EE.UU.; 2009; Dirección: Joel Hopkins; Intérpretes: Dustin Hoffman, Emma Thompson, Kathy Baker; A.T.P.
A Harvey –músico frustrado, escritor de jingles publicitarios– le queda una última chance. Advertido por su jefe (Richard Schiff), no puede fallar en su próxima entrega. Sin embargo, opta por ir a Londres ese fin de semana para asistir a la boda de su hija (Liane Balaban). Promete estar de vuelta el lunes para la reunión. Pero, ya en Londres, su hija elige a su padrastro como padrino, su ex lo hace sentir insignificante, y cuando está por volver, Harvey se entera de que ha sido despedido de su trabajo. Mientras trata de ahogar sus penas en el bar del aeropuerto, se cruza con Kate (Emma Thompson), empleada de la oficina de estadísticas y amante de los libros.
Con dos actores excepcionales como protagonistas, capaces de transmitir una emoción compleja con una sola mirada (ver la escena de Harvey con su hija), Tu última oportunidad deja pasar una chance: la de hacer una pequeña gran película, de esas que tardan en olvidarse. Consigue, en cambio, una película despareja. La mayoría de sus errores, producto de recurrir a clichés cuando podría haberse optado por la simplicidad.
Por el tema y la estructura, se hacen inevitable las comparaciones con Antes del atardecer, la maravillosa obra de Richard Linklater. Si bien el novato de Hopkins (guionista y director) aprovecha los diálogos y los escenarios de Londres, cuando la cámara aleja los primeros planos, y la música de fondo aumenta la intensidad, nos quedamos sin saber de qué hablan Kate y Harvey, qué llevará a estos dos escépticos a enamorarse. De todos modos, Tu última oportunidad es una historia de amor sin golpes bajos, sin escenas de sexo, sin diálogos edulcorados, a la que se agradecen las buenas intenciones. Y Thompson y Hoffman, con dos personajes escritos (literalmente) a medida, hacen todo muy bien.