El vendaval que suscita casi a diario el papa Francisco parece no conocer amaines. En los últimos tiempos, al nombramiento del nuevo secretario de Estado vaticano, el arzobispo Pietro Parolin, actual nuncio en Caracas, le sucedieron otros acontecimientos igualmente significativos: el texto publicado por el diario italiano La Repubblica en respuesta a las dos notas de su ex-director, Eugenio Scalfari, un intelectual que se declara ateo y quiere intercambiar reflexiones con el Papa; la larga entrevista concedida a Antonio Spadaro, nuevo director de la revista romana de los jesuitas, La Civiltà Cattolica, considerada la voz más autorizada del pensamiento de la Santa Sede; las designaciones de hombres clave para su gobierno central (en la formación del clero y en la coordinación de los sínodos de obispos); sus palabras en Cerdeña a favor de los desocupados y muy críticas para con los poderes económicos internacionales…

Evidentemente, Bergoglio sabe lo que quiere hacer y ha decidido implementar reformas importantes en la vigilia de su reunión con la comisión asesora de cardenales por él designada ad hoc, y donde están representados pastores de varios países.

En la entrevista que dio vuelta al mundo en las últimas semanas (puede leerse su texto completo en la sección Documentos), con pretensiones acaso de demasiado abarcativas, Francisco habla de sí mismo, de sus experiencias pastorales, formula una autocrítica de su gobierno en la provincia argentina de la Compañía (“Yo tomaba mis decisiones de manera brusca y personalista”, confesó), y se declara hoy convencido de la necesidad de escuchar y de gobernar de manera más colegial. Por otra parte, ante una pregunta a quemarropa, se define: “Yo soy un pecador, y no se trata de un modo de hablar o de un género literario. Quizá puedo decir que soy despierto, que sé moverme, pero al mismo tiempo bastante ingenuo”. Su auto-descripción da pie a explicar por qué eligió ser jesuita (el espíritu misionero, la comunidad y el orden), y para hablar del “discernimiento”, tema clave de la espiritualidad ignaciana. Además insiste en uno de los puntos que más le preocupan: la Iglesia no puede ser auto-referencial, debe estar abierta a la sociedad, ir a las “fronteras existenciales”. Y otra vez refiriéndose a la Compañía de Jesús, explica: “El jesuita piensa, siempre y continuamente, con los ojos puestos en el horizonte hacia el que debe caminar, teniendo a Cristo en el centro. Esta es un verdadera fuerza”.

Reconoce que conoce poco su ciudad, Roma, de la que es obispo. Pero qué bien elige la pintura para transparentar su interioridad: se refiere a una extraordinaria obra de Caravaggio en la iglesia de San Luis de los Franceses sobre la vocación de Mateo (“Ese dedo de Jesús, apuntando así… a Mateo. Así estoy yo. Así me siento. Como Mateo. Me impresiona el gesto de Mateo. Se aferra a su dinero. Como diciendo: ‘¡No, no a mí!’”).

El Papa vuelve una y otra vez al concepto de Iglesia como “pueblo santo”, y dice admirar la santidad anónima de las personas sencillas, a partir de cuya espiritualidad debería construirse el pensamiento teológico: “Esta Iglesia con la que debemos sentir es la casa de todos, no una capillita en la que cabe sólo un grupito de personas selectas”.

Otra definición que utiliza para la Iglesia de hoy es la de un “hospital de campaña”, donde se prioriza el cuidado rápido de las heridas graves. Para él, antes que repetir preceptos morales, debemos anunciar la salvación y vivir comprometidos con los pobres. Retoma, en este sentido, su idea de que la Iglesia no está llamada a juzgar y debe respetar el misterio de la conciencia de cada persona, ya que “tenemos que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia puede correr peligro de caer como un castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio”.

En otro pasaje de la entrevista publicada en La Civiltà Cattolica reivindica a los religiosos como profetas, imitadores de Jesús en la obediencia, la pobreza y la castidad. Y más adelante afirma que los dicasterios romanos (la curia) deben estar al servicio del Papa y de los obispos para, a través de “la vía de la sinodalidad”, ir hacia un crecimiento “en armonía con el servicio del primado”.

Afirma además que “es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia”, porque María es más importante que los obispos y “hay que trabajar más hasta elaborar una teología profunda de la mujer”. Reivindica el Concilio Vaticano II y se demuestra cercano al pensamiento de Juan XXIII y Pablo VI. Dice que hay que buscar y encontrar a Dios en todas las cosas, pero siempre dejando “un margen a la incertidumbre”, porque “si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien”.

Entre otras cosas, también hace significativas referencias a sus gustos literarios y musicales. E insiste en “no caer en la tentación de domesticar las fronteras”. Esta larga “conversación”, tal como la define Antonio Spadaro, ofrece la ocasión de conocer un poco más la figura de este Papa y abre múltiples aspectos que podrán ser afrontados en el tiempo.

5 Readers Commented

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  1. ESTAMOS ESPERANDO QUE ESTE ARTICULO SE HAGA REALIDAD.

  2. Ljudmila Hribar on 18 octubre, 2013

    Vamos Papa Francisco todavia! Recomiendo leer ambas entrevistas completas. Son una joyita para ir rumiando con tiempo.

  3. Alessio Nicolás on 19 octubre, 2013

    Entre Benedicto XVI y Francisco
    Otra gestualidad, los mismos objetivos
    Un Papa distinto era imprescindible
    Un Papa latinoamericano en la estrategia romana

    “… podrá inmediatamente notar más allá de las diferencias de estilo, sensibilidad y acentos, la sustancial continuidad del mensaje del Papa Francisco con el magisterio de Benedicto XVI”

    Vamos a tratar de mostrar por qué la Iglesia Católica Apostólica Romana apuesta a un Papa latinoamericano, sin poner en juego absolutamente nada de su disciplina, doctrina y dogmatica.

    Por qué se explica la renuncia de Benedicto XVI y la elección del cardenal Bergoglio como el indicado para modificar la imagen eclesial y avanzar entonces en un renovado intento de hacer de la humanidad toda una “civilización cristiana”, donde la hegemonía moral de la normativa vaticana sea obedecida e indiscutida.

  4. La verdad es que el reportaje que le realizara Antonio Spadaro al papa Francisco es muy interesante. Tal es así que he decidido dedicarle dos de los módulos de clases dentro de la asignatura sobre catolicismo que dicto en el Seminario Internacional Teológico Bautista y que está dirigida a alumnos de cuarto año de los profesorados en Filosofía y en Teología. Ayer, lunes 21 de octubre, comenzamos y mis alumnos coincidieron que el análisis de la entrevista mencionada da para mucho.
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología (SITB)
    Doctor en Ciencias Sociales y Licenciado y Profesor en Letras (UBA).

  5. A mi comentario anterior, deseo agregar que a mí también me impactó la referencia que hizo el papa Francisco a la obra de Caravaggio sobre la vocación del apóstol Mateo en el reportaje que le realizara Antonio Spadaro. Algo que también destacara Martina Rojo en su magnífica exposición titulada «El pensamiento económico del Papa Francisco: el consumismo, la globalización y el desempleo», la última de las exposiciones del panel «Sociedad, economía y trabajo» con el que se iniciara la Jornada Académica «El pensamiento del Papa Francisco: Reflexiones y desafíos», organizado el jueves 17 pasado por la UCA, la USAL y el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Evidentemente el llamado que Jesús le hizo a Mateo para que lo siguiera como discípulo es uno de los más impactantes de los que narran los evangelios. Por lo que resulta muy significativo que el Papa Francisco haya compartido con Spadaro que él, de manera semejante a Mateo, se sintió como «un pecador al que el Señor ha dirigido su mirada».
    Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez
    Doctor en Teología (SITB).
    Doctor en Ciencias Sociales (UBA).
    Magíster en Ciencias Sociales (UNLaM).
    Licenciado y Profesor en Letras (UBA).

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