España, precursora de la globalización

España, nuestra madre Patria, subestimada durante mucho tiempo por parte de la intelectualidad de nuestro país[i]. España y su Imperio que perduró casi 400 años, del que fuimos parte, y que fue objeto de la operación de desinformación más larga de la historia, la famosa Leyenda Negra[ii] impuesta por los británicos en el siglo XVI, en los tiempos isabelinos, y reforzada un poco más tarde por Oliver Cromwell, que veía un Designio Occidental, de carácter divino, en sacarle el Imperio a España. Leyenda que fuera retomada para esos fines por los Estados Unidos en México, Cuba y Filipinas.

El objeto de este artículo es intentar mostrar la importancia de la huella dejada por España para entender el mundo en que vivimos, y entender de dónde provienen algunos de los factores de ese movimiento o evolución de la humanidad que llamamos desde hace poco la globalización y antes, modernidad. Dicho de otro modo, intentaremos tomar conciencia de la deuda que tiene la humanidad con España[iii].

El descubrimiento de América

El casi fortuito descubrimiento de las Américas por la Corona española en 1492 tuvo muy rápidamente enormes consecuencias en el mundo europeo ya que permitió tener por primera vez una conciencia planetaria o global. Conectó a través de la ruta marítima Europa con América y, poco después, en 1522, al Asia desde América.

Al tiempo que incorporaba este inmenso territorio al acerbo mundial, buscó establecer las reglas morales y legales que inspiraron tres siglos más tarde a la Revolución Francesa[iv] y más cerca nuestro, a las Naciones Unidas. También estableció los basamentos del orden económico moderno. Estas reglas fueron las bases del Derecho Internacional que conocemos hoy, incluyendo las Derechos Humanos y el Derecho Humanitario Internacional o Derecho de Guerra.

Otro efecto importantísimo fue conectar comercialmente al mundo a través de las flotas de galeones. Dio inicio al comercio internacional tal cual se conoce hoy, intercambiando bienes entre Europa y las Américas y de éstas con Filipinas, China y Japón.

Para comerciar internacionalmente era necesario contar con una moneda, reconocida por todos, y lo fue el Peso de ocho Reales de plata. Esta revolución comercial llevó también a avances de las ciencias económicas. En la Escuela de Salamanca, los sabios prelados establecieron varias de las leyes económicas modernas, como la Ley de la Oferta y la Demanda en un mercado libre y la Teoría Cuantitativa del Dinero, entre otras. 

Colón, Magallanes y Elcano, pioneros del comercio global

Poco tiempo después del descubrimiento de las Américas, España logra, con Fernando de Magallanes y Sebastian Elcano, la primera circunnavegación de nuestro planeta, saliendo hacia el Oeste y volviendo por el Este, lo cual revoluciona el comercio internacional de ese momento.

Para la navegación marítima fue una revolución haber encontrado las rutas de los vientos alisios en el Océano Atlántico como, un poco más tarde, la corriente del Kuro Shiwo en el Océano Pacífico. El mismo Cristóbal Colón descubre la ruta Atlántica de Europa a Centro América y Sudamérica y, volviendo a Europa, a través de los vientos alisios, con la ayuda de la Corriente del Golfo que pasa por el Mar Caribe, Islas Bahamas, Bermudas y las Azores, para bañar Europa, desde Irlanda y Gran Bretaña hasta Gibraltar. 

En el Océano Pacífico fue el fraile y Piloto Mayor Andrés de Urdaneta[v], que había viajado de muy joven con Elcano a las Molucas, quien descubre, en 1565, la corriente del Kuro Shiwo o Tornaviaje, que permitía regresar a América desde China y Japón con viento y corriente favorables. 

Desde Sevilla a Portobello y Cartagena de Indias, y desde Acapulco a Filipinas y su vuelta, se conectaron por primera vez tres continentes y su producción, dando origen así al flujo de mercancía y de dinero. También significó un contacto más profundo y frecuente con el extremo asiático, tanto China como Japón. 

El Peso de Plata de 8 Reales[vi] español fue la moneda de cambio internacional durante más de tres siglos. Era reconocida tanto en Asia como en Europa y América. Ese papel internacional de la moneda española se dio por su equivalencia en plata y la gigantesca reserva de ese mineral de las minas de Potosí en el Alto Perú, hoy Bolivia. El Peso de Plata inspiró y constituyó la canasta de monedas que sirvió de base al dólar norteamericano, que se convertiría en moneda de cambio internacional en el siglo XX.

Contribución española a la Teoría económica

Más allá del comercio internacional y la moneda de cambio, el descubrimiento tuvo un efecto catalítico en los intelectuales españoles. La Universidad de Salamanca fue un centro de pensamiento e innovación que revolucionó las ciencias sociales, incluyendo la económica.

La ley de la oferta y la demanda como un agente de determinación de los precios de un mercado libre, la teoría subjetiva del valor de los bienes y el establecimiento del valor del dinero en función de su abundancia y escasez y de su capacidad de compra, la doctrina general del interés y el análisis del sistema tributario fueron algunos de los hallazgos de los profesores de Salamanca[vii].

Fue el teólogo Martin de Azpilcueta[viii], en 1556, quien expuso la Teoría cuantitativa del dinero casi cuatro siglos antes que lo hiciera Irving Fischer. Su descubrimiento puede ser calificado de gran hallazgo macroeconómico ya que explica el aumento de precios, es decir, la inflación, por la abundancia del dinero.

El Derecho Internacional y los Derechos Humanos

La Escuela de Salamanca, pero también otros ámbitos universitarios españoles, pueden considerarse pioneros en el desarrollo del Derecho Internacional moderno y también de los Derechos Humanos y del Derecho Humanitario Internacional o Derecho de Guerra. Quizás dos de sus más importantes pensadores hayan sido los sacerdotes Francisco de Vitoria y Francisco Suárez.

Como dice Sergio Moratiel Villa,[ix] “todo el derecho internacional humanitario contemporáneo de La Haya, de Ginebra y de la ONU cabe en los módulos trazados por la pléyade de autores (católicos) de la llamada Escuela Española de Derecho Internacional”.

Francisco de Vitoria (1483-1546) fija las bases del Derecho Internacional moderno cuando imagina una sociedad internacional, incluyendo a todos los Estados del mundo. Propone normas jurídicas en interés de la humanidad, que se adopten por consenso de la mayoría. También escribió, en su Primera Relación sobre los Indios, que el objeto del sistema jurídico Internacional era el bien común de todos. Pero Vitoria avanza aún más y propone las bases del Derecho Humanitario Internacional y de los Derechos Humanos. Formuló un Derecho de Guerra basado en el Jus Gentium y la doctrina cristiana de la Guerra Justa, disciplinas que abarcan el Derecho Internacional moderno.  

Francisco Suárez (1548-1617) desarrolla la cuestión del origen y legitimidad del poder civil. Considera que el monarca detenta el poder no de modo absoluto y arbitrario, sino por delegación basada en el consentimiento. Justifica la revuelta cuando el monarca abusa del poder que legalmente detenta y se convierte en un tirano, usando el poder para su propio fin y no para el bien común. Suárez imagina que la novedad histórica del pensamiento de Vitoria radicó en su concepción del Derecho Internacional como un conjunto de normas jurídicas en interés de la humanidad, y no, como hasta entonces se entendía, en interés de los Estados que las adoptaban.

De esta manera se adelantan casi doscientos años a William Penn, Charles Irenée Castel de Saint Pierre y Emanuel Kant[x], que imaginan una organización regional para asegurar la paz perpetua en Europa. La diferencia con estos últimos es que la propuesta de Vitoria es más amplia y abarca el planeta y puede, entonces, considerarse el antecedente de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas, vigente en la actualidad.

“Rule the Waves”

Los galeones fueron navíos poderosos que podían hacer frente exitosamente a cualquier agresor. La flota de galeones enviada a Manila y América fue considerada como una de las operaciones marítimas más exitosas de la historia, tanto por las pocas bajas ocurridas, como por su duración en el tiempo.

Desde la derrota española de la Armada Invencible, en 1588, frente a las costas británicas, debido principalmente a la inclemencia del tiempo, la Corona británica se impuso como estrategia quitarle el Imperio a España. Las flotas enviadas por la Reina Isabel a la Península Ibérica, contra La Coruña y Lisboa, fracasaron estrepitosamente en la llamada Contra Armada, comandada por Francis Drake y John Norreys, verdaderos desastres militares, no relevados en la historia británica. Debieron esperar cincuenta años hasta que Oliver Cromwell, con su Designio Occidental,[xi] intentara nuevamente arrebatarle el imperio a España.

Esa política se inicia en 1655 con un fracasado ataque británico a la Hispaniola, hoy República Dominicana, comandado por el Almirante William Penn. En 1739, otro almirante, Edward Vernon, ataca la ciudad de Portobello, hoy en Panamá. Si bien logran destruirla no encuentran el supuesto tesoro y deben abandonar la región al intentar infructuosamente cruzar el istmo de Panamá para alcanzar el Océano Pacífico. Alentados por esa seudo victoria, Vernon se lanza, en 1741, contra Cartagena de Indias. Para ello emplea una flota de más de 200 buques[xii]. A pesar de la desproporcionada superioridad de hombres y armamentos, no pudieron conquistarla por la inteligente y encarnizada resistencia del Almirante Blas de Ledo y sus tropas. Se trata de otra importantísima derrota británica también escondida en sus libros de historia.

El último gran y frustrado intento de capturar parte del Imperio español fueron las dos invasiones inglesas al Río de la Plata, en 1806 y 1807. Luego, partir de 1830, el Reino Unido cambió de estrategia y buscó asegurarse pasos navales como las Islas Malvinas, Ciudad del Cabo, Aden, Singapur y Hong Kong.

Conclusión

Recientemente, un estudioso británico, Samir Puri,[xiii] escribió sobre los Imperios y cómo éstos habían dado forma al mundo. En esa recopilación no incluyó al Imperio español. Llama la atención que no haya tenido en cuenta ese legado y su contribución a la humanidad. Posiblemente se haya hecho eco, consciente o inconscientemente, del boicot anglosajón sobre España, que aún perdura.

Esa leyenda negra infligida a la imagen de la Nación española también oscurece el legado que hemos recibido como descendientes de ese Imperio y que hace parte de nuestra herencia cultural.

Por eso es relevante recordar algunos hechos que modelaron el mundo moderno que le debemos a España, a sus exploradores, colonos e intelectuales.


[i] Maldonado, Dulce María, “Significación del pensamiento de Francisco Suarez en el pensamiento Argentino”, en https://repositorio.uca.edu.ar/

[ii] Villaverde, María José (edit), La Sombra de la Leyenda Negra, Tecnos, 2016.

[iii] Martínez Monte, Luis Francisco, España una Historia Global, Biblioteca Diplomática Española, Sección estudios Nº 35, Global Square Editorial SL, 2018

[iv] Juan de Mariana, De rege et regis institutione, 1599.

[v] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/urdaneta_andres.htm

[vi] https://www.geografiainfinita.com/2020/07/el-real-de-a-ocho-la-primera-divisa-mundial/

[vii] Hurtado, Fran, “La Escuela de Salamanca: nacen los Derechos Humanos y la Economía de Mercado”, https://www.geografiainfinita.com/2020/09.

[viii] http://www.escolasticos.ufm.edu/index.php/Mart%C3%ADn_de_Azpilcueta

[ix] Moratiel Villa, Sergio,” Filosofía del Derecho Internacional: Suárez, Grocio y epígonos”, Revista de la Cruz Roja, 1997.

[x] Zawels, Estanislao Angel, Hacia un Sistema de Seguridad Colectiva para el Siglo XXI, Editorial Nuevo Hacer, ISEN.

[xi] Zawels, Estanislao Angel, “Crónica de un Imperio”, revista Criterio Nº 2403, 2014.

[xii] Se dice que fue la mayor flota de la historia naval hasta el Desembarco en Normandía, en 1944.

Puri, Samir, The Great Imperial Hangover, Atlantic Books, London, 2020.

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