Una publicación sobre temas éticos vinculados con las ciencias de la salud, en buen romance, un libro sobre ética biomédica no representa hoy una rareza. Muy por el contrario, en este último siglo en razón del avance científico-tecnológico en esta disciplina las publicaciones, sean libros, trabajos en revistas científicas o conclusiones de jornadas son abundantes.

 

No todas tienen igual valor científico y, lo que considero aún más grave, no todas expresan en sus contenidos el análisis de la verdad en libertad.

 

Existen tantos planteos bioéticos como antropológicos pretendan fundamentar. También nuestro conocimiento nos dice, muchas veces en voz baja, casi inaudible, que la verdad es una sola y que la tendencia actual en aras al “endiosamiento de la democracia” hace que esta verdad pase por la habilidad de consensuar, y para mí consensuar es sinónimo de consentir.

 

Ante una sociedad pluralista, integrada por hombres con un fuerte sentimiento personalista, y en los cuales domina la hoy tan admirada “moral de situación” (“hago lo que creo mejor para mí, lo mejor en este momento…”), donde el fin justifica los medios, es realmente difícil educar a la conciencia.

 

Este perfil que compromete a las ciencias en general, también lo hace con la biomedicina en particular . Poder, dinero, desprecio hacia el prójimo y soberbia, son algunos de los determinantes de la cadena de exterminio que cubre un amplio capítulo de la ética biomédica.

 

La Hna. Elena Lugo Ph.D. de la Georgetown University, psicóloga, socióloga, docente e investigadora de ética biomédica y filosofía de la medicina de la Universidad de Puerto Rico-Mayagüez, hace tiempo que viene abordando temas de ética biomédica, particularmente en las áreas de la investigación, de la clínica médica y de la relación médico-paciente.

 

Su última publicación, motivo de este comentario, se titula Temas de Bioética. Persona: dignidad, integridad, identidad, comunidad y trascendencia. Editados por Schönstatt impecablemente, ha sido prologado por monseñor Estanislao Karlic, arzobispo de Paraná y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

 

Sin un concepto claro a la vez que sólido de persona humana, no podemos construir el futuro de la humanidad. Y con el temario que la Hna. Lugo desarrolla en sus exposiciones ha vertebrado el conocimiento ético biomédico, introduciéndonos con solvencia científica y moral en los temas de mayor actualidad.

 

Es bueno, como dice el Evangelio, que la semilla caiga en terreno fértil, espero que en este caso sea así. La palabra del Señor nos muestra el camino, pero es nuestro recto juicio de conciencia el que nos ayuda a transitarlo.

 

Esta publicación es una herramienta especialísima para ahondar en el conocimiento de la ética biomédica, puesto que está estructurada como para trabajar los problemas planteados a través o con la ayuda de un sereno juicio recto de conciencia.

 

No olvidemos estas palabras de A. Frossard que creo completaban el ideal del análisis ético biomédico: “Estamos situados entre dos misterios absolutos: por una parte la materia, evidencia cotidiana, y por otra el espíritu, que nunca se demuestra mejor que negándolo.

 

Estos dos opuestos desafíos a la inteligencia inspiraban antaño a los hombres un sufrimiento del que hicieron una virtud genial: la humildad, gracias a la cual se hacen todos los descubrimientos”.

 

Como síntesis del magnífico trabajo de la Hna. Lugo quisiera reafirmar que sin humildad, la empatía indispensable entre el que sufre y el que sana hace imposible esta relación que no es otra cosa que un gran acto de amor.

1 Readers Commented

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  1. Luis Muñante Carrillo on 10 diciembre, 2013

    La humildad es uno de los valores que la sociedad consumista actual no toma en cuenta, por su avenencia a las cosas materiales, sin saber que lo material no impide que se sea humilde. Pueden existir personas muy ricas y ser humildes, como personas extremadamente pobres y ser en extremo soberbios.Practiquemos la humildad como un valor que trascienda la esencia humana y llegue, si no a lo divino, al menos a lo excelso.

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