Homenaje al profesor fray Gabriel Napole, quien falleció en diciembre de 2013.
Con mi modesta experiencia de tardíos estudios teológicos en la UCA quiero rendir un homenaje al sacerdote dominico Gabriel Napole, vicedecano de la Facultad de Teología y profesor, entre otras materias, de Introducción al Antiguo Testamento, materia que cursé con él el año pasado. El 17 de diciembre fui el último alumno que examinó en el examen y calificó con un 6. Era un fraile dedicado íntegramente al estudio de Dios con la gracia de la fe y el rigor de la ciencia. Luego del examen mantuvimos una prolongada charla sobre uno de los apuntes (subsidio) que nos había dado a los alumnos durante el curso y que me había impresionado, ya que sostenía que “Dios vivió en Sudán…”, entre otras referencias al capítulo “Yhwh”: el tetagrama divino.
Sabemos teológicamente que Dios es eterno, y está en todas partes, pero por la Biblia conocemos sus huellas en la región de Palestina, las montañas del Sinaí y otros lugares cercanos donde se escuchó su voz.
El padre Napole me refirió en esa conversación sobre sus estudios de investigación en la Escuela Bíblica de Jerusalén, donde asistió a cursos, y que tenía previsto concretar otros durante 2014. Pero recibió el llamado definitivo del Señor el 28 de diciembre último,
a los 54 años, en el convento dominico donde vivía, por un fulminante ataque neurológico.
Sentí notablemente su deceso y recé por él en la misa que el decano, Fernando Ortega, celebró en la refaccionada capilla de la facultad. Su desaparición revivió para mí esa última plática que me reveló una presencia de Dios en Sudán, ya que se encontraron restos de templos en la ciudad de Nubia, hoy norte del país, al sur de Egipto, y para los siglos anteriores a Cristo el lejano sur de Palestina. Signos similares a los que
después el mismo Dios revela en el Éxodo 20.2: “Yo soy el Señor, tu Dios”, y otros libros de la Biblia canónica.
Alrededor del 1370 a.C., tiempo de Egipto como gran potencia militar, en Nubia fue hallado el jeroglífico más antiguo hasta hoy sobre Yhwh. Como estudiante de estos temas de la historia de Dios, relato el encuentro con un eminente teólogo a quien seguramente se le habrán terminado los misterios con la gloria del Señor.
El autor es periodista y estudiante de Teología.