Acaba de ser aprobada la reforma previsional. Pero este hecho no quita interés a la carta que en las vísperas del debate del jueves 14 de diciembre por la ley de Reforma Jubilatoria, la Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba envió a los diputados nacionales de su provincia, exhortándolos a rechazar “toda iniciativa que atente en términos reales contra la situación material actual de los jubilados y aparte a los jubilados de su legítimo derecho a recibir lo suficiente para garantizar la dignidad de la vida”.
Es cierto que la exhortación no indicaba de modo directo qué posición los diputados debían adoptar ante el proyecto. Pero es significativo que la mayoría de los medios de prensa hayan entendido que se trataba de un pedido para rechazar la reforma en cuestión. Y la razón es que el modo de fundamentarlo pone de manifiesto un sesgo apenas disimulado.
En efecto, el texto invoca en su favor la enseñanza de la Iglesia sobre la “remuneración justa”, la cual sostiene que el salario debe garantizar una vida digna para el trabajador y su familia. Es éste el único aspecto de dicha doctrina que la carta recoge para aplicarla a continuación a las pensiones. Sin embargo, el párrafo tomado del Compendio de la DSI indica al mismo tiempo que el salario justo debe tener también en cuenta “la productividad de cada uno, así como las condiciones de la empresa y el bien común”, cláusula que queda perdida en la extensa cita, y que luego no se retoma ni se saca de ella consecuencia alguna.
Al considerar un solo aspecto de la doctrina invocada, la carta produce la impresión de que aquella es suficiente para resolver el delicado problema planteado de la reforma jubilatoria, en contra de la insistencia de la DSI sobre la necesidad de un cuidadoso discernimiento para aplicar sus principios a las situaciones concretas. En este sentido, un legislador responsable debería tener presentes otros aspectos que la declaración omite, a saber, la sustentabilidad del sistema previsional para la economía del país y la justicia intergeneracional. Por otro lado, correspondiendo la mitad de las asignaciones previsionales a personas sin aportes, cabe preguntarse si es posible aplicar sin más el concepto de “salario justo”.
Ni los principios de la DSI, ni las demás consideraciones aquí mencionadas permiten deducir una respuesta única y simple al difícil dilema planteado, lo cual es más evidente aún si se toman en cuenta las complejidades técnicas que dividen a los especialistas y que la Pastoral Social no tiene competencia para dirimir. La carta parece concebida más para direccionar el voto de los diputados que para iluminar su discernimiento. Es importante que la Pastoral Social no dé pie a sospechas de una injerencia indebida en la legítima autonomía del orden democrático.

10 Readers Commented

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  1. Alejandro Gerardi on 19 diciembre, 2017

    Realmente me pregunto si ustedes son cristianos. ¿De que productividad me hablan de un jubilado que trabajó toda su vida y al final de ella va a cobrar $ 7000 mientras que la gobernadora de Buenos Aires cobra de sueldo 100 veces más? Al jubilado le toman en consideración solo los 10 últimos años de su vida que en terminos de ingresos no son lo más representativo ni expresan su grado de productividad. ¿Por qué los que tienen que sostener el sistema jubilatorio tienen que ser solo los asalariados? ¿Los grandes terratenientes, las grandes empresas, los bancos, el sistema financiero no tienen que ser solidarios con los pobres y jubilados? No sean tan gorilas por favor

  2. Juan Carlos Lafosse on 19 diciembre, 2017

    Por un lado tenemos a nuestro Papa Francisco y por el otro a los doctores de la ley: a Criterio le asusta que Cristo cure en sábado! Le preocupa la «productividad» y la «sustentabilidad», no la necesidad ni la solidaridad.
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    El mundo necesita pastores como los de Córdoba, que hablen claro, que no teman que la defensa de los más necesitados y frágiles sea tomada como política partidaria.

  3. Martin Lagos on 19 diciembre, 2017

    Quien escribió el comentario anterior debe saber que el 40% de los pagos que hizo la ANSES en 2017 se financió con recursos derivados de los impuestos a las Ganancias, IVA y débitos y créditos. Por otra parte ¿Vd cree que es cristiano «asociar» los beneficios jubilatorios a la recaudación – que puede aumentar más, pero también menos que el IPC? Siempre hubieran debido ajustarse las jubilaciones por el IPC. ¿Porqué los pastores no se informan en profundidad de los temas y solo repiten las frases huecas de «los abuelos»?

    • Juan Carlos Lafosse on 20 diciembre, 2017

      Estimado Martín Lagos,
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      Es ESENCIALMENTE cristiano cuidar a los que lo necesitan. Ese es el mensaje de Cristo, que comparto. De que bolsillo sale la plata es irrelevante, no recuerdo que lo mencione en las Bienaventuranzas.
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      Habría que conocer la historia del sistema legal e impositivo argentino para comprender lo que Ud. dice, con datos tan precisos. Es necesario analizar muchos datos de décadas anteriores para ver la relevancia del número exacto que Vd. menciona.
      Sobre esto no me cabe la menor duda, soy una persona razonablemente informada, abuelo además.
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      Lo que Ud. dice no es nuevo, lamentablemente otros también pensaron así: «con mi plata no!».
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      Domingo Faustino Sarmiento, Discurso en el Senado de Buenos Aires, 13 de Septiembre de 1859
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      «Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma.
      El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero.
      ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos?.
      ¿Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer».

    • Juan Carlos Lafosse on 21 diciembre, 2017

      Estimado Martín Lagos,
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      En la reunión programada de la CEA con el Presidente, los obispos, encabezados por Mons. Oscar Ojea, le plantearon que en este momento de nuestra historia ES NECESARIO QUE EL MAYOR ESFUERZO LO REALICEN LOS QUE MÁS TIENEN.
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      Ellos no hablan desde atrás de un escritorio, no hay ninguna duda de su conocimiento personal de quienes son los que sufren ni la información que tienen.

  4. Fernando Yunes on 19 diciembre, 2017

    Los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia inspiran, orientan, invitan al discernimiento desde el método de ver (dimensión histórica); pensar (dimensión teórica); actuar (dimensión práctica). Sugerencias o «mandatos» puntuales conllevan el riesgo de empobrecimiento y manipulación de los contenidos y convertir la misión profética de la Iglesia en una simple ideologización coyuntural al servicio de intereses políticos partidistas y sectoriales.

    • Juan Carlos Lafosse on 20 diciembre, 2017

      Estimado Fernando Yunes,
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      Sin duda los riesgos que Ud. menciona existen, pero Cristo no se calló la boca en su defensa de los más necesitados y frágiles.
      Claro que le costó la vida, pero gracias a Él sabemos cual es nuestro deber, a quienes debemos atender prioritariamente.
      El riesgo opuesto también existe: convertir nuestra fé en una lista vacía, muy lejos de las personas reales.
      El que no arriesga, no gana el cielo!

    • Juan Carlos Lafosse on 28 diciembre, 2017

      «Generalmente cuando los obispos o los sacerdotes abordamos estos temas se nos contesta de diversos modos: que somos ‘eóricos e idealistas, que no sabemos de economía, que no presentamos soluciones concretas, etc. Sin duda hay algo de cierto en esas afirmaciones. Pero también es cierto que los que entienden de economía y los pragmáticos, tampoco solucionan estos problemas.»
      .
      Criterio, 1998,
      Mons. Jorge Cassaretto: El desafío de la exclusión
      http://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/1998/08/19/el-desafio-de-la-exclusion/

  5. Luis M. Aguirre on 23 diciembre, 2017

    Opinan sin estudiar, al mejor estilo argentino. Se ve que no pagan impuestos. En Argentina tenemos servicios de Nigeria e impuestos de Suecia. El sistema jubilatorio de reparto está quebrado y solo se financia con impuestos. Tengamos presente que no hay aportes jubilatorios, sino impuesto al trabajo y subsidios que el estado da a quienes llegan a determinada edad. El tema fue agravado por los planes, que no deberían estar pagado por el sistema jubilatorio de ANSES, y los que se incorporaron al sistema sin haber pagado ese impuesto, durante el gobierno anterior.

    • Juan Carlos Lafosse on 28 diciembre, 2017

      No me queda claro quién opina sin estudiar ni pagar impuestos.
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      Todo requiere dinero para funcionar. Ahora, si distinguir «impuestos» de «aportes» significa que no estamos dispuestos a manejarnos solidariamente, es decir que lo que YO aporté sea solo para MI, entonces da lo mismo decir «con MI plata NO!».
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      En todos los países «serios» hay impuestos a los ingresos logrados mediante el trabajo. Como sociedad debemos analizar como, cuanto y para qué.
      También podemos ver que en el mundo los paraísos fiscales están a disposición de los que no quieren pagar, de modo que los trabajadores debemos compensar este gigantesco fraude impositivo.
      En gran medida ahí está la raíz del sufrimiento, de la pobreza, de la calidad de la enseñanza, de la salud y del trabajo en Argentina, en Suecia y en Nigeria.
      Por eso Bergoglio reclamaba en el Seminario sobre “Las Deudas Sociales”, en el año 2009, que los capitales fugados de Argentina volvieran para «saldar la ‘deuda social’ y generar las condiciones para un desarrollo integral para todos».
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      Cito el artículo de Stefano Zamagni «La visión económica según el papa Bergoglio», publicado en Criterio No. 2046, año 2014.
      .
      «Francisco demuestra haber comprendido bien que a partir de los últimos treinta años, luego de los efectos de la globalización y de la tercera revolución industrial, se verificó una inversión en la relación entre economía y política. En efecto, la economía se ha convertido en un fin y la política en un medio. No era así en los siglos precedentes cuando la política, en cuanto acción organizada responsable del bien común, señalaba los fines que la sociedad debía alcanzar y al mercado se le exigía buscar los medios más eficaces para alcanzarlo.»[*]
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      [*] http://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/2014/08/08/la-vision-economica-segun-el-papa-bergoglio/

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