wall-street-el-dinero-nunca-duerme-resena-foto1(Estados Unidos, 2010) Dirección: Oliver Stone

En junio de este año el director Oliver Stone declaró a la BBC que “Tanto por la prensa europea como estadounidense, (Chávez) es visto como un monstruo y como una pesadilla. (Pero) queríamos ver a sus vecinos. Entrevistamos a siete presidentes vecinos que son parte de ese proceso de transformación social”. Presentaba entonces, en gira latinoamericana, Al sur de la frontera que -en su estreno argentinono generó la repercusión esperada aunque fuera acompañada con sentencias del tipo: “Hay una revolución en marcha en América latina”. Ningún espectador informado desconoce las posturas políticas de Oliver Stone desde los lejanos tiempos de Pelotón o Nacido el 4 de julio, con las que desmitificaba para el cine norteamericano la guerra de Vietnam y sus consecuencias.

Pero también por entonces dedicaba una mirada despiadada al universo de los negocios financieros con Wall Street, la misma por la que su protagonista Michael Douglas obtendría su primer, y hasta ahora único, Oscar como actor.

Casi un cuarto de siglo más tarde, crisis global mediante, los productores de Hollywood actualizaron la historia del despiadado broker Gordon Gekko, que aquí culmina su condena por lavado de dinero y fraude financiero y sale con un libro bajo el brazo que convierte en best seller. Claro, muchos buscan respuestas (dentro del film y fuera de él) a la explosión de la burbuja financiera, esperando incluso contundentes denuncias contra la especulación, pero el guión tropieza con un sinnúmero de lugares comunes. Esa lucha, en la mesa chica del poder, entre el capitalismo “bueno” y el “malo”, sólo puede contribuir a las reduccionistas lecturas políticas de su director o a una sagaz dosis de oportunismo cinematográfico. Aunque los tics visuales reemplacen la calidad que aquí no le va en saga. Contribuyen a la parte buena del film las actuaciones de los experimentados Michael Douglas, Frank Langella y, principalmente, Eli Wallach con su auto-homenaje y guiño a los tiempos (y silbidos) del spaghetti western de Sergio Leone. Melodrama familiar de entorno financiero y confusa carga ideológica, Wall Street: el dinero nunca duerme nos recuerda que su director no sólo filmó Salvador, La radio ataca, The Doors y Asesinos por naturaleza; sino también las olvidables Nixon, Alexander, Camino sin retorno y Las torres gemelas. Por desgracia, la secuela de aquel clásico cuento moral de los años 80 se integra decididamente a esta última lista.

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