Carlos Custer. Apuntes de una vida, de Marcelo Paredes (Buenos Aires, 2019, Asociación de Trabajadores del Estado)
Cualquier volumen de memorias y su obligada y consecuente autorreferencialidad corre el probable riesgo de convertir los recuerdos en un ejercicio del más puro subjetivismo. No es éste ciertamente el caso, cuando al correr del relato se advierte con nitidez el despliegue de algo hoy tan poco frecuente como lo es un espíritu de servicio. En otro sentido, tampoco es que sean abundantes los argentinos que han tenido una destacada actuación internacional en el sindicalismo, pero además se alinean en el protagonista otros caracteres, como el de legislador y diplomático, otorgándole una singular identidad.
Todas estas atendibles escenas de la experiencia humana se dan en grado notable en Carlos Custer. La lectura de estas memorias permite concluir, en efecto, que otorga singular valor a esa dilatada y fructuosa existencia su honda raigambre en la fe cristiana.
Si puede afirmarse que la entera vida de Custer se halla signada por una profunda pasión por la justicia social, lo más significativo es que esa lucha, nunca debilitada por los años, debe su más alta expresión a la raíz en los valores éticos y religiosos de la espiritualidad evangélica.