Reseña del libro Ineludible fraternidad. Conflicto, poder y deseo. De Enrique Del Percio. Buenos Aires 2015. Editorial Ciccus
El autor, además de su formación jurídica de base, ha cultivado la sociología de las instituciones y es hoy un prestigioso investigador en diversos institutos y universidades nacionales y extranjeras, sobre temáticas siempre vinculadas con un fuerte compromiso social y político.
Del derecho ha heredado el rigor y la precisión propios de los juristas, y las ciencias sociales han sido un manantial que explica su pasión por la realidad, por la que es y por la que hay que construir. El resultado es una personalidad académica de vigoroso trazo donde late la búsqueda de una verdad encarnada en la humanidad, pero donde también resulta presente y visible, a veces de una manera implícita y discreta aunque siempre real, una fe que es aguijón, hondura y perspectiva.
El nuevo libro de Del Percio se replantea el eterno tema de la convivencia para concluir que la fraternidad no es, como el imaginario decreta, un suplemento virtuoso sino una trama de la sociedad. Cuando todos los proyectos utópicos de los ingenieros sociales han fracasado, él mira más profundo y se asoma a las posibilidades transformadoras del amor. Es una actitud del espíritu tanto como lo es también de la carne. Los hermanos –reflexiona el autor– también se matan, pero ciertamente no es lo más frecuente; antes se quieren.
Esta pretensión puede parecer también utópica, pero muy oportunamente el ensayo trae a la memoria ejemplos constantes y sonantes como los del italiano Alcide De Gasperi y del francés Robert Schuman, muy bien elegidos porque de ambos se ha iniciado el proceso de canonización. Santidad y política pueden no ser dos mundos separados.
En capítulos sucesivos Del Percio desgrana ideas y sugiere propuestas para alentar el camino de una política fraterna. Es que negar su posibilidad metafísica nos enfrentaría necesariamente a la imposibilidad de la convivencia humana
Una de las características del autor es que su perspectiva no es eurocéntrica sino latinoamericana. En 2007 se publicó el libro El principio olvidado, coordinado por Antonio Maria Baggio, que fecundó un nuevo camino de articulación comunitaria, de alguna manera por primera vez universal e inclusiva. A él siguieron otros como La fraternidad en perspectiva política, que representó la encarnación del “principio olvidado” en la historia y el pensamiento latinoamericano.
Una perspectiva sorprendente y claramente transformadora se puso de relieve cuando Benedicto XVI en su encíclica social Caritas in Veritate sugirió que se pueden vivir relaciones auténticamente humanas, de amistad y de sociabilidad, de solidaridad y de reciprocidad, también dentro de la actividad económica y no solamente fuera o después de ella. Ante la sorpresa de algunos, el documento expuso que el sector económico tampoco es ni éticamente neutro ni inhumano o antisocial por naturaleza. Es una actividad del hombre y, precisamente porque es humana, debe ser articulada e institucionalizada éticamente.
Del Percio explora sus posibilidades en la praxis social y también política. El camino es orientar la globalización de la humanidad en términos de relacionalidad, comunión y participación; y a eso se dirige Francisco, quien en Evangelii Gaudium planteó que el conflicto debe ser asumido, ni rechazado ni ignorado, temática propia que el jurista-sociólogo desgrana en uno de los principales capítulos de su obra. En efecto, por ese mismo camino transita la sensibilidad latente y expresa en “ineludible fraternidad”.