La Sociedad Argentina de Teología (SAT), integrada por un centenar de teólogos católicos, acaba de realizar su Semana de Teología anual, en Lomas de Zamora, y en ella se inspira la presente nota.

Sobre los teólogos corren ciertos prejuicios. Se piensa que la teología es tarea de los curas que enseñan en los seminarios. Sin embargo, cada vez hay más laicos y laicas, graduados en teología, dedicados a la docencia y la investigación. La vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Teología, Cecilia Avenatti de Palumbo, es doctora, casada, mamá, con varios libros editados. Gracias a ellas, los frutos de la teología maduran, enriquecidos con flores.

Otro prejuicio es que los teólogos son intelectuales, que escriben sobre temas difíciles, sin contacto con los problemas cotidianos. En realidad, todos los teólogos dedican una parte importante de su tiempo a la atención personal de quienes necesitan un acompañamiento. Las reflexiones nacen más de la experiencia que de los libros. Se requiere una vocación intelectual, pero para prestar un servicio a la comunidad.

¿Cuál es la función del teólogo? En los concilios, los obispos y unos pocos más con derecho a voto, aprueban los documentos. Pero éstos han sido redactados por teólogos. Aclaremos que muchos obispos son teólogos de gran nivel, como los últimos papas. Siglos atrás, en cambio, los papas gobernaban, pero no siempre enseñaban.

En diálogo con papas infalibles

Los no católicos se preguntan a veces cómo nos sentimos los teólogos en una Iglesia centrada en el obispo de Roma, cuyo magisterio es “infalible”. Como si nos dijeran: ése es el gran obstáculo para la unidad de todos los cristianos. Pero no pestañamos pensando que se nos podría imponer como verdad de fe la ocurrencia personal de un papa. Los dogmas, definidos por un papa o un concilio, son expresión de la fe de toda la Iglesia.

Los teólogos ponen de manifiesto la armonía de lo formulado por el Magisterio con la fe en Jesús. Si perciben una desarmonía, advierten a toda la Iglesia, para lograr una mayor fidelidad al Evangelio. En el siglo XIV el papa Juan XXII, residente en Aviñón, expuso la idea de que las almas de los justos fallecidos no gozan de la plena visión de Dios hasta después del juicio universal. La mayor parte de los teólogos se puso en contra y el Papa se retractó por escrito. Esa vez fueron los teólogos, otras veces fueron los obispos en los concilios, o los santos como san Bernardo y santa Catalina de Siena, o la piedad de los fieles, quienes ayudaron a los papas a seguir las huellas de Jesús. El pastor obispo conduce al rebaño; pero al mismo tiempo el rebaño, atraído por el Mesías, Buen Pastor, acompaña activamente al obispo.

La SAT posee un Estatuto, aprobado por el episcopado argentino. Cuando elegimos autoridades, cada tres años, el presidente debe ser confirmado por los obispos. Pero éstos respetan plenamente nuestra libertad de investigación. La función principal del teólogo no es ir detrás de los obispos explicando sus documentos. Lo principal es que vaya delante, explorando nuevos caminos y abriendo horizontes, como un servicio a la comunidad cristiana, que peregrina en la historia. El teólogo se mueve en las fronteras, donde hay conflictos.

El papa Francisco conoce los problemas que se dan en la familia. Se advierten nuevos paradigmas, como las familias “ensambladas” o los matrimonios “igualitarios”. ¿Qué consejos podemos dar a los que nos consultan? ¿Qué sigan su conciencia? Eso siempre, pero la conciencia busca una luz orientadora. Por ese motivo, el Papa ha pedido a uno de los mayores teólogos actuales, al cardenal Kasper, que investigue nuevos caminos. Otros teólogos no están de acuerdo con sus reflexiones, lo cual es útil para que los problemas sean estudiados desde diversos ángulos. De ordinario, los papas no se apoyan en éste o aquel teólogo, sino en opiniones que logran un cierto consenso.

A veces se habla de grandes teólogos, de san Agustín o santo Tomás, como si hubieran vivido y trabajado solos. Pero la verdad es que no existe “el” teólogo sino la comunidad de teólogos. En la Edad Media eran conocidas las escuelas teológicas, de los dominicos, franciscanos, agustinos y otros. Los de ideas muy aventuradas, eran “contenidos” por colegas de la misma escuela. Eran preferibles esas correcciones “internas” y fraternales, antes que las sanciones “externas” y autoritarias. Por desgracia, en los tiempos modernos se ha perdido en parte la tradición de las escuelas, aunque están surgiendo otros modelos, en sintonía con el Concilio Vaticano II.

Sólo el amor es digno de fe

En cada Semana invitamos a un teólogo extranjero a que nos abra nuevos horizontes. Este año el invitado fue el padre Ángel Cordovilla, vicedecano de la Facultad de Comillas, en Madrid, dirigida por los jesuitas, aunque él es diocesano. Cuando era seminarista interrumpió sus estudios para realizar una experiencia. Durante varios años vivió en un pueblo montañoso de Burgos, trabajando como peón de albañil y leñador. Quería revivir la experiencia de Nazaret, donde residió la Sagrada Familia. Vida de oración y de trabajo. Concluida esa etapa, regresó al seminario para completar sus estudios y ordenarse de sacerdote. Es un gran intelectual, pero sus reflexiones emanan de vivencias profundas.

Ángel Cordovilla desarrolló el tema de la caridad, reconociendo que el término “amor” es uno de los más usados  y abusados. Sin embargo, la expresión de von Balthasar, “sólo el amor es digno de fe”, nos remite a obras solidarias, como la del jesuita Diego Fares, que atiende a pobres de la calle en El Hogar de San José, y a enfermos terminales en la Casa de la Bondad (a él me referí en un artículo publicado en Valores Religiosos online).

El expositor recordó expresiones del papa Benedicto, para evitar un doble peligro: el primero es caer en lo puramente emotivo, alejados de la verdad, como en el patrioterismo, que nos lleva a luchar por la patria sin preguntarnos por la justicia de tal guerra. Algo de eso sentimos durante la recuperación de las Malvinas, opinión personal mía, no del expositor. El otro peligro es el del fideísmo, al no confrontar la propia fe con la ética y el sentido común. Es la actitud de quienes utilizan la religión para justificar la violencia contra los enemigos de la fe. En ese peligro cayeron los católicos de siglos pasados. En él caen hoy creyentes de otras religiones.

El tema de la Semana era “La caridad y la alegría, paradigmas del Evangelio”, a partir del documento del Papa. El expositor citó la expresión de Francisco sobre la “revolución de la ternura”, que es la que practican las mamás y los papás espontáneamente. La Iglesia como madre muestra su ternura al curar las heridas de sus hijos. Antes de enjuiciarlos, los alivia. Es importante razonar sobre las causas de las heridas, ya que el amor es consistente cuando se fundamenta en la verdad. Pero en el hospital hay que aliviar primero los dolores, sean los físicos, como en la Franja de Gaza, sean los morales, como los de familias tensionadas.

La belleza de la solidaridad

El expositor reflexionó sobre el “abajamiento del amor”. Para ayudar al caído, hay que agacharse, como lo hizo el buen samaritano. Jesús, en la Última Cena, se inclinó para lavar los pies de los discípulos, tarea que correspondía a un esclavo. Los que acompañan a quienes duermen en la calle se sientan un rato a su lado. Les dan algo de comida, pero sobre todo les ofrecen su compañía. Cuando visitamos a un enfermo, no le llevamos medicamentos. Quizás ni convenga darle conversación. Pero él sabe que estamos ahí. El lema inicial del papa Francisco, “Una Iglesia pobre, para los pobres”, es una Iglesia que se abaja para acompañar al pobre y sentirse acompañada por el pobre, como lo sintió san Francisco de Asís.

Además del teólogo “agachado” hacia el caído, podemos hablar de los que hacen teología “de rodillas”, prolongando la oración, y de los teólogos “sentados”, para poder estudiar. Hay cuestiones muy complejas que desbordan la buena voluntad. En el conflicto de los llamados fondos “buitre”, los teólogos en la Argentina nos preguntamos si podemos aportar una orientación propia, que no se reduzca a expresiones genéricas sobre la maldad de los poderosos contra los débiles, y sin “malvinizar” el conflicto con la bandera de “patria o buitres”. Estamos en zona de frontera, donde aprendemos de los economistas y juristas.

El padre Ángel desarrolló el tema de la Belleza, que complementa la Verdad y el Amor, llamados los trascendentales del ser. El amor es bello y embellece a la persona que ama y a la que es amada. La liturgia, con la música y las imágenes, nos ayuda a disfrutar de la belleza interior. Las catedrales góticas eran útiles, pero sobre todo bellas. A los jóvenes que no van mucho a misa les digo que tienen la obligación de buscar iglesias donde haya misas “lindas” y atractivas para ellos. En un reportaje reciente, el papa Francisco dijo que la Iglesia crece por atracción, no por imposición.

Otro tema expuesto fue el del Silencio. En el seno de la Trinidad, la Palabra nació del Silencio del Padre. Las órdenes contemplativas, que pasan gran parte del día en el silencio de la oración y el trabajo, “Ora et labora”, nos abren ese horizonte, que no está destinado a unos pocos superdotados sino a todos los creyentes, incluso a los no creyentes. Vivimos una especie de intoxicación de palabras y necesitamos momentos de silencio, como en los retiros, para recuperar la belleza de la Palabra.

La Iglesia también puede caer en un exceso de palabras y de documentos. Es función de la teología encaminar tantas reflexiones hacia lo más sencillo. Volver a la belleza de las parábolas del Evangelio, como las del hijo pródigo o del buen samaritano. Retomar las imágenes de los Padres antiguos, como san Agustín, que exclamó: “¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!” No vivimos la solidaridad como una obligación sino como una realización. La ternura es la belleza del amor.

El autor es Profesor en la Facultad de Teología de San Miguel

4 Readers Commented

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  1. JOEL on 10 septiembre, 2014

    ES TRISTE PEDIR, PERO MÁS TRISTE ES ROBAR, SOY DE PERU. ME ARMO DE VALOR Y CORAJE PARA PEDIR Y RECONCER QUE ESTOY NECESITADO. POR ELLO, ME VEO EN LA OBLIGACIÓN Y NECESIDAD DE TENER QUE SOLICITAR AYUDA. ME PERMITO DIRIGIRME A USTED POR ESTE MEDIO PARA PEDIRLE SU VALIOSO APOYO Y COMPRENSIÓN, EL PROPÓSITO DEL PRESENTE ES SOLICITARLE UNA AYUDA ECONOMICA, MATERIAL O TRABAJO PARA PODER SALIR DE LA MISERIA EN LA QUE ME ENCUENTRO (ESTAFA, GASTOS, PRESTAMOS Y ALIMENTACION MIA, DE MI ESPOSA Y MIS 4 HIJOS) NO TENGO, PROSPERIDAD, PAZ, NI FELICIDAD. TODA VEZ QUE MIS POSIBILIDADES SON INSUFICIENTES PARA CUBRIR LOS GASTOS, ADEMÁS DE QUE TENGO LA NECESIDAD DE TRABAJAR PARA AYUDAR CON EL SOSTENIMIENTO DE MI FAMILIA. MI ESPOSA HA SUFRIDO UNA ESTAFA, HE INTENTADO SUBSANAR ESTE HECHO CON PRESTAMOS, PERO SOLO HE COMPLICADO MAS LAS COSAS, HE RECIBIDO AYUDA SI PERO SOLO HA CUBIERTO UN 30%, TODOS LOS DIAS TENGO QUE LIDIAR CON MIS DEUDAS, ESTRÉS, HAY DIAS QUE NO TENGO NI PARA COMER, POR ELLO NECESITO UN IMPULSO ECONOMICO PARA PODER MONTAR UN PEQUEÑO NEGOCIO PARA QUE TAMBIEN MI ESPOSA ME PUEDA AYUDAR, PUES MI POBRE SALARIO ESTA HIPOTECADO PARA PRESTAMOS Y GASTOS, POR FAVOR DISCIERNAN MI PEDIDO Y APELO A SU GENEROSA Y MISERICORDIOSA VOLUNTAD Y DECISIÓN DE ECHARME LA MANO, DE CUALQUIERA DE LAS TRES FORMAS QUE LES HE MENCIONADO LINEAS ARRIBA, JESUS NOS DICE. NO LLOREN POR MI… LLOREN POR USTEDES MISMOS Y POR VUESTROS HIJOS. EL AMOR NO ES ALGO QUE PODAMOS SENTIR O DECIR CUANDO TODO ESTA CALMADO Y EN PAZ, EL AMOR ES LO QUE DEMOSTRAMOS AL PROCURAR EL BIEN DE LOS DEMAS, SATISFACIENDO NUESTRAS NECESIDADES AL DISFRUTAR DEL TRIUNFO DE AQUELLOS QUE SON OBJETO DE NUESTRO AMOR. QUIENES DECIDIMOS VIVIR BIEN AYUDAMOS A QUE LOS DEMAS VIVAN BIEN, PORQUE EL VALOR DE UNA VIDA SE MIDE POR LAS VIDAS QUE TOCAMOS. QUIENES OPTAMOS POR SER FELICES, AYUDAMOS A QUE OTROS ENCUENTREN LA FELICIDAD, PUES EL BIENESTAR DE CADA UNO ESTA UNIDO AL BIEN COMUN, «Tenemos a nuestra disposición muchas informaciones y estadísticas sobre la pobreza y las tribulaciones humanas, y corremos el riesgo de ser espectadores informadísimos y desencarnados de esta realidad»: comenta el Papa Francisco. «Bellas palabras, bellas palabras, demasiadas palabras…», dice el Papa Francisco. «Decimos: ¡Qué barbaridad! ¿Qué haces tú para remediar esa barbaridad», pregunta el Papa. «Palabras hay demasiadas, lo importante es pasar a la acción». EN ESTE MOMENTO SOY UN NECESITADO DEL AMOR Y SOLIDARIDAD DE TODOS MIS HERMANOS. SI QUIERES PERO NO PUEDES AYUDARME CONTACTAME CON PERSONAS QUE LO PUEDAN HACER. DIOS TE BENDIGA Y ESPERO LA MISERICORDIA DE DIOS Y LA VUESTRA
    NOTA: La crisis social y espiritual del mundo actual afecta a la vida familiar. Pronto se desarrollara un sínodo de la Familia, en ella se hablara de los divorciados, madres solteras, etc ¿Qué hay de los matrimonios que nos mantenemos unidos esposo y esposa a pesar de las dificultades, porque no hay apoyo directo a este tipo de familias, yo ya cumpliré 22 años de casado, llevo predicando la palabra de Dios más de 30 años y en este momento atravieso por una serie de problemas a nivel sentimental, emocional y económico, es verdad que cuento con el apoyo de mi obispo y sacerdotes de mi diócesis, pero es un apoyo limitado, que lo siento de un modo distante, no veo, no existe, no conozco una área de la Iglesia que trate asuntos directamente con las familias, me refiero a cursos postmatrimoniales, que permitan salir adelante a las familias, con programas, proyectos pero no solo a nivel espiritual, sino también económico, empresarial, yo particularmente he escrito a entidades nacionales e internacionales de la Iglesia, en muchos casos ni respuesta tengo, en otras veo indiferencia, en otras burla e incredulidad, yo doy charlas prematrimoniales en mi ciudad y voy conociendo una serie de problemas, yo soy uno de ellos, pero no tenemos un espacio, un área, un sacerdote, laico, que haga un seguimiento de estos casos, tengo información de organizaciones que apoyan a las familias donde están, como operan, etc, es un tema que veo muy ausente en este sínodo y nuestra santa madre Iglesia en general, finalmente invito a que puedan visitar mi hogar, como si lo han hecho hermanos separados, hay que ir al lugar de los hechos, no nos conformemos con oír, aconsejar, es urgente asistir a las familias, en el amplio sentido de la palabra, que cada vez se desintegran por falta de apoyo, asistencia y seguimiento

  2. Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez on 15 septiembre, 2014

    Como han expresado algunos teólogos, si realizamos un enfoque etimológico del término «teología», todo buen cristiano debería ser un «teo-logo», o sea un estudioso de Dios, ya que el término theos, significa ‘Dios’ y el vocablo logos, significa no sólo ‘palabra’ o ‘razón’, sino también ‘tratado’. Pero, simultáneamente, debemos reconocer que utilizado como sufijo «logos» apela a un conocimiento especializado de la materia a la que se refiere la primera parte de la palabra en que aparece. De donde un teólogo sería un especialista en el estudio sobre Dios. Quizás una buena manera en la que los teólogos de nuestro tiempo puedan hacer una contribución significativa a los cristianos no especializados en teología sea el presentarles los grandes conceptos de la misma con una visión práctica, que les permita fundamentar adecuadamente su fe.
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología (SITB).
    Doctor en Ciencias Sociales, Licenciado y Profesor en Letras (UBA).

  3. Graciela Moranchel on 3 octubre, 2014

    Muy linda reflexión. Me quedo en la recuperación urgente de la belleza y del silencio en la vida cristiana como caminos indispensables para una renovación espiritual profunda en nuestra institución eclesial y en la vida personal de los fieles.
    Estamos viviendo en una cultura «de lo feo». Se manifiesta en todos los ámbitos: sociales, artísticos. Pero también eclesiales, litúrgicos, teológicos…
    Es necesario volver a encontrarnos con Dios por el camino de la Belleza. Busquemos también de crear espacios para vivir una vida más silenciosa, personal y comunitaria. Abrámonos a la dimensión contemplativa de la vida cristiana. Es como la «pata» que le falta a la mesa de nuestra vida espiritual. La teología beberá también del influjo de esta renovación, volviéndose una teología más «bella» y más «de rodillas», como decía Hans Urs von Balthasar, donde la palabra sobre Dios brote de la escucha que parte del silencio orante.

  4. Alejandro Godoy on 31 mayo, 2019

    Cecilia Avenatti de Palubo : mi nonbre es Alejandro Godoy, he sido pastor angliacano , hace muchos años pasé a ls iglesia católica, llevo treinta años del » Camino Neocatecumenal, el cuál finalicé en el 2016. Me intesaría formar parte de su grupo, gracias

    . agodoy@yahoo .com.ar

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