las_cronicas_de_narnia1El éxito de la saga Las crónicas de Narnia es una buena ocasión para volver sobre su autor, el irlandés C.S. Lewis.las-cronicas-de-narnia-el-principe-caspianEl escritor irlandés Clive Staples Lewis, también conocido como Jack Lewis, fue un hombre de una extraordinaria erudición, que cultivó por igual la filología medieval, el ensayo, la espiritualidad, la ciencia ficción y las novelas de aventuras. El león, la bruja y el armario (2006), El príncipe Caspian (2008) y La travesía del Viajero del Alba (2010) pueden considerarse simplemente expresiones de cine de aventuras, pero el conocimiento de la trayectoria del autor y de su ideario filosófico permiten enriquecer la lectura de esos textos fílmicos.

Lewis nació en Belfast, Irlanda, el 29 de noviembre de 1898 y falleció en Oxford el 22 de noviembre de 1963. Su hermano mayor, Warren (Warnie) H. Lewis, fue militar e historiador. Jack estudió en la Universidad de Oxford. Entre 1925 y 1954 fue profesor de literatura en el Magdalen College de esa ciudad, hasta ser designado profesor en la Universidad de Cambridge, donde dictó clases de literatura inglesa medieval y renacentista. También fue conferencista de fuste, en especial sobre temas de la vida y el cristianismo. Juntos integraron The Inklings, un grupo informal de discusión literaria y filosófica en Oxford, con escritores e historiadores como Charles Williams, John Wain, Roger Lancelyn Green, Neville Coghill y J.R.R. Tolkien, el autor de El señor de los anillos.

Escribió Daniel Molina: “Formaba parte de la última comunidad civil estrictamente masculina del Occidente moderno: los colleges británicos. La amistad en ese círculo era pudorosa. Nadie interfería en lo que hoy podría llamarse la vida íntima de sus camaradas. La relación era eminentemente intelectual”1.

Aunque bautizado, abandonó la fe en su adolescencia y se declaró agnóstico, hasta que por mediación de Tolkien, que era católico, accedió a convertirse, pero lo hizo en la Iglesia anglicana. Pero fue un cristiano de vocación ecuménica. “Entré al cristianismo pateando y gritando”, escribió, y reconoció que en su conversión también influyeron el escritor escocés George MacDonald y el libro El hombre eterno, de Gilbert K. Chesterton. Reconstruyó el itinerario de su conversión en El regreso del peregrino (1933), y en su autobiografía Sorprendido por la alegría (1955), donde consignó este recuerdo: “Hacia la fiesta de la Trinidad de 1929 dejé de resistirme y admití que Dios era Dios, le arrodillé y oré. Quizás fui el converso menos entusiasta y el más reacio de toda Inglaterra”.

En 1957, cuando transitaba la plenitud de su creatividad y era un solterón celoso de su independencia, fue conmovido en sus fueros internos por la aparición de la poetisa norteamericana Helen Joy Gresham (Davidman de soltera), “judía y comunista”, según su definición, de espíritu fuerte, templada en las adversidades, madre de dos hijos y divorciada del novelista W. L. Grisham, que era alcohólico, y con el que no fue feliz.

En 1952, cuando había terminado de escribir Humo en la montaña, ella decidió viajar a Londres para discutir su libro con Lewis, porque admiraba su obra literaria. En el prólogo de Una pena observada, su hijo Douglas Gresham dice: “Mi madre regresó a los Estados Unidos convertida en anglófila completa, descubrió que su matrimonio había terminado, se divorció y huyó a Inglaterra conmigo y mi hermano”2. Y en el mismo texto afirma: “Helen Joy fue quizás la única mujer que conoció Jack que fuera equivalente a él en términos intelectuales, que hubiera leído tanto como él y recibido una educación análoga. Compartían además otro factor común: poseían una memoria absoluta. (…) Los dos llegaron a Cristo por caminos difíciles que los condujeron sucesivamente por el ateísmo y el agnosticismo y después por el teísmo hasta el cristianismo”.

Cuando el gobierno británico le negó a Joy el permiso de residencia, Lewis aceptó casarse con ella, “sólo técnicamente”, según su expresión, para que pudiese obtener la ciudadanía. El matrimonio duró sólo tres años, porque ella sufría de cáncer de huesos y moriría en 1960. Cuando Lewis tomó conocimiento de la enfermedad, también aceptó casarse por la Iglesia anglicana, y se consagró a cuidarla hasta sus últimos días. Casi milagrosamente el cáncer se detuvo por un breve tiempo, lo que les permitió vivir un excepcional remanso afectivo, aunque acotado por la certeza de una muerte inminente.

“La experiencia –escribió él– es un maestro brutal”. Abroquelado en la docencia y la soltería, Lewis había transformado esas instancias en bastiones para no implicarse afectivamente. Pero la presencia de Joy y de sus hijos rompió su “cárcel emocional”. Escribió en su libro Una pena observada (1961) el diario de esa experiencia y profundizó su comprensión del sentido cristiano del dolor, al que definió como “el gran megáfono de Dios para despertar a un mundo sordo”. Y desde ese momento el dolor pasó a formar parte de su cotidianeidad, a ser una herramienta capaz de transformar su contemplación intelectual en acción. Ese libro también convirtió a su autor en personaje. Porque la trayectoria  personal e íntima fue recreada por el director británico Richard Attenborough en la película Tierra de sombras (Shadowlands, 1993), protagonizada por Anthony Hopkins (C.S. Lewis), Debra Winger (Joy), Edward Hardwicke (Warnie) y el niño Joseph Mazzello como Douglas Gresham.

La saga de Lewis

La obra literaria que tuvo mayor repercusión es Las crónicas de Narnia, una heptología de aventuras juveniles, referencias mitológicas y alegorías bíblicas ambientadas en Narnia, un país de fantasía, donde Lewis discurre sobre la eterna lucha entre el Bien y el Mal. La saga, considerada un clásico de la literatura infantil, fue popularizada por la televisión y el cine. También es autor de la Trilogía Cósmica, integrada por las novelas de ciencia ficción Más allá del planeta silencioso (1938), Perelandra, un viaje a Venus (1943) y Esa horrible fortaleza (1946).

Otras obras suyas son La alegoría del amor. Estudio de la tradición medieval (1936), El problema del dolor (1940), Cartas de un diablo a su sobrino (1942), La abolición del hombre (1943), Reflexiones sobre salmos (1958), Los cuatro amores (1960), Cartas a Malcolm, especialmente sobre la plegaria (1963), La imagen deshechada (1964), Reflexiones cristianas (1967) y Dios en el banquillo (1970). Las dos últimas fueron editadas post mortem por su secretario privado Walter Hooper.

Las crónicas de Narnia

Las siete novelas que integran Las crónicas de Narnia ilustran un cristianismo tan transparente como el que se puede observar en la obra de Chesterton. En 1939 comenzó a escribir El león, la bruja y el armario, pero la concluyó recién en 1949 y la editó al año siguiente. Las seis restantes reconocen este orden de publicación: El príncipe Caspian (1951), La travesía del Viajero del Alba (1952), La silla de plata (1953), El caballo y el muchacho (1954), El sobrino del mago (1955) y La última batalla (1956).

Sin embargo, en la actualidad los editores tienden a ordenar los libros según la cronología de los hechos narrados, que difiere del orden de su publicación. El propio Lewis sugirió la modificación, en respuesta a una sugerencia que le formuló un joven lector norteamericano. “Cuando escribí El león, la bruja y el armario –comentó Lewis en sus memorias–, pensé que ya no escribiría más. Luego llegó El príncipe Caspian como una secuela, y seguí sin creer que habría más libros. Y cuando terminé La travesía del Viajero del Alba, estaba convencido de que sería el último. Pero me di cuenta de que estaba equivocado. Tal vez no importe demasiado en qué orden sean leídos. De hecho, no estoy del todo seguro que los otros libros fueran escritos en el mismo orden en que fueron publicados”. La cronología de los hechos es El sobrino del mago, que narra la creación de Narnia, El león, la bruja y el armario, El caballo y el muchacho, El príncipe Caspian, La travesía del Viajero del Alba, La silla de plata y La última batalla. La palabra Narnia aludiría a una antigua ciudad italiana situada en las cercanías de Roma, bautizada Narni al ser conquistada por los romanos en 299 a.C. Los episodios de Las crónicas de Narnia transcurren en ese universo de fantasía creado por Aslan, que en idioma turco significa “león”. En Narnia hay seres humanos, animales parlantes y criaturas mitológicas.

“En lugar de las estirpes de Tolkien –afirma Pablo Capanna–, en Narnia se mezclan seres de diversas mitologías: gigantes, enanos y unicornios, pero también dríades, náyades, centauros, sátiros y faunos, castores, tejones y caballos parlantes. (…) Lewis ha hecho de Narnia un mundo plano, más allá de cuyo borde exterior está el Oriente Absoluto, donde mora el Emperador-Más-Aslá-del-Mar, quien ha enviado a Aslan. Debajo de Narnia hay una tierra subterránea, pero más abajo aún está la Verdadera Tierra de las Profundidades”3. Los seres humanos acceden a Narnia mediante diversos métodos: el armario ubicado en una de las habitaciones de la casa del profesor Kirke (alter ego de Lewis), los anillos mágicos del tío Andrew, la cueva en la isla, el cuadro en la casa de Eustace, que se “desborda”, el cuerno mágico de la reina Susana o un accidente en una estación de trenes. “No hay nada más grande que la fe”, afirma el parlanchín ratón Reepicheep en La travesía del Viajero del Alba. El sentido cristiano de Las crónicas de Narnia generó numerosas polémicas, que quedaron dirimidas cuando se conoció una carta de Lewis, fechada en 1961, donde el autor refiere que “la historia de Narnia y el mítico león Aslan aluden a Cristo”. En esa carta, divulgada por Hooper, el autor dice: “Supongamos que existiese un mundo como Narnia y supongamos que Cristo quisiese ir a ese mundo y salvarlo (como lo hizo por nosotros). ¿Qué pasaría entonces? Pues las crónicas son mi respuesta. Como Narnia es un mundo de bestias que hablan, pensé en encarnarlo como una bestia que habla. Le di forma de león porque se supone que el león es el rey de las bestias, y Cristo es el León de Judá mencionado en la Biblia”. Los guionistas de las tres versiones ya conocidas se abocaron este año a la adaptación de La silla de plata y El caballo y el muchacho, bajo la conducción de Douglas Gresham como productor ejecutivo.

 

1. Molina, Daniel; C.S. Lewis. Tierra de luces y sombras, diario Clarín, Buenos Aires, 1º de diciembre de 1994.

2. Gresham, Douglas; prólogo de Una pena observada, editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1994.

3. Capanna, Pablo; El retorno de C.S. Lewis, en la revista Criterio, Buenos Aires, diciembre de 1996.

21 Readers Commented

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  1. Felicito a «Criterio» por publicar un artículo sobre C. S. Lewis, quien a través de las recientes versiones fílmicas de sus famosas «Crónicas de Narnia» está ejerciendo una influencia positiva en los niños y preadolescentes de nuestra época. Por lo menos esto es lo que he podido observar en algunos chicos que forman parte de la iglesia donde soy pastor. Ahora bien, complementando la cita de «Sorprendido por la alegría» incluida en el artículo, quisiera reproducir otras palabras fundamentales presentadas por Lewis en dicha obra, aquéllas que se refieren a su aceptación de la Encarnación del Hijo de Dios: «Aceptar la Encarnación (. . .) hacía que Dios estuviera más cerca, o más cerca de un modo nuevo». Creo importante recordar esta declaración porque considero que explica como ninguna otra el nuevo rumbo que tomó la existencia de Lewis a partir de ese momento. Y porque tengo la convicción de que es la que nos ha dado a todos los auténticos cristianos la nueva vida. Una nueva vida que nos hace mejores hijos y padres, mejores alumnos y profesores, mejores trabajadores y empresarios. Una nueva vida que nos puede permitir ser mejores ciudadanos de la República Argentina y que, por lo tanto, es la que deseo para todos quienes vivimos en esta tierra tan bendecida por Dios.
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología
    Magíster en Ciencias Sociales
    Licenciado y Profesor en Letras

  2. Juan Roshbalam Chilam on 24 agosto, 2011

    GRACIAS POR LA PUBLICACIÓN, sobre Narnia.
    Ha sido de gran provecho para mí.
    Amor y paz.

  3. Marechal on 26 agosto, 2011

    Muy buena nota. Gracias por hacerla. Enriquece el espíritu. Saludos. Marechal.-

  4. lesly on 20 septiembre, 2011

    Felicitaciones, espero que hagan más películas, me encantó.

  5. Mariely on 19 enero, 2012

    Felicidades..!! Qué bueno que hicieron estos comentarios 😀 aunque obviamente las películas van más allá de las interpretaciones que han hecho.
    Se decubren muchísimas más pero que bien que hagan cosas aíi para hacerle ver a la gente desde otra prespectiva todo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
    En la película de El leon, la bruja y el ropero, se menciona que Edmond traicionó a Aslan y la bruja demanda que este sea sacrificado en la mesa de piedra, pero Aslan decide dar su vida en sacrificio por Edmund (que viene representando a todos nosotros por nuestro pecado), y a Aslan no le importó (representando a Cristo cuando dio su vida por nosotros siendo pecadores) le fue quitada su melena y se burlaban de él (se puede decir que como a Cristo cuando le pusieron la corona de espinas fue humillado) también cuando murió y resucitó; y siguen saliendo más representaciones.
    Bendiciones

    • belen on 8 junio, 2016

      ami me estan pidiendo leer el libro el leon la bruja y el ropero es muy bueno el libro me encanto

  6. welcome newyear on 29 marzo, 2013

    Hola alguien sabe la frase completa de C.S. Lewis que comienza así? :

    «pensar que podemos opacar la Gloria de Dios por rehusarnos a adorarle, es tan tonto como…».

    Muchas gracias!
    Feliz Pascua de Resurrección.

    • mvr1981 on 11 octubre, 2015

      Un dios que necesita adoración no es un verdadero dios. Un dios que tiene un hijo no es un verdadero dios (un verdadero dios no necesita hijos) y un dios que necesita hacer «malabares» para salvar a su propia creación (como enviar a un hijo que no debería siquiera tener) tampoco lo es. De hecho un verdadero Dios no necesita siquiera crear algo.

      Dios no es nada de eso.

      • Georgina Hernández on 26 octubre, 2015

        Sabe usted porque existe? Dios no necesita nada de nosotros todo lo que existe le pertenece pues todo es su creación y todo tiene un propósito, como la existencia de usted, le invito a que estudie la palabra de Dios y tendrá respuesta a sus preguntas, En el antiguo testamento Génesis la creación, el libro de Isaías, la vida de Job y tantos otros hombres y mujeres que nos muestran que sin Dios no somos nada, en el nuevo testamento la voluntad de Dios y la salvación del hombre , obtener la libertad hacia el bien y dejar la esclavitud del mal, por medio de su hijo nuestro Señor Jesucristo. Los dos primeros mandamientos: Amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu semejante como a ti mismo. En la ciudad de México fuimos bendecidos por Dios y nos libero del problema del huracán , lo desvió y choco contra la Sierra Madre, porque Dios escucho las oraciones de millones de mexicanos unidos en oración . Dios le Bendiga.

        • mvr1981 on 24 noviembre, 2016

          El propósito es una manifestación del deseo, el deseo es simplemente una demostración de incompletitud.

      • Alejandro on 13 septiembre, 2020

        Es que eso que describes es un dios egoista.. Que no necesita nada. Pero lo contrario al caracter egoista es el caracter del amor . un Dios de amor no necesita que lo adoren pero como el sabe que es lo mas grande tambien sabe que aquellos que adoren van a ser los seres mas privilegiados.
        Jesus no es solo su hijo sino que es el mismo. Algo fuera de nuestro entendimiento humano.. El hombre que no vive en el espíritu nunca podra entender nada a menos que nazca de nuevo.

      • Miguel on 16 marzo, 2021

        Dios no, pero nosotros sí

  7. Mariana H on 27 febrero, 2014

    No sabía esos datos sobre Lewis, considero que es un buen escritos pues toda la saga de los libros Las crónicas de Narnia me han gustado mucho y de verdad, aunque las últimas películas han sido flojas, espero que sigan en la pantalla grande.

  8. Ingrid on 1 agosto, 2015

    Buenisimo las cronicas de narnia representamdo lo que Jesús hizo y hace por la humanidad

  9. Anna on 26 noviembre, 2015

    Hermoso, me encanto el articulo =)

  10. Nicole Pons on 28 junio, 2016

    Estoy leyendo las Crónicas de Narnia, y descubrí las semejanzas con la Biblia desde el primer libro (cronologicamente hablando). A partir de eso es fácil verlas en los demás libros.

    En mi opinión es una gran saga de ficción y aventura, pero es más que eso, podemos descubrir dos cosas importantes; primero es una representación de la Biblia y las creencias cristianas de Lewis, si alguien busca o está en el proceso de convertirse leer a este maravilloso autor es un buen camino. Por otro lado, descubrimos en Narnia, la gran capacidad humana y el don de crear otros mundos gracias al arte, y esto se puede ver en todo momento de.la vida con sólo poner atención, Lewis creo un mundo maravilloso a partir de la Biblia, pero en su historia el hombre resistió la tentación y eso fue lo qur pasó. Es una fran historia en numerosos aspectos.

    Finalmente, invito a todos aquellos que comentan «es una gran película » qur conozcan más, lean los libros, porque se llevarán una gran sorpresa, y después lean otras obras de aventuras si eso desean, o lean otros trabajos de Lewis, y sigan leyendo, el humano es sorprendente, y no porque piensa. El humano es, porque crea arte.

  11. JOSE SOTO on 27 noviembre, 2018

    ES UNA GRAN AVENTURA Y ESEÑANZA CON RESPECTO A MI PADRE DIOS Y ALA HUMANIDAD DE TODO SER VIVO DE ESTE PLANETA ,LA HUMILDAD,RESPETO Y AMOR . EXELENTE

  12. TIMOTEO GUERRERO on 14 diciembre, 2018

    ME HE ANIMANDO A ESTUDIAR NARNIA. ESPERO DAR MI OPINION DESPUES

  13. La 1ra vez que escuché sibre C. S. Luisa fue en una clase del seminario teológico de Cali Colombia en 1985. No conozco mucho de el ahira que han pasado muchos años estamos en el 2021. Me intereso lo de Narnia. Buscaré más de este autor

  14. 27 enero 2023
    Orlando E. Acebo Hidalgo
    orlando.e.aceboh@gmail.com

    A pesar de ser un lector compulsivo desde mis primeras edades, jamás habia topado con esta literatura hasta muchos años después de ser cristiano (a los 22 años, cursando tercer año de mis estudios de diseño gráfico e industrial) y ya siendo maestro de niños (27 años, APEN y otros cursos). Sencillamente no existían en la biblioteca de casi 3 000 libros que mi padre se habia encargado de atesorar para mi.

    (El leía sus libros sentado junto a mi cuna, para precisamente ser una señal para mi vida. Allí precisamente fue donde un día me interesé por saber, y le pregunté que hacía, (3 años) y me asombré al saber que se podia leer sin pronunciar las palabras. Me pregunté si un día yo.lo lograría hacer…).

    Otros libros y autores se encargaron de desarrollar mi imaginación, mis valores y mis conocimientos. Hasta que llegó la Biblia para darme las respuestas que nunca había encontrado. Por Su gracia, sólo entonces pude integrar verdaderamente mi mundo, y comenzar a escribir e ilustrar historias para influir, restaurar y edificar, tanto a niños como adultos.

    Tras descubrir los filmes de Narnia, nunca pude leer las versiones digitales en pdf por graves limitaciones de la vista que aún tengo, hasta que muchos años más tarde, los pude convertir a audio.

    Hoy forman parte de los libros cuya lectura suelo repetir, una y otra vez.

    La maravilla de Narnia es que funciona creando un mundo imaginario (tan necesario, y más aún, imprescindible como la comida, el afecto y el juego) para el niño, que además de divertirle, y llenarle de la emoción de la aventura, está repleto de señales, de símbolos totalmente auténticos que le indican y guian hacia la fe y hacia una relación con el Dios que le espera. Aquí la fantasía puede ser continuada, vivida y transferida hacia la vida real: ¡»Aslán» y «Narnia» existen!.

    La lectura de las «Cronicas…» pueden guiarnos a experimentar las más extraordinarias vivencias. Incluso mayores que la de los protagonistas de estas historias… por cuanto serán nuestras propias aventuras junto a Dios

    Solo después de décadas de vida cristiana, con todos los retos y conflictos que ello implica, podemos percibir y apreciar en su justa dimensión la profundidad de la obra de Lewis.

    Más allá de una vivencia estético – literaria, hay mucho de Dios esperando por nosotros en sus páginas.

  15. Fernando chang on 11 marzo, 2023

    Voy a leer las aventuras , espero y edifiquen mi vida y la de mis hijos . Bendiciones

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