
Reseña de Una aventura, de César Aira (Buenos Aires, 2017, Mansalva).
Son proverbiales tanto la abundancia de textos de este escritor nacido en Coronel Pringles en 1949 (más de medio centenar de libros) como su costumbre de publicar en diversas y muy dispares editoriales. Algunas obras, como Ema, la cautiva o Un episodio en la vida del pintor viajero, marcaron hitos en la literatura argentina contemporánea.
Un autor de no fácil clasificación: su prosa ligera tiene elementos surrealistas, mucho humor, se desliza velozmente y a veces a contrapelo de la lógica.
En este libro, la pregunta que surge en el lector al finalizar la breve novela es: ¿cuál es la aventura que anuncia el título? (ya al comienzo confiesa: “A mí nunca me había pasado nada”). Porque ni el insólito trabajo contable que obliga al protagonista a numerosos viajes nocturnos al Uruguay o la compulsiva compra de impermeables de contrabando y otras consideraciones sobre personajes y lugares componen nunca un acontecimiento digno de considerarse excepcional.
Este hombre de rutinas anota: “Llegué a preguntarme si acaso no me estarían pasando hechos portentosos, y no los veía por estar demasiado cerca, por falta de perspectiva”.
Quizá todo fue culpa de un perrito y de la enfermiza imaginación o los desórdenes mentales.