Es la pregunta que deben estar haciéndose las cancillerías de todos los países con los que tenemos relaciones diplomáticas, todos sus periodistas y analistas políticos. Se lo preguntan ellos, nos lo preguntan y nos lo preguntamos los argentinos.
La respuesta es que no lo sabemos del todo, por la inconsistencia que anida en el interior del Gobierno. Estamos en el medio de una transición que a su vez es parte de otra transición. La primera es la transición entre el gobierno fracasado de Macri y el gobierno aparente de Fernández. La segunda transición es virtual y con desenlace incierto, entre el poder formal del Jefe del Estado y el poder político de la por ahora silente estratega Fernández de Kirchner.
Mientras tanto, el país que padece la hibernación pandémica, ignora cómo será la política económica de la recuperación, una vez que la peste haya desaparecido. El problema es que el Gobierno también la ignora, como lo demuestra el intento de expropiación de Vicentin. Todo ello no puede menos que afectar la credibilidad del Gobierno, lo que a su vez condiciona la simultánea trabajosa negociación de la deuda, que también es en parte víctima de estas aporías.
Hace mucho tiempo que la Argentina no es gobernada por estadistas. El Presidente profesor, que cuenta con experiencia como gestor, no demuestra pasta de estadista. En lugar de postergar el necesario Consejo Económico y Social, debería convocarlo cuanto antes e integrarlo con los argentinos, mujeres y hombres, más idóneos lúcidos y competentes, que sin duda tenemos. No debería importar su filiación política. La Argentina es plural como plural debería ser su composición, abandonando la recurrente tentación al sectarismo y las grietas.
En todo caso, la respuesta a la pregunta sobre quién queríamos que mandara en la Argentina, la dimos los argentinos al votar: unos por Alberto Fernández a secas; otros, que querían en realidad el regreso de la ex presidente; y otros en contra de ambos o a favor de las otras opciones.
Apenas transcurridos pocos meses de la asunción de las nuevas autoridades, el manto de la pandemia distrae de lo que en silencio muchos temen y otros aspiran: el escenario de la segunda renuncia de Fernández y la automática asunción de la Vicepresidente. Una hipótesis temible.
Norma Morandini, con su habitual lucidez, acaba de referirse a nuestro Presidente “de un país por ahora democrático”. Una oportuna señal de alerta.

8 Readers Commented

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  1. tato on 22 junio, 2020

    Quizás sea un esquema bifronte.

  2. maria on 22 junio, 2020

    Creo no seria nada extraño se repitan hechos ya conocidos. Los errores:1) Exceso de ansia de poder, de poseer, de absolutismo ,de soberbia, nos han llevado a caídas con dolor; 2) los argentinos somos de una ªinocencia, sentimentalismo melancólicoª, que nos hacen ver irrealidades; 3) NO es una HIPOTESIS temible, es una posible Realidad si se le permite a uno ir perdiendo PODER EJECUTIVO y al VICE, creer que es Presidente en LUGAR DE VICE, se maneja con Autoridades que no tiene, y con Soberbia engañando a muchos y lo mas GRAVE no se da cuenta que ELLA ESTA SIENDO ENAGAÑADA por muchos ªAstutos que la rodean y Aplauden como a una REINAª. Mientras en Argentina,o cualquier otro País NO halla: humildad, capacidad de reconocer errores o faltas cometidas por desconocimiento y buscar COLABORADORES CAPACES con Experiencia, Conocimientos, Expertos en diferentes Areas de un Gobierno vamos a continuar MAL. Se necesitan muchas CAPACIDADES que UN PRESIDENTE DICIENDO SOY PROFESOR DE LA FACULTAD, no SIRVE.
    Debe tener otro tipo de CAPACIDADES y Aceptar sin MIRAR colores de banderas y no solo fijarse en ideas de 100 años que ya se conoce como terminaron en todo el mundo. Sino hay HUMILDAD, no se PUEDE Gobernar. Y se debe RESPETAR AQUELLO QUE SE DIJO Y POR LO QUE FUE ELECTO, su Memoria es Frágil y Débil, Hay que EDUCAR, CURAR NIÑOS,JOVENES, PERSONAS MAYORES, ATENDER A AQUELOS QUE SON CLASE PRODUCTIVA Y GENERADORA DE TRABAJO E IDEAS NUEVAS PARA DENTRO DE 30 AÑOS MINIMO, sino vamos por mal camino. El COVID19 LLEGO AL MUNDO EN UNA MOMENTO MUY ESPECIAL, sirve como una gran nube de polvo de arena que no hace ver nada y se pierde la VISION del horizonte.

  3. Luciano Tanto on 22 junio, 2020

    …el peronismo.

  4. Augusto leo Mahlknecht on 27 junio, 2020

    Una interpretación de la relación presidente y y vicepresidente podría ser la siguiente: La Sra. quería volver al poder, pero no se animaba por temor a no ganar la elecciones. Para eso eligió a este muchacho, que no es muy lúcido, (a pesar de ser profesor universitario de derecho penal ¿no será del penal de los 12 pasos que hay que patear derecho al arco paras no errarle?). En caso de no ganar este muchacho, sería culpa de él y no de ella. Si ganaba, el mismo, por su falta de lucidez, cometería errores que obligarían a desplazarlo. Y entonces ¿quien llegaba al poder? Quien ocupase el cargo de vicepresidente. Y todo se hubiera hecho dentro de los términos de la Constitución.

  5. Gerardo Santarcieri on 30 junio, 2020

    ¿Mandar en Argentina? Nadie. Que patética sombra de nostalgia autoritaria se le cuela al articulista. En todo caso habrá autoridades que mandan donde corresponde mandar, en las instituciones militares, de seguridad, penitenciarias, donde el margen de discrecionalidad a las directivas es naturalmente estrecho. En la Argentina hay un gobierno democrático y legítimo, con un presidente que es titular del poder ejecutivo y una vicepresidenta que ejerce el mandato constitucional de presidir las reuniones del Senado. Y cualquier eventualidad será tratada en el marco institucional correspondiente. ¿Qué le pasa al conservadorismo argentino que no puede puede saltar por sobre los fantasmas que se inventa? ¿Es que lo único que pudieron alumbrar fue el patético régimen Ceocrata y de espías de cuarta del macrismo? Mejor que la troup de la exsenadora Morandini y se ponga a trabajar.

    • Miguel Sarno on 15 enero, 2021

      iempre manda alguien en la argentina. Este país de caudillos aborrece el vacío político. Por desgracia ese alguien en muchas ocasiones no estuvo a la altura de la circunstancias, independientemente de su color político. Ahora bien, una cosa es no alcanzar los estándares y otra muy distinta es ser mal amañado. Tanto unos como otros aprovechan del trampolín democrático para asentar su humanidad en el sillón de Rivadavia con toda legitimidad, por supuesto. Convengamos que el marco institucional de la frágil democracia que supimos conseguir y mantener desde 1983 a esta parte es bastante desvencijado, y en cada circunstancia en que el país se ve forzado a atravesar -ya sea por la impericia o por la impudicia de sus líderes políticos- la dificultad propia de la hora le impone tal grado de tensión al necesario encuadre que el lienzo a esta altura es un amasijo de burdos zurcidos. ¿Que pasa con el peronismo que no es capáz de terminar de realizar su autocrítica madura, para poder sumarse a la ardua tarea de sacar al país del pozo en que se encuentra arrojándole una cuerda en vez de seguir cavando?¿O es que son incapaces de exorcizar a sus fantasmas autoritarios, aquellos que los constituyeron como fuerza política en la argentina de la década infame?

  6. Andrea on 2 julio, 2020

    Este es un artículo sesgado e insidioso. Me ha defraudado la falta de criterio de una revista que se denomina Criterio.

  7. Miguel Alberto José Sarno on 28 diciembre, 2020

    Siempre manda alguien en la argentina. Este país de caudillos aborrece el vacío político. Por desgracia ese alguien en muchas ocasiones no estuvo a la altura de la circunstancias, independientemente de su color político. Ahora bien, una cosa es no alcanzar los estándares y otra muy distinta es ser mal amañado. Tanto unos como otros aprovechan del trampolín democrático para asentar su humanidad en el sillón de Rivadavia con toda legitimidad, por supuesto. Convengamos que el marco institucional de la frágil democracia que supimos conseguir y mantener desde 1983 a esta parte es bastante desvencijado, y en cada circunstancia en que el país se ve forzado a atravesar -ya sea por la impericia o por la impudicia de sus líderes políticos- la dificultad propia de la hora le impone tal grado de tensión al necesario encuadre que el lienzo a esta altura es un amasijo de burdos zurcidos. ¿Que pasa con el peronismo que no es capáz de terminar de realizar su autocrítica madura, para poder sumarse a la ardua tarea de sacar al país del pozo en que se encuentra arrojándole una cuerda en vez de seguir cavando?¿O es que son incapaces de exorcizar a sus fantasmas autoritarios, aquellos que los constituyeron como fuerza política en la argentina de la década infame?

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