¿Quién puede hablar
sino nosotros?
Una fila de desencuentros
están señalando que
no alcanza
para que
los dejemos.
Se vuelve más difícil
cuando ellos van detrás
ciegos, aturdidos, cansados
acortando las distancias
para volverse,
sin convertirse en
personas distintas de las que
fueron.
Los últimos tiempos durmió en la calle
aún la ciudad era su lugar
poco a poco lo fue perdiendo todo,
hasta que no pudo más.