No puede dejar de sorprender, en Buenos Aires, recibir algunos números de una revista editada en Amsterdam, escrita en holandés y castellano, en la que colaboran autores de varios países de América Latina, además, por supuesto, de los holandeses.

 

Amsterdam Sur es una revista cultural que pretende abarcar varias disciplinas, especialmente de las artes. Una muy buena selección de pintura y de fotografía está distribuida a lo largo de todas sus páginas. Hay, también, comentarios de teatro, cine y música (sin excluir un lugar importante concedido al tango).

 

Pero se destaca su preferencia literaria, que permite a la revista acercar textos de no muy fácil acceso. Se recuperan fragmentos de grandes autores, o cartas o artículos y testimonios, o notas acerca de ellos. La miscelánea lista incluye a Octavio Paz, Eduardo Mallea, Juan Filloy, Platón, Lévy-Strauss, Ortega y Gasset, Juan Rulfo, Leopoldo Marechal, Jorge Luis Borges, John Donne, Odysseas Elytis, Ángelus Silesius, Miguel de Unamuno, y muchos otros.

 

La revista incluye, además, colaboraciones de un grupo de amigos que intentan forjar un espíritu común. A ellos les hemos pedido que nos hagan saber quiénes son y cuáles son sus objetivos. Nos han enviado la carta (casi un manifiesto) que publicamos a continuación para darlos a conocer.

 

 

 

En 1994 apareció en Holanda el primer número de la revista Amsterdam Sur, a partir del trabajo voluntario de un grupo de personas de diferentes nacionalidades que creen en la necesidad y posibilidad de incrementar la libertad creativa, el espíritu crítico, la belleza artística y la buena literatura.

 

Con un plan de trabajo, y una meta que no se define en términos cuantitativos, sino de sensibilidad y se sabiduría, el objetivo de la revista podría expresarse en esta cita de una conversación con Jorge Luis Borges –uno de los ángeles tutelares de la revista– y que dice así: “Un escritor es, ante todo, una persona especialmente sensible a los hechos, a las cosas. Lo principal es la sensibilidad poética, lo demás es mera literatura… Tout est littéra-ture –como lo dijo Verlaine en excelente literatura–, lo demás es oficio. Y lo menos importante es el oficio; lo más importante es permanecer despierto en un… podríamos decirlo en inglés, an awareness of things, un estar consciente de las cosas. Y, naturalmente, entre las cosas están los libros… Es decir, que usted me pregunta quién ha influido en mí. Yo le contesto simplemente: el universo, el mundo entero ha influido en mí, y espero ser sensible a ese influjo”.

 

Amsterdam Sur es una revista trimestral bilingüe (castellano-holandés). Viviendo en Holanda, sus redactores han querido participar en la vida intelectual del país; lo que no deja de ser una ilusión porque la censura ideológica mantiene a la revista en el rincón de las cosas exóticas (só-lo se acepta lo sudamericano que huele a asado, a tango, a llamas, gallinazos, merengue y o-tros regionalismos por el estilo). Como mucho, la revista alcanza a un público de hispanistas e hispanófilos cuya vinculación con “lo español” no siempre está libre del prejuicio de que los países del sur, simpáticos, soleados, cálidos y divertidos, poco o nada pueden aportar a la historia de las ideas y del pensamiento universal.

 

Contra este prejuicio, Ams-terdam Sur ha tratado de bucear en autores y obras relegadas, aunque vigentes, que no se supeditaron a los valores en boga, y ha rescatado así verdaderas joyas de la literatura.

 

Ante la inepcia, la falta de horizontes y la miopía intelectual, que, frecuentemente, ha marcado nuestra historia –en algunos países con más empecinamiento que en otros– se ha tratado de construir un medio dinámico de reflexión y difusión, sustentado en una aspiración a la unidad en la diversidad, en la búsqueda de valores y verdades trascendentes. Un medio de expresión pluralista e interdisciplinario.

 

Actualmente los medios de comunicación promueven una cultura light que, por la obscenidad y trivialidad de sus propósitos, es una aberración de lo que la cultura significa. Y que por lo estetizante de mucho de lo producido evade toda responsabilidad ética y no es más que juego deslumbrante de recursos tecnológicos y de una facilidad decadente característica de lo que se ha dado en llamar “el estado de bienestar”, que muchos toman por “la civilización”.

 

Como cada época parece generar sus propios anticuerpos; una corriente espiritual que reú-ne otras voces se va perfilando en el vasto mar del mundo y es lo que da el tono a trabajos como los que intenta Amsterdam Sur.

 

Se trata de recuperar la intimidad del misterio, de lo extraordinario, la metafísica, la experiencia de lo sagrado, en fin, el alimento del alma.

 

Independiente de los intereses del mercado –que son los de la política– Amsterdam Sur in-centiva la vuelta a los clásicos, la originalidad que no es lo novedoso sino la meditación sobre el origen de las cosas. Anima también la amistad con los grandes olvidados de todas las épocas y el apoyo a lo nuevo que tiene algo que decir, y que no se somete a las manipulaciones autoritarias ejercidas desde los más embrujadores centros del poder cultural.

 

La revista no tuvo nunca más capital que sus sueños, su voluntad de conocimiento, una propuesta seria y honesta y un compromiso con el arte, la literatura, el pensamiento, y con el lector.

 

Cuenta actualmente con un equipo de redactores, traductores y colaboradores, además del apoyo de amigos y anunciantes.

 

Poco conocida en Argentina, esperamos que logre a través de CRITERIO, una modesta pero valiosa difusión, y futuras colaboraciones.

1 Readers Commented

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  1. Iliana Troche Bruno on 2 enero, 2011

    Me pregunto si es la misma revista que el año anterior dio la oportunidad de publicar un cuento o historia breve, inédita, a gente no necesariamente considerada dentro del oficio o profesión de escritor, sino que más bien usa ese medio para trascender, liberarse y canalizar, además de sublimar.
    Sería interesante que se abriera nuevamente ese espacio posible, en caso de tratarse de la misma revista cultural de Amsterdam.
    Escribo desde Uruguay, Montevideo. Tengo pronto un cuento que terminé este año en sus primeros días de enero pero llegué tarde a la fecha límite para enviarlo, creo que era entre el 4 y el 7 enero el límite.

    Bueno, a la espera de su respuesta,
    saludo cordialmente,
    Iliana Troche.

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