Mercosur, mucho más que comercio

El anuncio sorpresivo sobre lo que está ocurriendo en el marco del Mercosur, ha dado lugar a una serie de declaraciones, confusiones y aclaraciones y los medios han estado dando buena cuenta en los últimos días.
La cuestión ha sido analizada atendiendo a tres variables: la ideológica, la de las personalidades en juego y la económica comercial.
El primer hecho de relevancia a tener en cuenta es que hay una nueva mayoría ideológica en el Mercosur. La orientación prevaleciente en época de Lula da Silva en Brasil ha dado un giro de 180 grados, dejando al Gobierno argentino en minoría.
En segundo lugar, no hace falta entrar en detalles para comprender que las personalidades de los actuales jefes de Estado de la región difieren considerablemente entre sí.
El tercer hecho a considerar es que la pandemia pone en potencial revisión al complejo entramado de acuerdos bilaterales o multilaterales existentes en todo el mundo. Los tratados deben ser respetados hasta que nuevos acuerdos los reemplacen. No ha llegado todavía el momento de tomar decisiones drásticas hasta tanto se despeje la polvareda que dejará el Coronavirus.
Los países de Sudamérica se encontrarán entonces ante el enorme desafío de rediseñar y construir una estructura productiva en función del mercado regional y un mercado global de incierta evolución.
Finalmente, desde su comienzo, el Mercosur nació de un entendimiento histórico y visionario desde los valores de la democracia, la cooperación internacional, la definitiva superación de insensatas rivalidades y la paz. El capítulo nuclear sigue siendo parte esencial de aquel entendimiento trascendente entre los dos países más importantes de la región. Nada de ello debe olvidarse al momento de abordar las importantes cuestiones comerciales.

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  1. Muchos analistas coinciden que el mundo posterior a la pandemia será distinto y, como la nota bien señala, será necesario rediseñar tratados, contratos, alianzas y sociedades, en un contexto en donde, como ya se percibía incluso desde antes, aparecerán pulsiones regresivas de nacionalismos y proteccionismos cerrados, más centrados en instintos primarios de autoconservación colectivos que en la razón que señala, por historia y discernimiento, que la fortaleza estriba en la interdependencia y cooperación entre las naciones. Para ello es importante que haya estadistas que trasciendan intereses y ambiciones de poder mediocres y condicionamientos ideológicos integristas, para privilegiar el bien común universal con políticas y estrategias consensuadas de largo plazo.

  2. Juan Carlos Lafosse on 1 mayo, 2020

    Describir los efectos de la pandemia actual como una «polvareda que se despejará» y opinar que mientras tanto «no hay que tomar decisiones drásticas», simplemente no es compatible con la realidad que vivimos los seres humanos y nuestro planeta.

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