Problemas de familia

Esta no es una nota atrasada sobre el Día de la Madre, o el Día de la Familia, como algunos proponen decir en las escuelas. Esta es apenas una nota breve sobre tres películas nacionales que plantean problemas de familia, y muestran diversas clases de madres.

Una recién se estrenó: Refugiado, de Diego Lerman. Un niño se ve obligado a escapar de casa con la mamá golpeada por un hombre violento, al que, pese a todo, ambos siguen queriendo. Se destaca la confusión de sentimientos, entre el miedo y el afecto, cuando la mujer duda en hacer la denuncia, o acepta tener una charla telefónica, aún a riesgo de ser convencida y volver a donde ya sabe que la pasará mal. No sabe cortar, huye también de quienes podrían ayudarla, y entretanto el chiquito absorbe todo. Película fuerte, precisa, donde nunca vemos al violento pero lo sentimos constantemente cerca. Elogiables el suspenso, la descripción de situaciones, los dos intérpretes: Julieta Díaz, que aceptó aparecer fea, y el niño Sebastián Molinaro, todo ojos y angustia rumbo a una mala maduración.

Refugiado, en su nerviosismo, en su respiración, nos hace acordar de otra película nacional sobre una mujer en crisis: Por tu culpa, de Anahí Berneri, retrato de una madre que debe enfrentar sin ayuda del esposo a sus dos pequeños hiperkinéticos en un departamento mínimo. Aquí, la mujer debe enfrentar al esposo y a sí misma, en un camino que lleva desde el departamento mísero de un monobloc hacia otros lugares, circunstanciales o más abiertos y agradables, pero nunca enteramente seguros ni definitivos.

Contrapuesta a esa denuncia de maridos violentos se puede ver en internet la película documental Borrando a papá, hecha por dos mujeres, Ginger Gentile y Sandra Fernández Ferreira, que recopila testimonios de muchos hombres angustiados por la falta de comunicación con sus hijos. Ex esposas resentidas, abogadas insidiosas, jueces complacientes de una sola parte, policías indiferentes, hacen que las criaturas vayan creciendo sin ver nunca a sus padres, e incluso teniendo de ellos la peor opinión. El documental denuncia prejuicios y artimañas, y señala también posibles soluciones. Por ejemplo, la ley de tenencia compartida, llamada Ley Amor de Papá, que se aprobó en Chile bajo impulso de la senadora demócrata cristiana Soledad Alvear Valenzuela.

Síntoma de los tiempos, Borrando a papá tenía fecha de estreno en agosto pasado. Sectores feministas pusieron el grito en el cielo, incluso desde despachos públicos y hasta enviando amenazas con sellos oficiales, de modo que se terminó estrenando a fines de setiembre, en una salita del barrio de Constitución, otra de Córdoba, y otra de Palpalá, Jujuy. E internet, donde, gracias a tales amenazas, alcanzó fuerte repercusión.

La tercera película es totalmente distinta a las anteriores. Ciencias naturales es un encanto, un cuento original, placentero, bien narrado, lleno de ternura, humorismo, excelente elenco y creciente emoción. La historia: una nena de una escuelita de Traslasierra, de esas a las que se llega a caballo, está emperrada en escaparse para buscar a su padre. Sólo sabe que doce años atrás anduvo instalando unas antenas en la zona, y sedujo a la puestera, que luego crió a la niña sin decirle jamás absolutamente nada sobre el autor de sus días.

Con el sólo dato de la empresa responsable de las antenas, la niña decide encontrar al irresponsable. No piensa reprocharle nada. Dos días, varias pistas, una maestra impulsada a acompañarla por los pueblitos serranos, unas vueltas de tuerca muy apropiadas, algo de sana picaresca criolla, personajes memorables, linda resolución. Creíble, un poquito dolorosa pero al mismo tiempo consoladora. Se disfruta con una sonrisa, se suelta alguna lágrima, se sale del cine con una sonrisa.

Autor, un debutante, Matías Lucchesi, parcialmente formado en el taller de Martínez Suárez. Intérpretes, la nena Paula Galinelli Hertzog (El premio, acá nunca estrenada), Paola Barrientos, el recordado Arturo Goetz, Sergio Boris, Alvin Astorga, alias el Puma. Y las sierras fuera de temporada. Hay que verla.