Argentina, España, 2008. Dirección: Juan José Campanella; Intérpretes: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago; A.M. 16.
La película de Juan José Campanella, adaptación de una novela de Eduardo Sacheri, es ya el fenómeno de espectadores del año que finaliza. La historia transcurre en dos épocas: en los setenta, en los tribunales de Buenos Aires, se cuenta la historia de Benjamín Espósito, un oficial de justicia que investiga el asesinato y violación de una maestra. Mientras tanto, en el presente, Benjamín, ya jubilado, intenta escribir una novela con la historia de esta causa.
Campanella se escapa de la comedia costumbrista para pasarse al drama y al policial, con muy buenos resultados. Los avatares de la historia argentina reciente están al servicio de la trama y no son una excusa para pintar una época. Su oído para los diálogos sigue siendo impecable, tanto como su habilidad para la dirección de actores: en un elenco sólido conmueve y destaca un contenido Francella. Con una película de excelente factura, Campanella logra un gran éxito de público: algo que en tiempos de profunda crisis de la industria cinematográfica –no sólo local, sino internacional– parece muy difícil de conseguir.
Y aunque no es poco, hacia ese final demasiado prolijo, nos quedamos esperando algo más de riesgo de un hombre que ya ha demostrado ser uno de los directores más solventes del cine argentino, y que a estas alturas bien podría tener mayor confianza en su talento y su material.