB. No será por una milagrosa mejora de la actividad, sino por un cambio estadístico. La nueva cifra recogerá el impacto de las drogas y la prostitución en la economía.

    El Instituto Nacional de Estadística (INE) está recalculando el valor del PIB para cumplir con un reglamento de la Comisión Europea y las recomendaciones de Eurostat, la oficina de estadística comunitaria. Bruselas quiere actualizar la metodología contable para aplicar la normativa denominada SEC 2010. Los gastos militares y en I+D+i se contabilizarán como inversión en vez de como consumo, lo que aumenta el PIB entre el 1,2% y el 1,5%.

    Además, Bruselas insiste en que se recojan las actividades ilegales —producción y tráfico de drogas, prostitución y contrabando—, que engordará la cifra entre 1,5% y el 3%. Este aumento también se debe a la actualización del censo de población y de vivienda, la nueva Encuesta de Población Activa y a otras mejoras estadísticas, según explican desde el INE, que remachan que lo ilegal no tiene por qué ser muy importante.

    El déficit bajará en unas tres décimas con la nueva metodología
    El cambio de la fórmula para calcular el PIB tendrá un efecto inmediato en las grandes cifras económicas. Si la economía crece hasta un 4,5% como prevé el INE, el ratio de deuda —uno de los indicadores que miran los mercados para determinar la salud económica de un país— se reduciría unos cuatro puntos.

    El año pasado la deuda cerró en el 93,9% del PIB y con la nueva metodología caería hasta el 90%, el límite que algunos expertos consideran crítico para el crecimiento. El déficit, por su parte, menguaría en unas tres décimas. Si el año pasado cerró en el 6,62%, la revisión estadística lo dejaría en el 6,34%, por debajo del objetivo comprometido con Bruselas (el 6,5%). El Gobierno rebajó en abril la meta de déficit para este año del 5,8% al 5,5%, las mismas tres décimas que supondrá la variación de la fórmula estadística.
    ….
    http://economia.elpais.com/economia/2014/06/12/actualidad/1402564871_895351.html

  11. pepe on 21 agosto, 2014

    Fantásticos los comentarios de Juan Carlos Lafosse.
    De Pablo!!! mostrás la «hilacha» désde el título y la bajada, sos tan obvio que no amerita cometario alguno.

  12. beto on 22 agosto, 2014

    de pablo, de «economista» nada, che. Cuando dice «no hay teoría del derrame», niega su condición de tal (economista), ya que la ciencia, cualquiera, solo es posible en el mundo de las teorias y las hipótesis, siempre y cuando sean pasibles de refutación en el espacio de lo empírico, y por tanto, de condición de «verdad provisoria», sino ya entramos en el ámbito de los «dogmas»…, ya que para «construir» una «fenómeno» y ponerle un «nombre», en este caso «derrame», es absolutamente necesaria las teorías… lo que si es cierto, razón a favor de bergoglio,es que esa «construcción teórica» que es el supuesto derrame, ni llega a tener el «formato» de «teoría», apenas una hipótesis, más fruto de la ideología que de la observación, nunca observada en sí, ni nunca «observable» como tal…

    • alberto garione on 22 agosto, 2014

      quiero decir: NADIE puede ser privado de hablar acerca de economía, TODOS (incluido de pablo) hablamos de economía desde un posicionamiento ideológico…. Si de pablo niega eso, de «economismta» nada, porque reconocerlo es el primer presupuesto de la ciencia económica…. Lo que plantea de pablo, tiene un solo condimento «científico»: sin ningún tapujo emprende una lucha «idelógica» contra otras maneras de ver y hacer

  13. lucas varela on 23 agosto, 2014

    Estimados amigos,
    No nos olvidemos que se opina de De Pablo porque primero habló el papa Francisco. Lo importante, y trascendente, es que el papa Francisco exhorta a tener una visión humanista de la economía. Porque el problema es el pobre; la economía no es problema.
    Conociendo al pobre, comienza la solución inevitable.

  14. Horacio Teodoro Parenti on 23 agosto, 2014

    Parece que ninguno de ustedes leyo El Capital. Leanlo y luego , si pueden, defiendan al capitalismo.

  15. lucas varela on 25 agosto, 2014

    Estimado Parenti y amigos:
    Durante la segunda mitad del siglo XIX, producida la revolución industrial, hubo crecimiento de la economía y éxodo rural debido al incremento de la productividad agrícola. Esto generó hacinamiento urbano, salarios bajos, y el surgimiento de una miseria urbana profunda y extrema. Contrariamente, el crecimiento económico se aceleró muchísimo en Inglaterra y Francia. En este contexto se desarrollaron los primeros movimientos comunistas y socialistas. El argumento central era simple: ¿Cuál fue la bondad del desarrollo industrial? Después de 50 años de crecimiento industrial, la condición miserable de las masas es como era entonces; la sociedad dudaba de su futuro a largo plazo. Y Marx tenía algo que decir.
    Marx sentenció, erróneamente, que la acumulación de capital podría incrementarse indefinidamente, hasta el fin apocalíptico del capitalismo.
    No obstante, Marx es relevante para advertir que el problema de la acumulación de la riqueza en pocas manos es de considerable importancia, especialmente en países de bajo crecimiento. Es un factor desestabilizante.

  16. Sebastián Caputo on 28 agosto, 2014

    Admiro a Juan Carlos de Pablo por su inteligencia y claridad al explicar los conceptos económicos pero debería reconocer que los economistas no han sabido dar soluciones a la desigualdad de los ingresos por lo cuál si el Papa los consultara no sabrían darle una respuesta.

  17. Juan Carlos Lafosse on 29 agosto, 2014

    Estimado Sebastián Caputo,

    El asunto no es solo que «los economistas no han sabido dar soluciones a la desigualdad de los ingresos», creo que hay que analizar al menos otros dos aspectos de esta cuestión.

    Por un lado, «los economistas» no son un grupo homogéneo sino que hay debates intensos e interesantes entre ellos. Pero ocurre también que hay grupos ideológicos dominantes que silencian las voces heterodoxas e imponen su visión en los circuitos académicos y mediáticos. Cuentan con el apoyo de los ultraricos, que financian y controlan sus fundaciones, universidades, seminarios y los medios de comunicación donde se publican artículos como este. Vea los párrafos finales del artículo de Zamagni para ver cómo opera esta mafia de cuello blanco y manos rojas de sangre.

    El segundo aspecto es que la desigualdad de ingresos es algo muy diferente de la exclusión y el descarte que crece en el mundo entero. Y esto es realmente lo más grave del sistema – injusto en su raíz como lo califica Francisco – porque afecta la pertenencia de las personas a la sociedad y su dignidad más esencial.

    Hoy en el mundo entero hay más conciencia de este espantoso problema social. Aparecen economistas como Amartya Sen, Kaletsky, Piketty, Stiglitz y Krugman cuyas voces logran hacerse oír en algunos medios, nuevos foros como el que se desarrolla actualmente en Sao Paulo que se contrapone con el de Davos. También la Economía de la Comunión y la Economía Civil que impulsan los Focolares y Stefano Zamagni. Acá en el año 2010 el entonces Cardenal Bergoglio escribió que sacar divisas del país es pecado, lo que no se difundió como debería ni fue mencionado en Criterio. Hay formas de corrupción que se ocultan.

    Pero también hay nuevas guerras, maniobras seudo legales y ataques del poder económico financiero que son el “argumento” que utilizan para imponer su lógica de mercado insaciable. Por eso el Papa nos exige participar, no borrarnos y ponernos del lado de las víctimas de esta idolatría del dinero.

    El presidente de EEUU habla de la inequidad y se preocupa por esta absurda situación. Y a él también lo acusan de comunista! Copio parte de una entrevista que le hizo The Economist el pasado 2 de Agosto. No la encontré completa en castellano.

    «…
    And this to me is the big challenge: How do we preserve the incredible dynamism of the capitalist system while making sure that the distribution of wealth and incomes and goods and services in that system is broadly based, is widely spread?

    And the reason I’m concerned about this is not in any way a punitive notion. Oftentimes, you’ll hear some hedge-fund manager say, ‘Oh, he’s just trying to stir class resentment’. No. Feel free to keep your house in the Hamptons and your corporate jet, etc. I’m not concerned about how you’re living. I am concerned about making sure that we have a system in which the ordinary person who is working hard and is being responsible can get ahead and is seeing modest improvements in their life prospects, if not for themselves, then certainly for the next generation.

    And I believe that that’s the big challenge, not just for the United States, but that’s the big challenge for everybody.»

    Cordialmente,
    jc

  18. Jorge Llorens on 31 agosto, 2014

    En los dos artículos, De Pablo y Zamagni, así como en los interesantes comentarios de los lectores se observa una tensión entre la política económica que apunta a la eficiencia y una que apunta a la distribución de los ingresos; el economista norteamericano Arthur Okun decía que entre el extremo eficientista y el «humanitario» hay diferentes posiciones y no se puede secir que hay «una» correcta, sino que lo mejor para la sociedad es la sucesión virtuosa de gobiernos con diferentes orientaciones.

  19. Juan Carlos Lafosse on 2 septiembre, 2014

    Estimado Sr. Jorge Llorens,

    El problema es definir cuál es el OBJETO de la sociedad, para qué y para quién sirve un sistema económico social. Hablar de eficiencia y distribución es algo que viene recién después de haber fijado los objetivos y entonces la eficiencia estará medida precisamente por la equidad de la distribución, que es el primer objetivo ético de la sociedad.

    El objeto central, y realmente único, de la sociedad es el hombre en toda su dignidad. Es el Estado quién tiene la responsabilidad del bien común y la economía es solo una herramienta que debe usar para hacerlo con eficiencia.

    Nuestra responsabilidad como cristianos a la que nos llama el Papa no se refiere a los medios sino a los fines, nos exige poner el hombre y su dignidad como objetivo y no tratarlo como a un “recurso descartable” para beneficio de unos pocos. Sin duda puede haber discusiones sobre los medios más efectivos, pero como dice Francisco “¡El dinero debe servir y no gobernar!”. EG 58

    Podemos cambiar gobiernos, eso no es lo importante. Lo que es vital es que la sociedad tenga claros sus objetivos y que a través de la participación de todos pueda mantenerlos e ir creciendo en valores solidarios. No nos es lícito borrarnos de esta tarea.

    Francisco lo dice con absoluta claridad: “Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano.” EG 55 y “Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible, a veces virtual, que impone, de forma unilateral e implacable, sus leyes y sus reglas.” EG 56

    Confundir medios con fines es una falacia que el poder económico busca deliberadamente naturalizar en nuestra sociedad. Está en la raíz ideológica del neoliberalismo y bien presente en este artículo. Parte de la forma en que lo hacen es lo que nos muestra en sus párrafos finales el lúcido artículo de Stefano Zamagni.

    Cordialmente,
    jc

    • Jorge Llorens on 12 septiembre, 2014

      Estimado Sr. Varela, usted pone el énfasis en los fines, como si hubiera «un» tipo de sociedad al que tender, con «un» ideal filosófico o religioso, creo que el desafío para los argentinos «todos» es una sociedad que admita varios ideales, varios credos y que los que los defienden lo hagan respetuosamente. Hace poco en La Nación el señor Loris Zanatta advertía del peligro de los ideales únicos, de los movimientos refundadores de la Argentina.

  20. lucas varela on 2 septiembre, 2014

    Estimado Jorge Llorens y amigos,
    La “sucesión virtuosa de gobiernos con diferentes orientaciones” es un ideal deseado por todos, que merece un poco de análisis.
    Es válido suponer que la “sucesión virtuosa de gobiernos” deba ocurrir en un sistema democrático estable. Siendo así, es condición necesaria delegar autoridad y apoyarse en la autoridad del prójimo para lograr objetivos comunes. La delegación de autoridad es un acto de confianza en que el prójimo será consecuente con lo que nosotros deseamos hacer; que difiere desde el “eficientismo” extremo al “humanismo” extremo, como bien dice el citado Arthur Okun. Y para terminar de describir el sistema democrático, debemos considerar los intereses concretos (materiales o no) que siempre subyacen detrás de cada ideología abstracta.
    En este contexto, la autoridad será virtuosa o no.
    Están las autoridades sin ideas fijas, porque no esclavizan su espíritu a una ideología (ni a un interés determinado). Son fieles a su espíritu, a sus afectos, y a una moral. Son hombres, y no fórmulas encarnadas del “mercado” o del “proletariado”. Nunca serán “intelectuales” y siempre serán lo mismo, constantes y consecuentes.
    Y están los otros. Los que predican el mismo sermón. Son fieles a su ideóloga (y a sus intereses concretos), y son tercos en sostenerlos. Tanto, que llegan a definirse como “anti” algo; se insertan en un ciclo de negación, hasta el fanatismo agresivo.
    Aquí es donde vale considerar la exhortación del papa Francisco. Todo el sistema se construye a partir de nuestro virtuosismo en la delegación de autoridad, no importa cuál sea nuestra ideología. Lo importante es nuestra condición de hombres, con afectos, y con espíritu cristiano.

  21. lucas varela on 5 septiembre, 2014

    Estimado Jorge Llorens y amigos:
    El virtuosismo ( o no) de los gobiernos, y el propio, debe ser algo concreto y de permanente conciencia. Permítanme entonces, complementar los conceptos de mi comentario anterior.
    La “ideocracia” es odiosa, agresiva, y frecuentemente deshonesta. Genera “ideofobia” que es negativa, porque persigue a una idea en nombre de otra. ¿ Vos sos neoliberal? o ¿ Vos sos kirchnerista?, es la pregunta inquisitiva, amenazante y definitoria, de quien es lo contrario. Quieren hablar de política, pero no pueden, no son virtuosos.
    Y frecuentemente son deshonestos, porque no defienden su idea sino el interés subyacente detrás de esa idea.
    El hombre fiel a su espíritu cristiano, es toda idea y es forma. El “pequeño Larousse ilustrado” dice de la forma lo siguiente: “principio activo que constituye la esencia de los cuerpos”. El hombre se forma viviendo todas las ideas que enriquecen su espíritu. Tiene ideas, como ojos y manos, pero no es poseído por ellas. Y el virtuoso no es quien tiene razón sino verdad, que arranca desde el íntimo estado del hombre. El hombre verdadero.

  22. Pancho Martín on 10 septiembre, 2014

    Esclarecedora intervención. Se podría agregar que hay afirmaciones del Papa en materia económica, que son superficiales y que sin mayor explicación, se apartan de los principios de la Doctrina Social; que en la materia económica; encontramos en la Encíclica «Centésimas nano» de Juan Pablo II. Donde se pone más el acento de la actividad en la sociedad, y no tanto en el Estado.

  23. mario on 12 septiembre, 2014

    La globalizacion cambió los factores. Conozco a Juan C. de Pablo hace mas de treinta años y lo conozco como un economista equilibrado. La globalización llevó a modelos macroeconómicos distanciados de la gente y el factor competitivo de la misma se usó sin cortapisas fueran los países del mundo desarrollados mas, menos o nada. El Papa Francisco es un humanista alejado de esas teorias y guiado por la doctrina social de la Iglesia que promete intermediar entre los fuertes y los debiles. Gracias. Mario Russak

  24. lucas varela on 13 septiembre, 2014

    Bien, bien, amigo Mario Russak. Así de sencillo.
    La simple intermediación del papa Francisco, humanista y cristiana, nos invita a reconocer desigualdades injustas, involucrarse y «pensar».
    No cabe sentirse ideológicamente agredido, o técnicamente escandalizado por algún concepto economicista.

  25. Juan Carlos Lafosse on 13 septiembre, 2014

    Estimado Sr. Jorge Llorens,

    Lo que quiero enfatizar es que los fines, el objetivo de la sociedad, es lo central. Si no sabemos a donde queremos ir quedamos perdidos en manos de aquellos que tienen el poder de conducirnos.

    La discusión de cuales son los caminos también pertenece a la sociedad, a todos nosotros. Tampoco podemos dejar en manos de unos pocos por que caminos ir.

    Es un problema de orden: primero donde ir, luego como llegar. Pero siempre es la sociedad toda la que está a cargo, la que evalúa, critica, apoya, resiste, busca en definitiva la forma más eficiente de que cada uno de nosotros pueda alcanzar sus objetivos, con toda la riqueza de nuestra diversidad,

    Que no puede ser menos que lo que pide Francisco: «Pero queremos más todavía, nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un «decoroso sustento», sino de que tengan «prosperidad sin exceptuar bien alguno». Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común.» EG 192

    Comparto con usted que generar capacidad de diálogo respetuoso es fundamental y me alegra por esto su amable respuesta a mi comentario.

    Cordialmente,
    Juan Carlos Lafosse

  26. horacio adrián bottino on 24 octubre, 2014

    ¿Es verdad lo que dice el Papa Francisco, que el volumen de dinero que mueve el sistema financiero, es 48 veces más que el PBI MUNDIAL?

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