En el ensayo Infierno horizontal, sobre la destrucción del yo (editado este año en Madrid por Plaza y Valdez, con 250 páginas), Ana Carrasco Conde sostiene que en la modernidad el infierno deja de ser subterráneo y comienza a percibirse como horizontal.fernandez1El origen del mal es uno de los temas más complicados, evadidos y postergados en la historia del pensamiento. Difícilmente se pueda acceder a él sin considerar en primera instancia el material que nos ofrecen los mitos, los textos sagrados y la tradición literaria. Esto nos puede hacer pensar que el mal es una cuestión, y en cierto sentido la cuestión principal, sumamente escurridiza a una reflexión conceptual.

El problema radica en que el mal no es ajeno a la libertad sino inherente a su esencia. Este punto de reflexión ha sido formulado por Friedrich Schelling en sus Investigaciones sobre la esencia de la liberta humana (1809): el mal no es producto de la libertad sino una condición esencial para que ella exista.

A partir de los recientes estudios realizados sobre la obra de Schelling, las investigaciones acerca del mal han ido cobrando nuevo auge. En la literatura escrita en español se destacan los aportes de Ana Carrasco Conde que, luego de haberse convertido en especialista sobre la obra del filósofo nacido en Leonberg, aborda el ensayo y nos brinda este excelente Infierno horizontal.

Dos indicaciones pueden brindarnos una semblanza general del libro. La autora nos explica que a diferencia de Jean Paul Sartre, quien hizo celebre en su obra Huis Clos (A puertas cerradas) la frase: “el infierno son los otros”, ella sostiene que “el infierno es el yo”. De ahí que podamos comprender el derrotero seguido en este ensayo, según lo indica su subtítulo, sobre la destrucción del yo.

La segunda indicación echa sus raíces en la idea de que la variedad de representaciones de infiernos verticales, que le adjudican un domicilio subterráneo, es modificada en la modernidad, donde el infierno comienza a percibirse como horizontal.

Luego de dedicarle la primera parte del libro a las diversas figuras del infierno vertical, al descenso al averno, incluido el Dante acompañado por la interpretación de las ilustraciones de Botticelli y de Gustav Doré, Ana Carrasco comienza la segunda parte sosteniendo que, con la modernidad, “se percibe que la vida misma es el infierno, que no es preciso bajar al averno para sentirse en él”, y esto ocurre al mismo tiempo en que la geología logra desmitificar el Mundus subterraneus, según lo nombra el título de la obra de Athanasius Kircher (1665).

El infierno horizontal comienza con la tercera y última parte de este ensayo en donde la idea propuesta –el infierno es el yo– se desarrolla entre las experiencias infernales extremas como Auschwitz y el Gulag y las búsquedas de su comprensión. Situándose en la obra de Peter Weiss Inferno. Stück und Materialen (1965), Carrasco señala: “Weiss muestra sólo un mundo, el único que existe, sólo un espacio en el que conviven cielo e infierno y en donde no sólo las faltas quedan a veces impunes y el débil nunca es reconfortado, sino donde el infierno de algunos se alza como el paraíso de unos pocos…”.

Quien se asome a las páginas que componen este ensayo podrá valorar la  fluidez de un estilo penetrante y despojado de adherencias. Animándose a un tema del que, como hemos dicho, la mayoría huye, el curso del pensamiento de Ana Carrasco Conde luce y goza de la libertad que le otorga una prosa liberada de las restricciones que a menudo la academia impone.

2 Readers Commented

Join discussion
  1. María Teresa Rearte on 16 julio, 2012

    Es interesante si puede plantear el tema racionalmente, porque como dice el autor de la nota generalmente el tratamiento proviene de la religión y/o la literatura.

    Otra «novedad» sería la perspectiva horizontal, con relación a las figuras del infierno vertical que conocemos.

    Hay una pregunta que surge: si el yo que menciona tiene algo que ver con los niveles o estratos de la personalidad, que sostiene la teoría psicoanalítica: ello – yo – superyo.

    Entre las experiencias del infierno, cita por ej. Auschwitz. ¿Tiene este libro un enfoque ligado a la temporalidad, o la historia humana? Es una pregunta que se me presenta, sin tener conocimiento de la obra.

    Gracias.

    Prof. María Teresa Rearte

  2. horacio bottino on 29 marzo, 2017

    lo importante es el estilo si hay verdad ,no importa.La dictadura del relativismo.

Responder a María Teresa Rearte Cancelar