En Intolerancia y discriminación social en el cine contemporáneo (Fabro, Buenos aires, 2011), Agustín Neifert presenta con didáctica claridad su investigación del tema.Se han manoseado tanto las palabras del título, que ahora su simple mención causa cierta desconfianza. Por eso conviene advertir desde un principio que, frente a tanto empleo oportunista de frases hechas, éste es un trabajo personal de verdadera investigación, expuesto con la habitual claridad expositiva del periodista, y la precisión didáctica de un ciudadano piadoso, ajeno a cualquier rédito político.

Su intención es, sencineifllamente, servir de ayuda a quienes quieran conocer determinados temas y trabajar sobre ellos en ámbitos educativos, profesionales o meramente cinéfilos, valiéndose de películas recientes, casi todas fáciles de encontrar en cualquier estante. Así, cada capítulo aporta información sobre su tema específico y detalla luego el aporte de títulos generalmente populares, por ejemplo el sida en Filadelfia, el trastorno obsesivo compulsivo pintado en Mejor, imposible, o el síndrome de Down visto en Anita y El octavo día, etc. La corporación, Gran Torino, Ciudad de Dios, La mosca en la ceniza, Nordeste, Pixote y El polaquito, La sociedad de los poetas muertos y La ola, Madres con ruedas, Forrest Gump y Mundo Alas son algunos de los muchos otros títulos expuestos, siempre privilegiando el tema que cada uno aborda. Pero lo más interesante es cómo, antes que las películas, reciben sus debidas descripciones las diversas clases de violencia social, intercultural, doméstica y escolar, los prejuicios y las formas de contención, etc. Muy valiosas resultan, por ejemplo, las explicaciones sobre el mobbing (maltrato sistemático de un compañero), el síndrome de Burnout (estrés de sentirse “quemado por dentro”), y el empobrecimiento del idioma, lo cual deriva en una especial discapacidad social. También, las historias de brujas, santas y feministas, mujeres golpeadas y golpeadoras, la definición de paidofilia, pederastia y corofilia, la diferencia entre neurótico y perverso, las sucesivas legislaciones nacionales sobre trata de personas de 2008, protección de ancianos de 1949, y de discapacitados de 1981, etc.

Se aprende mucho, las informaciones son siempre valiosas, y algunas también sorprendentes. Por ejemplo, la Asamblea de 1813 prohibió los castigos corporales en las escuelas, pero en 1817 volvieron a autorizarse porque los alumnos se habían vuelto rápidamente insoportables. Otro ejemplo, más positivo, el párrafo dedicado a la escritora anarcosocialista y pacifista Dorothy Day, fundadora de casas de hospitalidad para los necesitados, hoy declarada sierva de Dios y en proceso de canonización por el Vaticano. Prácticamente nos enseña algo distinto, y evidencia el entusiasmo de Neifert por investigar en los campos más variados, y transmitirnos lo que aprendió en sus búsquedas. Buen libro. Se lo recomienda.

2 Readers Commented

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  1. jCarmen Gianturco on 12 diciembre, 2011

    gracias, muy interesante y necesario.

  2. María Teresa Rearte on 23 diciembre, 2011

    Realmente me impresiona como una investigación muy prolija, sobre lo cual tenemos mucho que aprender. Sin ser especialista en el tema, no he tenido éxito cuando como educadora he querido hacer trabajar sobre temas tratados por el cine. No sé si por indiferencia, ignorancia, inercia, o qué, de parte de quienes debían permitírmelo por depender de ellos.
    Pero a la par de esto, me doy cuenta de que algunas comunidades cristianas muestran una completa cerrazón para encaminarse con otras propuestas. Incluso he visto «desaparecer» el comentario sobre cine en mi ciudad, cuando murió el único sacerdote que solía hacerlo. Después, nadie se interesó por el tema. Se hace pero con otro interés y otra línea, como actividad de cine-clubes.
    ¿Por qué lo cristiano se muestra a veces tan desinteresado de lo cultural?
    Gracias.
    Prof. María Teresa Rearte

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