“Sé que mucha gente ha estado esperando que me pronuncie y dé a conocer mi posición sobre lo que está sucediendo en este momento. Me ha llevado algún tiempo entender lo que está pasando y cómo expresar estos complejos sentimientos que los acontecimientos actuales han provocado en mí.
En primer lugar, tengo que decir lo más importante: nunca he apoyado y siempre estaré en contra del conflicto en cualquiera de sus formas. Si algunos cuestionan mi deseo de paz y piensan que yo, como músico, puedo hablar de otra cosa que no sea la paz en nuestro planeta, me resulta chocante y ofensivo.
Durante los diversos acontecimientos geopolíticos catastróficos a los que se ha enfrentado nuestra humanidad en los últimos veinte años de mi carrera, siempre he estado al lado de mis compañeros músicos y juntos siempre hemos mostrado y expresado nuestro apoyo y compasión por todas las víctimas de estos conflictos. Esto es lo que hacemos los músicos, expresamos cosas con la música, decimos cosas emotivas con la música, consolamos con la música a los que lo necesitan. Los músicos tenemos la suerte de poder hablar este idioma internacional que a veces puede expresar más que cualquier palabra conocida de la civilización.
Sigo estando muy orgulloso de ser un director de orquesta que proviene de un país tan rico culturalmente como Rusia y también estoy muy orgulloso de formar parte de la rica vida musical francesa desde 2003. Esto es lo que hace la música. Conecta a personas y artistas de diferentes continentes y culturas, sana las almas más allá de las fronteras y da esperanza a una existencia pacífica en este planeta. La música puede ser dramática, lírica, divertida, triste, pero nunca ofensiva. Esto es lo que ha demostrado mi exitosa asociación con mi maravillosa orquesta de Toulouse. Esto es lo que me ha demostrado mi magnífico conjunto del Teatro Bolshoi cada vez que he dirigido actuaciones con ellos en Rusia o en gira por Europa. Tanto en Toulouse como en el Teatro Bolshoi, invitaba regularmente a cantantes y directores ucranianos. Ni siquiera pensamos en nuestras nacionalidades. Nos encantaba hacer música juntos. Y todavía lo hacemos. Por eso lancé el festival franco-ruso de Toulouse, para mostrar a todo el mundo que los pueblos de Francia y Rusia están vinculados histórica, cultural, espiritual y musicalmente, y que estoy orgulloso de esta conexión entre nuestros dos grandes países que amo. Esta fiesta ha sido impugnada por las autoridades de la ciudad de Toulouse. Es una pena. Creo que este festival puede hacer más construyendo puentes que con palabras políticas.
En los últimos días, he sido testigo de algo que pensé que nunca vería en mi vida. Hoy en día, en Europa, me veo obligado a elegir una de mis familias musicales en lugar de otra.
Se me pide que elija una tradición cultural sobre otra.
Se me pide que elija a un artista en lugar de otro.
Se me pide que elija a un cantante en lugar de otro.
Pronto se me pedirá que elija entre Tchaikovsky, Stravinsky, Shostakovich y Beethoven, Brahms, Debussy. Esto ya ocurre en Polonia, un país europeo, donde la música rusa está prohibida.
No puedo soportar ver cómo mis colegas, artistas, actores, cantantes, bailarines, directores, son amenazados, tratados irrespetuosamente y son víctimas de la «cultura de la cancelación». Como músicos, tenemos una oportunidad y una misión extraordinarias para mantener a la raza humana amable y respetuosa con los demás tocando e interpretando a estos grandes compositores. Los músicos estamos aquí para recordar los horrores de la guerra a través de la música de Shostakovich. Los músicos somos embajadores de la paz. En lugar de utilizarnos a nosotros mismos y a nuestra música para unir a las naciones y a los pueblos, estamos divididos y condenados al ostracismo.
Por todo lo dicho anteriormente y viéndome obligado a enfrentarme a la imposible opción de elegir entre mis queridos músicos rusos y franceses, he decidido dimitir como Director Musical del Teatro Bolshoi de Moscú y de la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse con efecto inmediato.
Esta decisión debería confirmar a todos los interesados que soy una persona muy afortunada, por poder conocer a los artistas del Teatro Bolshoi y a los músicos de la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse. ¡¡¡¡¡Siempre es un privilegio hacer música con todos los maravillosos artistas de estas dos instituciones y siempre estaré a su lado como MÚSICO!!!!”.
Tugan Sokhiev dio a conocer su dimisión a las dos instituciones de las que ha sido su Director Musical: el Teatro Bolshoi de Moscú y la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse.
3 Readers Commented
Join discussionUn formidable alegato en favor de la paz, la comunión espiritual y artística entre pueblos y culturas, una crítica certera sobre la violencia de la estigmatización y la exclusión de personas por su nacionalidad, por causa de un conflicto bélico cuyos responsables no son los ciudadanos de las naciones involucradas, sino sus gobernantes. La cultura de la cancelación es una expresión de violencia y odio que supone un retroceso en el desarrollo de vínculos entre los pueblos, como respuesta de paz y fraternidad y rechazo de la guerra como deshumanización y degradación de la condición humana.
Excelente artículo !!! Coincido totalmente con su idea sobre lo q es la música. Por eso para mí es la mayor de las artes!!! Le pido, le ruego, q por la paz en el mundo, por un cambio en la conciencia de la humanidad, por la búsqueda del bien y el respeto a la Naturaleza que siga haciendo su trabajo más allá de los problema q encuentre. Los amantes de la música los vAmos a apoyar.
Cualquier música vale, no es una sola
Pedir a un músico que elija un autor o un instrumento es equivalente a pedir a un pintor
que cambie su paleta o renuncie a un estilo.
La obra es expresión de nuestro ser esencial y con ella nos comunicamos desde nuestra raíz
que no tiene raza,color ni tiempo . Es unirnos en el tiempo y el espacio .