libro-bergoglio1Por Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti, Vergara, Buenos Aires, 2010, 192 páginas.

Con prólogo del rabino Abraham Skorka, este libro-entrevista abunda en expresiones que podrían recordar al polémico y poco obediente jesuita Leonardo Castellani, y que por momentos evocan la prosa barrial y magnética de Leopoldo Marechal.

Jorge Mario Bergoglio –el primer hijo de Ignacio de Loyola que llega a arzobispo de Buenos Aires– y, según trascendidos, un cardenal muy votado en el pasado cónclave, cuenta de él en este texto que bien puede ser definido insólito dada su conocida y obcecada negativa a todo tipo de requerimiento periodístico. Su habitual silencio guarda similitud con el del caudillo radical Hipólito Yrigoyen, que ganaba poder dejando la interpretación de sus intenciones a los hermeneutas de sus parcos gestos. En cambio, aquí Bergoglio relata muchos aspectos de su vida, desde los estrictamente personales o familiares hasta los políticos.

Sobre el camino que decidió a los 21 años explica: “Lo que estaba claro era mi vocación religiosa. Entré a la Compañía de Jesús atraído por su condición de fuerza de avanzada de la Iglesia, hablando en lenguaje castrense, desarrollada con obediencia y disciplina. Y por estar orientada a la tarea misionera”. En sus respuestas no falta la ironía, como cuando cuenta que le hubiera gustado ir a misionar a Japón, y remata: “Unos cuántos se hubieran salvado de mí acá si me hubieran enviado allá”.

Su inclinación por la literatura argentina aparece tanto en el texto final sobre el Martín Fierro como en frases sueltas: “Siempre me impresionó lo que comenta Ricardo Güiraldes en Don Segundo Sombra, que su vida estuvo signada por el agua. Cuando era chico semejaba un arroyito saltarín entre las piedras; cuando era un hombre, un río impetuoso; y de viejo, un remanso”. Cuando estaba en Santa Fe, para estimular a los alumnos “les hacía escribir cuentos y en un viaje a Buenos Aires se los mostró nada menos que a Jorge Luis Borges”, a quien luego llevaría a dictar una conferencia al colegio de la Inmaculada Concepción.

Este sacerdote de inconfundible olfato político impresiona a veces por la seguridad de sus afirmaciones y, al mismo tiempo, desconcierta con algunas frases: “No tengo todas las respuestas. Ni tampoco todas las preguntas. Siempre me planteo más preguntas, siempre surgen preguntas nuevas. Pero las respuestas hay que ir elaborándolas frente a las distintas situaciones y también esperándolas.  Confieso que, en general, por mi temperamento, la primera respuesta que me surge es equivocada. Frente a una situación, lo primero que se me ocurre es lo que no hay que hacer. Es curioso, pero me sucede así. A raíz de ello aprendí a desconfiar de la primera reacción. Ya más tranquilo, después de pasar por el crisol de la soledad, voy acercándome a lo que hay que hacer. Pero de la soledad de las decisiones no se salva nadie”.

Acaso el testimonio más esperado por el periodismo es el que se refiere a la última dictadura militar y a las calumnias que le tocó sufrir. Habla de los sacerdotes Yorio y Jalics, secuestrados y finalmente liberados, explica: “Para responder tengo que contar que ellos estaban pergeñando una congregación religiosa, y le entregaron el primer borrador de las Reglas a los monseñores Pironio, Zazpe y Serra.

Conservo la copia que me dieron. El superior general de los jesuitas quien, por entonces, era el padre Arrupe, dijo que eligieran entre la comunidad en que vivían y la Compañía de Jesús, y ordenó que cambiaran de comunidad. Como ellos persistieron en su proyecto, y se disolvió el grupo, pidieron la salida de la Compañía. Fue un largo proceso interno que duró un año y pico. No una decisión expeditiva mía.

Cuando se le acepta la dimisión a Yorio, también al padre Luis Dourrón, que se desempeñaba con ellos –con Jalics no era posible hacerlo porque tenía hecha la profesión solemne y solamente el Sumo Pontífice puede hacer lugar a la solicitud– corría marzo de 1976, más exactamente era el día 19, o sea, faltaban cinco días para el derrocamiento del gobierno de Isabel Perón. Ante los rumores de la inminencia de un golpe, les dije que tuvieran mucho cuidado. Recuerdo que les ofrecí, por si llegaba a ser conveniente para su seguridad, que vinieran a vivir a la casa provincial de la Compañía”.

Cuando se le pregunta por el encono de Hebe de Bonafini, de las Madres de Plaza de Mayo, dice: “Hay que ponerse en el lugar de una madre a la que le secuestraron a sus hijos y nunca más supo de ellos, que eran carne de su carne; ni supo cuánto tiempo estuvieron encarcelados, ni cuántas picaneadas, cuántos latigazos con frío soportaron hasta que los mataron, ni cómo los mataron”.

El libro da pistas para conocer a una persona particularmente amada por su clero, temida por el gobierno de los Kirchner (sus silencios molestan más que sus palabras), respetada entre sus pares en el episcopado, muchas veces más admirada por intelectuales ajenos a la Iglesia y miembros de otros credos que en ambientes católicos. Esperanzado con la Iglesia y moderadamente optimista con el futuro de nuestro país, arriesga: “Es lo que siento. Puedo equivocarme. Nosotros no lo veremos, lo verán nuestros hijos. Como aquel cuento de los dos curas que están charlando sobre un futuro concilio y uno pregunta: ‘¿Un nuevo concilio va a suprimir el celibato obligatorio?’ Y el otro responde: ‘Parecería que sí’. Pero el primero concluye: ‘De todas maneras, nosotros no lo vamos a ver; lo verán nuestros hijos’”.

15 Readers Commented

Join discussion
  1. Me parece muy apropiado entrar en un conocimiento más profundo sobre las razones que expone el Papa Francisco y sobre el contexto real en derredor de sus experiencias existenciales. Muchos nos apresuramos a juzgar sin conocer la verdad y ello provoca confusión, incluso escándalo, entre lectores de todo el mundo. Se impone la necesidad de ser prudentes, dadas la forma y velocidad en que se transmiten prejuicios y errores.

    • marisa quintana on 20 marzo, 2013

      Totalmente de acuerdo con tu comentario Reynaldo, hay que darse tiempo para leer más sobre su persona sobre su vida y todo lo que ha vivido para hacer luego una crítica.Muchos aprovechan a difamarlo subiendo textos sobre familiares con publicaciones que realmente ofenden y apena que lo ensucien de esa manera tan cruel.Rezo por nuestro Papa Francisco que el Señor le acompañe siempre, lo ilumine y le de fortaleza para llevar adelante nuestra querida iglesia!!

  2. Gloria De Correa on 19 marzo, 2013

    los Colombianos estamos felices con la designación de su Santidad Francisco Como PAPA Representante de DIOS en la tierra. Es el mejor regalo que él nos ha dado en los momentos más dificiles que vivimos en nuestro Pais, tierra hermosa y bendecida por el todopoderoso. Ojala y con su viaje a Colombia llegue la paz el amor y prosperidad para quienes habitamos este terruño

  3. WALTER GERULA on 23 marzo, 2013

    como lo puedo comprar ?

    • Ana Dolores on 5 abril, 2013

      Oremos por el papa Francisco, es la esperanza para los catolicos,porque necesitamos iniciar cambios en nuestra Iglesia que susciten seguidores de JESUS,mi experiencia al haber tenido un encuentro con una persona, hace que me identifique con el papa,cercano,transparente,lleno de amor por la palabra yel servicio como lo hizo Jesus,si le seguimos seremos mejores en esta tierra.

  4. Octavio Castillo on 24 marzo, 2013

    Quiero saber como adquirir el libro EL JESUITA. Gracias Octavio Castillo

  5. José Antonio Benito on 25 marzo, 2013

    Desde Lima, felicito por este libro tan bien escrito y que revela múltiples facetas de la desbordante y atractiva personalidad de este argentino, jesuita, auténtico pastor según el corazón de Cristo y las necesidades de los tiempos modernos.

  6. Ana R. on 2 abril, 2013

    Acá les dejo el libro en pdf para leerlo on line ¡¡ Que lo disfruten !! y viva el papa Francisco !!

    http://leerlibrospdf.com/book/el-jesuita-del-papa-francisco/

  7. jose luis izquierdo on 3 abril, 2013

    Este libro va a ser de lectura obligatoria,
    para entender a esta Argentina,
    a esta Iglesia Argentina,
    y para purificar nuestra propia percepcion de nosotros mismos,
    no fue facil lidiar con Peron, el peronismo, la tendencia, la Teologia de la Liberacion y seguir creyendo en Dios,
    solo el humor nos salvara, y el Papa Pancho parece tenerlo,
    le sugiero al Papa una especial bendicion para los hinchas de Huracan,
    despues de tantas muestras de cercania con el Cuervo,
    abrazo,

  8. Virginia Rios on 2 mayo, 2013

    Es una mala costumbre en muchas personas, juzgar sin tener el conocimiento necesario para hacerlo.

  9. ISABEL SANCHEZ PORCAR on 10 mayo, 2013

    ME GUSTARIA LEERLO.ES BIOGRAFIA DE NUESTRO PAPA,EL QUE LE ESCANDALICE QUE NO SE INTERESE POR EL.ESTOY FELIZ POR TENER UN IGNACIANO EN EL ESTADO VATICANO.EN OTROS CICLOS HA HABIDO OTRAS PERSONAS Y LAS HEMOS RESPETADO.LA OBEDIENCIA A XTO. ES PRECISAMENTE RESPETAR LOS CICLOS.UNA IGNACIANA.

  10. Alfredo Yupán. on 28 julio, 2014

    Francisco (Jorge) soy arzobispo y ya este es el segundomensaje que te mando. El primero salió por la Cancillería Vaticana de Argentina. Por favor: arráncale la sotana a Grassi y a todos los sacerdotes que humillan a la Humanidad. Catígalo con la prisión. Impídele que se escude con los Derechos Imperiales del Estado Vaticano. Fui (muy joven) colaborador con el Conc. Vat. II. Fui amigo de Zazpe y de Otros. No soy nuevo. Puedo colaborar contigo con Apocalipsis l0:ll. Dios te bendiga iluminándote.

  11. Juan Carlos BILYK on 16 noviembre, 2014

    Buscando otro tema me encuentro con este comentario al libro «El jesuita», pero no me detengo en un comentario acerca del Papa Francisco, sino en el desafortunado arranque de la nota, en donde el articulista tacha al P. Leonardo Castellani de «poco obediente jesuita». En verdad una persona como Poirier, aunque no le agrade el pensamiento del gran sacerdote escritor, no tiene ningún derecho a tildar con algo tan contrario al espíritu de Castellani como eso, que obedeció hasta las últimas consecuencias, más allá que no callaba su boca ni su pluma. Si quiso desprestigiarlo, una vez más como hacía la masonería instalada en el poder público, periodístico y hasta en la Iglesia, no hace más que encumbrarlo allí donde esta: en la cima de la catolicidad pensante y sufriente.

  12. lucas varela on 17 noviembre, 2014

    Sr. Juan Carlos Bilyk,
    Sí, a nuestro amigo José María Poirier no le agrada el Padre Leonardo Castellani. Porque el jesuita Castellani decía en el año 1960:
    «Los liberales argentinos dicen que el pueblo argentino está corrompido, es badulaque, que hay que educarlo todavía para la democracia. Y por eso han prohibido al partido peronista. Y por otro lado, la dictadura para ellos es una mala palabra; pero por fuera solamente, porque en el fondo lo que ellos quieren es la dictadura para ellos, la dictadura con cara de libertad. Y el corrupto no es el pueblo argentino, sino ellos y la parte del pueblo que los sigue y no los ha vomitado todavía.» (Conferencia, 1960.)

    Claro, «poco obediente» es la descalificación de nuestro amigo Poirier. Quizás sea que a nuestro amigo Poirier le interesa una existencia tranquila, que no es lo mismo que una vida, y mucho menos que una vida como la del jesuita Castellani.
    Quizás sea que nuestro amigo Poirier sacrifica justicia por «orden», que le asegura una existencia tranquila, que de vida nada tiene.

    Claro, tampoco le gusta el jesuita y papa Francisco, porque ayer no más dijo:
    «Si a diez cuadras del Vaticano se muere un anciano de frío o hambre no sale en ninguna noticia. En tanto que si cae la bolsa 2 ó 3 puntos en Londres o Nueva York, es una noticia de difusión mundial. Esta economía neoliberal salvaje ¿cómo pudo llevar a Italia y España a tener el 40 % de desocupación juvenil?»

    !Cuanta consistencia de vida¡ la de estos dos jesuitas. Dicen lo que los demás callan por una existencia tranquila, que no es vida.
    A uno lo metieron preso, y el otro lucha…y seguirá luchando por la gracia de Dios.

¿ QUIERE DEJAR UN COMENTARIO ?